Yogui Ramacharaka, William Walker Atkinson
Sistema Hindú Yogui De La Cura Por El Agua
CAPÍTULO PRIMERO. HIDROTERAPIA YOGUÍSTICA
Los yoguis hindúes practican y enseñan las múltiples formas y aspectos del sistema del bienestar físico que llaman Yoga Hatha.
Millares de indos sólo conocen ese sistema de educación física y de higiene para conservar la salud y aumentar el vigor del cuerpo.
El Yoga Hatha constituye la Medicina Naturista de lo, indos, íntimamente relacionada con la terapéutica mental.
En nuestra obra el Yoga Hatha expusimos este sistema en general y en particular.
No obstante, hay una modalidad del Yoga Hatha que forma parte de este sistema, y conviene hacerlo saber a cuantos quieran conocerlo y practicarlo para conservar la salud corporal.
Dicho aspecto del Yoga Hatha es la hidroterapia yoguística, que bien merece ser considerada aparte por su importancia en la Medicina Naturista.
En respuesta a las numerosas preguntas de quienes se interesan por el estudio general del Yoga Hatha, exponemos en este volumen los detalles de la hidroterapia yoguística.
Confiamos en ofrecer al interés de muchos lectores del mando occidental los beneficios que brinda tan valioso tratamiento hidroterápico.
Por cierto que la hidroterapia no es un sistema nuevo en el mundo occidental.
Numerosos médicos han elogiado sus méritos en forma entusiasta y millares de personas la emplearon con resultados provechosos.
Es indudable que la hidroterapia occidental tiene 'muchas semejanzas con la oriental; pero los indos explican sus resultados terapéuticos por la teoría del prana, teoría que ignoran la generalidad de los facultativos occidentales, incluso la mayoría de los académicos y universitarios.
Para comprender claramente el tratamiento hidroterápico, o sea el uso del agua para la cura de los trastornos fisiológicos, es necesario tener un claro concepto del prana, pues éste actúa poderosamente como agente terapéutico en la hidroterapia.
Prana es el nombre que dieron los filósofos índicos a la energía universal que penetra todas las cosas, y una de cuyas características es la energía vital que anima al organismo de todo ser viviente.
El prana o energía universal está en todas las cosas en los manjares, en el agua y en el aire, y se puede asimilar en tres formas, transmutado en energía vital.
En nuestro trabajo sobre el Yoga Hatha explicamos cómo puede obtenerse el prana de los manjares y transformarlo en energía vital.
En la presente obra trataremos de demostrar la posibilidad de asimilar el prana del agua y transformarlo en energía vital para remediar los trastornos fisiológicos y beneficiar la salud, la fuerza y el vigor corporal.
Por cierto que no es indispensable creer en la existencia de prana para recibir sus beneficios, porque las excelentes virtudes del agua están a disposición de todos, tanto creyentes como incrédulos.
No obstante, la experiencia enseña que cuando la mente acepta que el prana está en los manjares, en el agua y en el aire, se advierte más su influencia, vale decir, que se asimilará el prana mucho más fácilmente que si se desconociera o negara la existencia en todas las cosas de esta energía universal.
No explicaremos aquí el porqué de esta diferencia, pues tendríamos que remontarnos al mundo de las causas, muy ajeno al fin de la presente obra.
Por lo tanto, nos reduciremos a afirmar la existencia del prana y a detallar sus efectos cuando se aplica con acierto, dejando que cada uno personalmente los compruebe por la repetida experimentación.
El prana existe. en el agua, aunque en diferente grado, según las condiciones físicas del líquido.
El agua corriente y viva contiene mucha mayor cantidad de prana que la estancada, o muerta.
También el agua de los pozos, aljibes, depósitos, balsas, etcétera, pierde, al aquietarse, gran parte de su prana, y mucho más aún cuando es hervida.
Puede recuperarse la pérdida de prana trasvasando el agua para airearla, y así puede restituírsela al agua destilada.
Esto explica que cuando alguna persona bebe agua destilada o muy hervida para evitar contagio, advierte en el líquido algo extraño, como si le faltase vida, y cierto sabor áspero, algo astringente, desagradable al paladar, todo lo cual 'se remedia trasegando repetidamente el agua para airearla.
La ciencia occidental no atina a explicar claramente estos fenómenos y se reduce a decir que el agua potable ha de contener aire; pero los yoguis de la India saben que dichos fenómenos provienen de la presencia o carencia de prana en el agua.
Antes de beber el agua de mesa conviene pasarla repetidas veces de un vaso a otro porque durante el tiempo que ha permanecí do en el jarro u otro recipiente cualquiera en reposo, perdió parte de su prana y para restituírselo hay que airearla.
Quienes lo hagan así, notarán mucha diferencia entre el agua trasegado y la sin trasegar, con ventaja para la primera, la cual actuará en el organismo con efecto algo más Vigorizador y estimulante que el del agua ordinaria.
Aquellos que quieran librarse de las bebidas alcohólicas, podrán lograrlo si persisten en tomar agua pranizada y al propio tiempo apelan al recurso de su voluntad.
Como el agua para el abastecimiento de las ciudades es escasa en prana, conviene pranizarla por la aireación.
No hay más que probarlo para que aun los más escépticos se convenzan de la eficacia de este procedimiento.
También conviene dotar de prana al agua antes de tomar el baño caliente o beber té o aplicar fomentos.
En el primer caso, se remueve el agua con una bandeja o cualquier otro utensilio para airearla sin trasiego ni enfriamiento.
Usaremos en estas explicaciones la terminología occidental, adaptada en lo posible a los principios esenciales de la hidroterapia oriental.
No queremos exponer este sencillo, valioso y práctico sistema en términos oscuros, que podrían confundir al lector no familiarizado con las lenguas orientales.
En lo posible citaremos autores europeos y americano en apoyo de nuestro punto de vista.
Los hindúes sostienen muchas ideas y teorías que a lo occidentales parecen extrañas, raras o fantásticas, por lo cual y adrede omitiremos toda referencia a ellas.
Deseamos despertar la atención del lector, en la práctica del sistema hidroterápico de los yoguis de la India en relación con su concepto fundamental, sin peligro de llevara por las sendas de la teoria y de la especulación.
Así conviene proceder en una obra de esta naturaleza que irá a manos de muchos que no están familiarizados con la filosofía oriental ni gustan de teorías que les parecen exóticas, pero que reclaman y necesitan práctica y concreta información.
Quienes deseen conocer el porqué de las enseñanzas de los indos encontrarán informaciones en nuestra obra sobre el Yoga Matha.
Para el yogui hindú el agua es el gran remedio de la Naturaleza, su energía.
Cree el indo en el eficaz uso del agua en tratamientos internos y externos. Se la cree leche que la Madre Naturaleza proporciona abundantemente a su prole.
Así lo demuestran los animales con su instinto. El hombre que se precia de civilizado se ha permitido desdeñar altivamente los sencillos fundamentos de esta teoría y buscar en otros sumamente complicados la virtud que es privativa de la Naturaleza.
Invitamos al lector a que en estas páginas asimile las enseñanzas sencillas que los yoguis han dado sobre el particular. Aunque sencillo, el sistema es muy ventajoso.
La sencillez caracteriza la verdad y la virtud.
En la complicación está el peligro.
Lo mejor de la Naturaleza es simple y común.
Así como la Providencia da el sustento a las avecitas del campo, pero no se lo pone en el pico, así también la Naturaleza proporciona al hombre en las plantas, en las hierbas y en las aguas los remedios más eficaces para la cura de sus males; pero al hombre le corresponde descubrirlos y extraerlos.