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Madonna como siempre, con su cara muy blanca y un cigarro colgando de la mano, vestía una camisa negra muy ajustada, pantalones de brocado azul zafiro y botas de plataforma de goma, todo era de Gucci. Los anteojos oscuros que usaba la hacían especial, aunque un poco afectada (todos los que usan lentes oscuros a la noche se ven algo afectados). Nos presentó a un rubio, un chico estadounidense parecido a Leonardo Di Caprio, era uno de los que había organizado la protesta frente al consulado, "Johnson". -Luego apuntando con la mano dijo:

– Cocó, Tiantian.

– Johnson no trajo el poema -dijo Madonna- pero ahora haré que escriba uno. -Me sonrió maliciosa. -¿Sabes cómo nos conocimos? En el programa de la Televisión Oriental de Shangai para solteros Encuentros sabatinos. Él era el jefe del grupo número seis de los hombres anfitriones y yo era la jefa del grupo número tres de las mujeres anfitrionas. En realidad eran juegos tontos para gente aburrida, pero como sucedían ante las cámaras resultaban excitantes. La chica que coordinaba el grupo número tres, no sé dónde la había conocido, pero ella decía que me conocía y me pidió ser su anfitriona. Así pasamos todo el día grabando y fue cómo conocí a Johnson, él habla muy bien el chino, verán que enseguida va a escribir un poema corto como Li Bai. -Reía.

Johnson era algo shy, precoz y adorable, como debió de haber sido Leonardo Di Caprio antes de que se hiciera famoso.

– Nadie se puede enamorar de mi tesoro, porque yo soy muy celosa -reía Madonna. Cuando ella encontró a Zhusha y Dick, no hubo nada incómodo, abrazó con mucho entusiasmo a Zhusha y habló con Dick. Cuando una mujer tiene un nuevo amante, espontáneamente muestra una gran amplitud de criterio, y deja pasar muchas cosas, en lo que se refiere a la inconstancia la mujer no le pide nada al hombre. Un nuevo amor es básico para recuperar la autoconfianza femenina.

Luego vino la Araña acompañado de un estudiante extranjero de Fudan. Abrazó a Tiantian, luego me abrazó a mí y me besó como un loco. Dijo:

– Él es Yisha, de Serbia. -Al escuchar eso me puse en alerta, él tenía una expresión que mostraba que nunca había sido feliz, pero cortésmente me besó la mano y me dijo que yo era muy famosa en Fudan, que muchas chicas después de leer mis novelas querían ser escritoras como yo, y que él también había leído mi libro El grito de las mariposas.

Me conmovieron mucho sus palabras y las huellas de dolor en su cara por la pérdida de seres queridos y la destrucción de hogares. Sin proponérmelo me preocupé, si él se entera que en este cuarto hay un yanqui, ¿se pondría furioso y lo destrozaría? Los estadounidenses arrojaron miles de toneladas de pólvora en el cielo de la Federación Yugoslava, y un sinnúmero de mujeres y niños desaparecieron por ello, si fuera yo seguro que saltaría y destrozaría al primer estadounidense que se me presente.

– Siéntate donde gustes -le dijo Tiantian-, hay mucha comida y bebida, sólo te pido que no vayas a romper tan pronto los vasos y los platos. La Araña musitó:

– Si hubieran usado cosas de plástico no se romperían tan fácilmente.

Luego aparecieron en la puerta los editores. El Padrino, mi amor secreto de los años en Fudan, llegó con unos amigos trayendo rosas y poemas publicados hace cuatro años en Fudan en Cultivos de poesía. Se los presenté a Tiantian, era muy buena para presentar a la gente, es como preparar cócteles o pasar rápido de una película a otra.

Por último llegó Fei Pingguo con unas modelos glamorosas, todas eran sus compañeras de trabajo. Eran esas hermosas mujeres que se pasan la vida en programas de televisión, en cócteles, lejos del alcance de la gente común y corriente, pueden ser vistas y deseadas pero no tocadas, como los peces dorados de los acuarios.

El cabello de Fei Pingguo estaba tan colorido como el plumaje de un pavo real, parecía una pintura cubista, llevaba lentes de un bonito armazón negro (aunque no era miope), vestía una remera D amp;G y unos pantalones ajustados en blanco y negro. Encima de los pantalones, alrededor del talle, usaba una delgada tela tailandesa estampada en rojo oscuro en forma de falda, pero mucho más sexy. Su piel era blanca, pero no fría, dulce, pero no empalagosa, nos abrazamos y nos besamos ruidosamente.

Tiantian copa en mano nos miraba de lejos sin acercarse, sentía un miedo extraño ante los bisexuales o los gays, sólo podía tolerar a los heterosexuales y las lesbianas.

Todos charlaban amenamente bajo la luz tenue, y con el fondo de la música electrónica. De vez en cuando copa en mano alguien se paraba ante los dibujos de Tiantian. Fei Pingguo de pronto hacía gestos exagerados, como si las pinturas le provocaran verdaderos orgasmos.

– Me estoy enamorando de tu novio -me dijo en voz baja.

Golpeé la copa con mis llaves anunciando que la fiesta "1+1+1" empezaba oficialmente. Les dije que la rosa la tenían que regalar a la persona más hermosa según cada quien (podía ser del mismo sexo o del sexo opuesto) y el poema lo tenían que ofrecer a la persona más inteligente, según cada quien (podía ser del mismo sexo o del sexo opuesto). Las estadísticas decidirán quién es la persona más bella y quién la más inteligente. Y si están de acuerdo podrán ofrecer su cuerpo a la persona que más desean (puede ser del mismo sexo o del sexo opuesto). Claro que este tercer programa puede ocurrir después de la fiesta, aunque mi casa es grande, yo no podía determinar con anticipación qué rumbo tomaría la fiesta.

Cuando terminé de anunciar con toda claridad las reglas de la fiesta, el lugar estalló en chillidos, silbidos, zapateos, ruido de vasos rotos que invadieron el lugar y casi tiran abajo el techo. A Ovillo, que estaba roncando en ese momento, casi le da un infarto y salió como una flecha hacia el balcón.

– Va a suicidarse -gritó con voz chillona una de las chicas que había venido con Fei Pingguo.

– No. -La taladré con la mirada, no me simpatizaban las chicas con voz chillona que usan ese tono de hembra delicada por cualquier cosa. -Bajó por los tubos para dar un paseo.

– Tu gato es lo máximo -reía Fei Pingguo, en este ambiente tan excitante él parecía pez en el agua, era justo lo que buscaba, pertenecía a esa nueva generación que jamás puede detenerse en la búsqueda de placer y excitación.

– Y ¿cómo se te ocurrió este juego? -reía tontamente la Araña, tenía dos cigarrillos de filtro blanco insertados detrás de las orejas, parecía un carpintero de un grupo de obreros de la construcción.

– ¿Y si te quiero ofrecer mi cuerpo a ti? -Madonna entrecerraba los ojos pretendiendo bromear.

– Inténtalo. -Yo también entrecerré los ojos, tomar vino tinto, fumar puro y escuchar música tecno te hace sentir tan bien.

– ¿Y si quiero ofrecer mi cuerpo a tu novio? -dijo Fei Pingguo mordiéndose los labios, con enorme gracia.

– Tengo derecho a rehusarme -contestó Tiantian con mucha calma.

– Sí, todo es de mutuo acuerdo, pero no creo que nadie se niegue a recibir la rosa o el poema -sonreí-, así es más seguro, como en el paraíso, sólo relájense y traten de divertirse lo más que puedan. ¿Quién comienza? Madonna, querida, empieza tú.

Aún tenía sus anteojos oscuros, pero ya se había sacado los zapatos y andaba descalza. Sacó una rosa del ramo que se había formado en un florero:

– La rosa es para el más bello, Tiantian, el poema es para la más inteligente, Cocó, en cuanto a quién ofreceré mi cuerpo, vamos a esperar un poco para ver cómo se desarrollan las cosas, la noche es joven y apenas he comenzado a beber, cómo saber ahora con quién voy a pasar la noche. -Le arrojó la rosa a Tiantian, que estaba sentado en el piso y luego sacó de su bolsa una hoja, se acomodó los lentes sobre la cabeza, se apoyó en una rodilla y con exagerados ademanes teatrales empezó a leer su poema: "Eso no es tuyo, no lo beses, déjalo…". Cuando terminó de leer, todos aplaudieron, y yo con un beso al aire le expresé mi agradecimiento.