Tess echó un vistazo a Matasumi, desviando su respuesta hacia él-.No todavía.
– ¿Por qué ella no puede o no quiere? -preguntó Bauer.
Otro vistazo hacia Matasumi-. Parece… Yo diría…
– ¿Bien?
Tess inhaló-. Su actitud sugiere que si ella pudiera hacer más, lo haría.
– No puede, entonces – dijo Winsloe-. Necesitamos a una bruja de Aquelarre. Por qué nos molestamos con esta.
Bauer interrumpió-. Nos molestamos porque se supone que es muy poderosa.
– Según Katzen -dijo Winsloe-. Si tú lo crees. Yo no lo hago. Hechicero o no, el tipo está lleno de mierda. Se supone que él nos ayuda a agarrar a estos monstruos. En vez de eso, todo lo que hace es decirnos donde mirar, luego toma asiento mientras nuestros tipos aceptan todos los riesgos. ¿Para qué? ¿Ésto? – Él enterró un dedo en el cautivo-. Nuestra segunda bruja inútil. Si seguimos escuchando a Katzen, vamos a dejar pasar algunos verdaderos hallazgos.
– ¿Como vampiros y werewolves ¨? – Los labios de Bauer se torcieron en una pequeña sonrisa-. Todavía estás disgustado porque Katzen dice que no existen.
– Vampiros y werewolves -refunfuñó Matasumi-. Estamos en medio de quitar el seguro a una energía mental inimaginable, a verdadera magia. Tenemos el potencial de acceso a hechiceros, nigromantes, chamanes, brujas, cada clase concebible de portadores y acumuladores de magia… y él quiere criaturas que chupan sangre y aúllan a la luna. Conducimos una investigación científica seria aquí, no perseguimos locos.
Winsloe dio una paso hasta ponerse en frente de Matasumi, seis altísimas pulgadas sobre él-. No, chico, tú conduces una investigación científica seria aquí. Sondra busca su santo grial. Y respecto a mí, estoy en ello por diversión. Pero también financio este pequeño proyecto, de modo que si digo que quiero cazar un werewolf, harías mejor en encontrarme uno para cazar.
– Si quieres cazar a un werewolf, entonces sugeriría que pusieras uno de aquellos videojuegos tuyos, porque no podemos proporcionar lo que no existe.
– Ah, encontraremos algo para que Ty cace -dijo Bauer-. Si no podemos encontrar uno de sus monstruos, haremos que Katzen convoque algo apropiadamente demoníaco.
– ¿Un demonio? – dijo Winsloe-. Ahora esto se está poniendo aún mejor.
– Estoy seguro que podría serlo – murmuró Bauer y empujó la puerta de la antigua celda del chamán.
DEMONÍACO
– Por favor dime que no crees en esta basura – dijo una voz al lado de mi hombro.
Miré a mi compañero de asiento. En la mitad de los cuarenta años, traje formal, laptop, una pálida línea alrededor de su dedo anular desde donde había removido su anillo de boda. Toque agradable. Muy discreto.
– No deberías leer una mierda así -dijo él, mostrando un destello del pastel con café que comía-. Eso pudrirá tu cerebro.
Asentí con la cabeza, sonreí cortésmente, y esperé que se marchara, al menos tan lejos como pudiera en un avión volando a varios miles pies. Entonces volví a la lectura de las páginas que había impreso desde el sitio web believe.com.
– ¿Realmente dice werewolves? – dijo mi compañero de asiento-. ¿Algo así como colmillos y piel? ¿Michael Landon? ¿I Was a Teenage Werewolf ¨?
– ¿Michael…?
– Uh, una vieja película. Antes de mi época. Vídeo, tú sabes.
Otro asentimiento políticamente correcto. Otro no tan políticamente correcto intento de volver a mi trabajo.
– ¿Es verdadera? -preguntó mi compañero de asiento-. ¿Alguien está vendiendo información acerca de werewolves? ¿Werewolves? ¿Qué tipo de gente compraría una mierda así?
– Yo lo haría.
Él se detuvo, su dedo apuntando a mis papeles, luchando para convencerse de que alguien podría creer en werewolves y no ser un completo loco, al menos no si ese alguien era joven, femenina, y estaría en el asiento contiguo durante otra hora. Decidí ayudar.
– Por cierto -dije, poniendo mi mejor acento de rubia sin aliento-. Los Werewolves están cerca. Los vampiros arribaron cinco minutos antes. Gótico, puf. Yo y mis amigos, lo intentamos una vez, pero cuando teñí mi pelo negro, se puso verde.
– Eso es, uh.
– ¡Verde! ¿Puedes creerlo? ¿Y la ropa que querían que nos pusiéramos? Totalmente increíble. Así pues, Chase dijo, ¿y qué hay acerca de los werewolves? Él oyó acerca de este grupo en Miami, entonces les hablamos y ellos dijeron que los vampiros ya no estaban. Los Werewolves eran la nueva sensación. Chase y yo fuimos a verlos, y tenían estos trajes, piel y dientes y esa basura, y nosotros nos pusimos esas cosas, hicimos reventar las píldoras y rápidamente éramos werewolves.
– ¿Uh, realmente? – dijo él, sus ojos lanzándose a buscar una ruta de escape-. Bien, estoy seguro.
– Podíamos correr y saltar y aullar, y salimos a cazar, y uno de los tipos agarró un conejo, y, bueno, sé que esto parece extraño, pero teníamos tanta hambre y el olor de la sangre.
– Podrías perdonarme – interrumpió el hombre-. Tengo que usar los servicios.
– Seguro. Te ves un poco verde. Probablemente mareado. Mi amigo Tabby tiene ese mal. Espero que te sientas mejor, porque yo iba a preguntarte si querías venir conmigo esta noche. El grupo de werewolfs estará en Pittsburgh. Habrá un Gran Aullido esta noche. Me encontraré con Chase allí. Él es algo así como mi novio, tú sabes, y es realmente adorable. Creo que te gustaría.
El hombre masculló algo y se movió en el pasillo más rápido de lo que uno pensaría posible para un tipo que parecía no haber excedido la velocidad de paseo desde la escuela secundaria.
– Espera a que te cuente sobre el Gran Aullido – lo llamé-. Son tan espectaculares.
Diez minutos más tarde, todavía no volvía. Maldita vergüenza. Ese mareo podía ser un verdadero hijo de puta.
Volví a mi lectura; believe.com era un sitio web que vendía información sobre lo paranormal, un eBay sobrenatural. Era atemorizante que tales cosas existieran. Incluso más atemorizante era que ellos pudiesen obtener ganancias; believe.com dedicaba una categoría entera a subastar pedazos de ruinas de una nave espacial que, en la última cuenta, tenía 320 artículos a la venta. Werewolves no alcanzaba a tener su propia clasificación. Estaban incluidos en “Zombis, Werewolves, y Otros Fenómenos Demoníacos Diversos”. ¿Fenómenos demoníacos diversos? Los Demonios no tenían nada que ver con el tipo. Yo no era Demonio. Bien, tal vez expulsar a un desdichado tipo de su asiento en el avión no era exactamente agradable, pero seguramente no era demoníaco. Un fenómeno demoníaco diverso lo habría empujado por la escotilla de escape. Yo apenas había estado tentada hacerlo.
Sí, yo era una werewolf, lo había sido desde que tenía veinte años, hace casi doce. A diferencia de mí, la mayor parte de los werewolves nacen werewolves, aunque no puedan cambiar forma hasta que alcanzan la adultez. El gen que pasa de padre a hijas-hijos no sirve para las mujeres. El único camino para que una mujer se convierta en werewolf es ser mordida por un hombre lobo y sobrevivir. Eso es raro, no la parte de la mordida, sino la parte de la supervivencia. Yo había vivido principalmente porque fui recogida por la Manada – que es exactamente lo que suena: una estructura social basada en una manada de lobos, con un Alfa, que protegía el territorio, y claramente definía reglas, cuya regla número uno era que no matamos humanos a menos que sea absolutamente necesario. Si queremos conseguir vitaminas, vamoss a la tienda de comida rápida más cercana – como cualquier persona corriente. Los que no son parte de una manada de werewolves, a quienes llamamos perros mestizos, comen humanos porque no se molestan en luchar contra el impulso de cazar y matar, y los humanos son el objetivo más abundante. Las Manadas de lobos cazan ciervos y conejos. Sí, yo había matado y comido a Bambi y Thumper. A veces me preguntaba si la gente no consideraría eso ni siquiera demasiado espantoso, en un mundo donde un perro lanzado de un coche atrae más atención de los medios de comunicación que niños asesinados. Pero me desvío.