– Puedes ir con él si quieres -dije.
– No -dijo Clay-. Él tiene razón. Tenemos que hablar de nuestras estrategias durante el viaje, de modo que esto tiene sentido. Además, no es como si no lo hubiera dejado solo antes.
– Lo siento.
– ¿Qué cosa?
– Alejarme ese día. No tener cuidado. Permitirme ser secuestrada. Perder el contacto con ustedes. Hacerlos…
Él presionó sus labios sobre los míos, interrumpiéndome -No me tienes que obligar a hacer nada. Decidí venir tras de ti.
– Es sólo que odio… -Me calmé y me encogí de hombros-. Ya sabes, ponerte en una posición donde… -lancé una mirada a Jeremy y exhalé-. Hacerte elegir.
Clay se rió -¿“Hacerme elegir”? Querida, vivimos con el tipo ese. Compartimos una casa, cuentas bancarias, incluso vacaciones. Nunca estamos solos y nunca he oído que pronuncies una palabra de queja. Tú nunca me has pedido que elija, y no tienes ni idea de lo agradecido que estoy por ello, porque si alguna vez tuviera que escoger, sería a ti, no importando lo que eso signifique para la Manada.
– Yo nunca te haría eso.
– Razón por la cual sé cuánto me amas. Sí, me siento hecho una mierda por haber abandonado a Jeremy, pero él lo entiende, y no lo lamento, aun si lograste liberarte sin mi ayuda -Él se echó atrás para mirarme-. Ahora, ¿Estás bien con esto? ¿Sobre volver? Porque si no…
– Estoy bien. Quiero terminarlo. Quiero terminar esto, decir adiós a toda esa gente agradable e irme a casa, a nuestra propia casa, nuestras camas, y estar solos.
– Razonablemente solos -dijo Clay echando otro vistazo hacia Jeremy.
– Lo suficiente.
– Vamos a hacerlo, entonces.
Cuando Clay y yo habíamos escapado de las tierras del complejo, habíamos usado el camino de servicio principal que se bifurcaba al final de la salida Oeste de la propiedad. Definitivamente no era la ruta más segura, pero Clay no había sido capaz de encontrar otra. Esta vez usábamos un camino surcado que se remontaba a varios dueños de propiedad. Paige lo había descubierto hackeando archivos de propiedad y viejas inspecciones. Sí, dije hackeando, como en hacking de ordenadores. Cuando ella me dijo como había conseguido la información, yo le había pedido que me lo repitiera, varias veces. Quizás mis prejuicios salían a la luz, pero cuando me imaginaba a un hacker, pensaba en alguien como Tyrone Winsloe, sólo que sin dinero y peor higiene. Paige rápidamente me corrigió: ella no era un hacker; era una programadora profesional de ordenadores que sabía hackear. Sonaba algo quisquilloso para mí, pero mantuve mi boca cerrada. Sin embargo ella obtuvo la información, y yo estaba agradecida. Lo estábamos… incluso Clay. Las viejas inspecciones habían mostrado todos los caminos anteriores que se entrecruzaban en la propiedad. Probamos varios y elegimos el que estaba a la mitad entre camino aislado y accesible. Conduje unos cientos de metros a lo largo de él, luego me detuve para nuestra cita de preasalto final con Jeremy.
Veinte minutos más tarde, estaba sentada en un viejo árbol hablando con Paige mientras Clay y Adam estudiaban minuciosamente los mapas. Jeremy nos había dado nuestras instrucciones y hablaba ahora de detalles de última hora con Kenneth. Paige y Kenneth actuarían como enlaces telepáticos entre los dos grupos, permitiéndonos comunicarnos sin radios o teléfonos celulares. Enlaces telepáticos. La frase se deslizaba tan fácilmente de mi lengua mental. Atemorizante, realmente. ¿Hechizos de agarre, hechicería, proyección astral, telepatía, telequinesis, teleportación? ¿Alguna vez oiría esas palabras fuera de un episodio de los Expedientes X? Ahora estaba parada en una arboleda con una bruja, un medio demonio, un vampiro, y un chamán, planeando acabar con un complot infame para usurpar nuestros poderes y alterar el destino de la especie humana. Conversando sobre sus teorías de conspiración.
Después de unos pocos minutos hablando con Kenneth, Jeremy hizo un gesto a Paige. Me quedé donde estaba.
– ¿Te molesta esto? -me preguntó Cassandra, avanzando hacia mí-. ¿Estar de vuelta?
Me encogí de hombros. No habíamos hablado mucho en los pocos días anteriores. Mi elección. No importando lo que Cassandra hubiera hecho o no en mi ausencia, su abandono de Paige en un momento tan sensible era imperdonable. A pesar de lo que Clay pensaba de Paige, ella me gustaba. Tenía el espíritu y una profundidad de altruismo que realmente admiraba. Incluso Clay había comenzado a acercarse a ella a lo largo de los dos últimos días, lo que sólo hacía la insensibilidad de Cassandra tanto más incomprensible. Incluso después de que yo le había dicho a Cassandra, categóricamente, que me largaba con Paige porque ella esquivaba sus responsabilidades, ella no había mostrado ninguna punzada de remordimiento. Y acusaba a Clay de ser autoabsorbente.
– Ten cuidado allí -continuó Cassandra-. Recuerda lo que Jeremy dijo. No sabes que tipo de seguridad extra suplementaria ellos pueden haber implementado desde tu fuga. Quiero decir antes de que fueras secuestrada. Me gustaría llegar a conocerte mejor, Elena. Asegurémonos de tener esa oportunidad -Ella puso su mano en mi antebrazo y sonrió, sus ojos centelleando de un modo salvaje-. Debo confesar que espero con mucha ilusión esto. No hay muchas oportunidades de caos en mi vida en estos días.
Paige se unió a nosotras -Bien, Cass, si realmente quieres un poco de diversión y excitación, siempre podrías cambiar de opinión y unirte a nosotros en la primera línea. Oh, pero no es eso lo que querías decir, ¿verdad? Quieres caos controlado, sin riesgo.
– Mis habilidades son mejor satisfechas en la segunda ola del ataque -dijo Cassandra, riéndose de Paige como si embromara a un niño grosero.
Clay se acercó -Y no quiero a nadie con nosotros que no quiera estar allí -Él tomó mi brazo, retirándolo de-manera-no-tan-sutil del asimiento de Cassandra-. Jeremy tiene algunas instrucciones de última hora para ti, querida.
– Déjame adivinar -dije-. Ten cuidado. No te lances de cabeza. No tomes riesgos innecesarios.
Clay sonrió abiertamente -Nah. Jeremy confía en ti. Es más bien: “asegúrate de que Clay sea cuidadoso”, “asegúrate que él no se lance de cabeza”, “asegúrate que él no toma riesgos innecesarios”. Instrucciones de niñera.
Puse mis ojos en blanco y me dirigí hacia Jeremy. Él estaba solo, inclinándose sobre un mapa en la capota de un coche. Mientras me acercaba, él dobló el mapa sin alzar la vista.
– Tú serás la responsable ahí, Elena -dijo cuando se dio vuelta.
– Conozco la rutina. Voy tras Clay. Marco la pauta. Me aseguro de que mantiene el control.
– Tú ordenarás los tiros. Él sabe eso.
– ¿Y Adam y Paige? ¿Saben esto?
– No importa. Adam seguirá el ejemplo de Clay. Paige sabrá que es mejor unirse a las posiciones de mando en el campo de batalla. Toma el control y ellos te seguirán.
– Lo intentaré.
– Una cosa más. Permanence con Clay. Si se separan, estarán demasiado preocupados el uno del otro para concentrarse en sus tareas. No importa cuán malas se pongan las cosas, manténganse unidos. No tomes ningún riesgo.
– Lo sé.
– Lo que quiero decir -Él extendió la mano y quitó una hebra de pelo que se escapaba sobre mi hombro-. Sé que estás enferma de oírlo, pero no tomes ningún riesgo. Por favor.
– Me quedaré detrás de él.
– Eso no es lo que quiero decir. Lo sabes.
Asentí con la cabeza y besé su mejilla -Tendré cuidado. Por nosotros dos.
Paso uno: Inspeccionar las tierras.