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* * *

– ¿Así que el sistema de seguridad requiere una revisión de huella digital y un examen retinal? -preguntó Jeremy.

Él se sentó frente a la diminuta mesa en nuestro cuarto. Clay y yo estábamos tirados en la cama, Clay dormitando, yo intentando no unirme a él.

– Uh, si -dije.

Él apuntó algo en sus papeles-.¿El dedo índice?

– Huh? Oh, no. Lo siento. Es una huella de la mano, no una huella digital. Agarras la manija y examina la huella de tu mano.

– No necesitamos hacer esto esta noche. Tendremos tiempo suficiente después.

No si yo tenía algo que decir l respecto-.Quiero hacerlo ahora, mientras está fresco en mi mente.

– ¿Hemos comido? -La voz sorda de Clay flotó desde las almohadas.

– ¿Qué?

Él rodó sobre su espalda -Estoy contando las comidas. Desayunábamos en Maine, luego otro desayuno aquí. ¿O ese fue desayuno-almuerzo? En ese caso, ¿el picnic fue almuerzo o cena?

– Yo lo cuento como el almuerzo -dije.

– Bien. Entonces vamos a buscar la cena.

* * *

Jeremy insistió en ser cortés e invitar a los demás a unírsenos. Mientras Clay golpeaba en el cuarto de Kenneth y Adam, la puerta vecina se abrió y Adam salió, girándose para decir unas palabras a alguien dentro. Cuando Kenneth abrió su puerta, Clay entró. Yo esperé afuera a Adam.

– Vamos a cenar -dije-. ¿Ya comiste?

– Nop. Yo iba a preguntarles la misma cosa. Déjame ir por las llaves del automóvil.

– ¿Esa es Paige? -dije, mientras señalaba al cuarto contiguo.

– Sí. Ella está bastante disgustada.

– ¿Debería preguntarle si quiere unirse a nosotros?

Él se encogió de hombros -Puedes preguntar, pero no creo que ella esté de humor para eso. Si no quiere, dile que le traeré algo.

Yo prefería que Adam le preguntara él mismo a Paige, pero desapareció en su cuarto, dejándome a mí para que le preguntara. Yo era probablemente la última persona que Paige quería ver. Su tía estaba muerta y yo no había tenido ni siquiera la decencia de decírselo directamente. Tomé aire, caminé a su puerta, y golpeé ligeramente, medio esperando que ella no pudiera oírme. Después de una pausa de un segundo, me di vuelta para irme. Entonces oí el sonido metálico de la cerradura de cadena y la puerta se abrió.

– Eh, allí -dijo Paige, mientras se las arreglaba para componer una medio-sonrisa lívida-. ¿Ya estás de pie? ¿Cómo te sientes? Yo tengo un poco de té tranquilizante si estás teniendo problemas.

¿Cómo me estaba sintiendo? Oh, como de cinco centímetros de altura. Los ojos y nariz de Paige estaban salpicados de rojo, como si hubiera pasado el último par de horas llorando, ¿y ahora se preocupaba de que yo no pudiera dormir?

– Realmente lo siento mucho -dije-. Lo de tu tía. No quiero ser intrusa, pero vamos a comer afuera y yo estaba preguntándome si querías unirte a nosotros.

– No -dijo-. Gracias, pero no.

– Adam dijo que traería algo para ti.

Hizo una inclinación distraída, luego una pausa, y dijo rápidamente-.¿Podrías…? Yo no quiero ser una molestia. Realmente. Sé que estás cansada y apenada, y odio importunarte, pero ¿podrías pasar cuándo regreses? Yo tengo…

Ella se detuvo y miró por encima de mi hombro. Oí los pasos de Clay detrás de mí. Paige hizo una pausa, luego se enderezó, como dándose confianza, y continuó -Clayton, simplemente estaba preguntándole a Elena si podía pasar conmigo un rato esta noche. Treinta minutos. Lo prometo.

– ¿No vendrás a cenar? -preguntó.

– Prefiero no ir.

– Nadie se queda solo -dijo-. Ésa es la regla de Jeremy -Yo le lancé una mirada intensa, advirtiéndole que fuera más sensible, pero él no lo cogió y continuó-. Cassandra se quedará contigo.

– Oh, ella amará quedarse -Paige dijo.

– Si no le gustan las reglas, puede irse.

– Seríamos muy afortunados -murmuró Paige-. En serio, sin embargo. No necesitas dejar a nadie conmigo. Tengo hechizos de protección suficientes.

– Ésas son las reglas -dijo Clay-. Nadie se queda solo. No es como si Cassandra comiera después de todo -Él empezó a salir, luego agregó-, Si Elena se siente bien, puede detenerse a traer tu cena. Veinte minutos. Luego ella necesita descansar.

– Gee, ¿Eso significa que tengo tu permiso? -grité detrás de él.

– No contestaré eso -dijo sin volverse.

– Hombre inteligente -Miré a Paige-. Pasaré después.

– Gracias. Lo aprecio.

CORONACIÓN

A las diez volví al cuarto de Paige, su comida todavía caliente en mi mano. La encontré sola.

– ¿Dónde está Cassandra? -pregunté.

– Fuera. Buscando comida o compañía. Reúso ser lo primero y estoy calificada para ser lo último. Género incorrecto.

– Se supone que nadie debe estar solo. ¿Sabe Jeremy que ella se alejó de ti?

– No, y no chismorrearé, esto quedará entre nosotros. Personalmente, me siento segura cuando ella no está. Un vampiro no es exactamente mi opción ideal para un compañero de habitación. Un ataque de hambre a medianoche y soy un caso perdido. Yo estaba quedándome con Adam, pero compartir un cuarto con Cassandra ponía en tensión los nervios de Kenneth, por lo que cambiamos.

– De modo que tú y Adam están… ¿juntos?

Ella frunció el ceño, luego atrapó el sentido y se rió -Oh, Dios, no. Hemos sido amigos desde que éramos niños. Confía en mí, sabemos demasiado el uno del otro para algo más -caminó hacia la mini nevera-. ¿Puedo ofrecerte algo para beber? Tengo agua embotellada, soda diet. Nada más fuerte, me temo.

– Está bien.

– Sólo quieres que vaya al grano, ¿verdad?

– No quise decir…

Ella agitó una mano -No te preocupes. Sé que estás cansada y, otra vez, te pido perdón por acosarte. Es sólo, bueno, que estoy trabajando en especificaciones, huellas, y ese tipo de cosas en el complejo. Sé que no los necesitamos en seguida, pero, bueno, quiero mantenerme ocupada. Es más fácil -mordisqueó su labio inferior, miró a lo lejos-. Es más fácil si tengo algo que hacer, mantener mi mente ocupada.

Yo sabía lo que quería decir. El año pasado cuando dos de mis hermanos de Manada murieron, sólo la acción había aplacado mi pena. Yo me había lanzado a buscar a los mestizos que los habían matado, en parte por venganza y en parte para impedirles hablar extensamente de sus muertes. En la preparación de nuestro ataque contra los que habían matado a Ruth, Paige hacía lo mismo. Lo entendía.

– Tengo la mayor parte de ello listo ya -dijo ella, pasándome un ordenador portátil desde la mesa-. Todo lo que necesito es que rellenes unos pocos espacios en blanco.

Hojeé sus notas -Realmente, Jeremy tiene la mayor parte de esto. Podrías…

– Conseguirlo de él. Claro. Seguro -Ella se dio vuelta, pero no antes de que yo viera el parpadeo de desilusión en su rostro-. Supongo que debería haber sabido que él estaría dos pasos delante de mí. De acuerdo, entonces, pues eso era todo lo que quería. Lamento esto. Yo no pensaba.

– Ah, espera. Hay un par de cosas aquí que Jeremy no había preguntado -mentí-. No estoy cansada aún. Y rellenaré todo lo que falta. Incluso si ya se lo he dicho a Jeremy, nunca es malo tener dos copias.

– ¿Oh? -Por primera vez desde que había llegado, su sonrisa tocó sus ojos-. Eso es grandioso. Gracias.

Como decía, yo sabía como se sentía. Bien, yo no sabía exactamente como se sentía ella, no teniendo ni idea de cuán cercana había estado a su tía, pero entendía que necesitaba algo que hacer, algo que la hiciera sentir que estaba tomaba medidas. Darle eso era lo menos que podía hacer.