"Las heces endurecidas llenaban uniformemente el intestino, dejando en el centro un orificio del diámetro de un dedo, por donde pasaban las heces más recientes.
"En la parte inferior de la flexión sigmoidea, poco antes de llegar al recto, y en el ángulo izquierdo del colon, donde tuerce a la derecha, había mogotes de heces putrefactas con muchos huevos de gusanos y varias larvas que habían roído la mucosa intestinal, ocasionando la grave inflamación del colon y partes adyacentes, anomalía que provocó la muerte del enfermo.
También ulteriores investigaciones atribuyeron a la misma causa las hemorroides que según parece padecía, desde un año antes.
"Todo el colon estaba crónicamente inflamado; y no obstante, aquel enfermo se creyó bueno y sano hasta que la funesta ingestión de las uvas con sus semillas y de las rosetas de maíz agravaron mortalmente su dolencia."
El doctor Turner continuó sus investigaciones clínicas, que lo llevaron a la convicción de que la mayor parte de los adultos estaban más o menos afectados de la misma dolencia.
Vio que el intestino grueso en gran cantidad de pacientes adolecía de un trastorno muy parecido al del caso típico relatado anteriormente.
En la revista especializada Medical Examiner, un médico de Chicago refiere los siguientes resultados de sus investigaciones sobre el particular:
"Las fibras musculares de los intestinos son circulares unas y longitudinales otras.
"En el intestino grueso las fibras longitudinales son relativamente más largas que en el delgado.
"La mayor longitud de las fibras longitudinales del intestino grueso permite la formación de alvéolos o cavidades en que se acumulan las heces, sin que de esta acumulación se den cuenta los médicos de cabecera.
"'Es indudable que a veces las materias excrementicias quedan acumuladas durante semanas, meses y aun años en las cavidades del colon, y ocasionan diversos síntomas, desde un simple catarro intestinal hasta las más graves enfermedades infecciosas.
"Cuando la acumulación se reduce a las cavidades, el paso del colon está expedito.
En algunos casos, dicha acumulación es tan voluminosa como la cabeza de un feto y puede confundirse con un tumor abdominal.
"Las porciones del intestino grueso más propensas a inflamación por la acumulación de heces son el asa sigmoidea del colon y el ciego, aunque pueden también sobrevenir en las demás porciones del intestino.
"El colon ascendente se llena con mucha mayor frecuencia de lo que supone la patología académica.
"Puede, afirmarse que mayor número de veces se acumulan las materias fecales en el colon ascendente que en el descendente, en contra de lo afirmado por la mayoría de los patólogos.
"Cuando las acumulaciones son grandes, el aumento de peso del colon tiende a desplazarlo, y en este caso puede el colon transverso caer hacia las pelvis.
"En el adulto llega el colon hinchado a tener hasta 38 centímetros de circunferencia exterior.
"La densidad de las acumulaciones es muy variable, pues pueden ser tan duras como piedra berroqueña, resistentes al cuchillo, y confundirse con cálculos biliares, de suerte que aun los médicos expertos corren el riesgo de equivocarse en el diagnóstico.
"Por su tamaño llegan a veces al extremo de oprimir los órganos abdominales y perturbar sus funciones, de suerte que se toma por trastornos hepáticos y renales lo que en realidad no es más que el resultado de la opresión ejercida en el hígado o en los riñones por las heces intestinales.
"Se han observado algunos casos increíbles de acumulación intestinal, tanto que la cantidad dé heces aglomera. das en el colon y el recto hubiera bastado para llenar un cubo de mediana capacidad.
"Desde luego que tan enormes acumulaciones son excepcionales, y precisamente por su mucho volumen puede, cualquier médico darse cuenta de ellas por medio del tacto.
"Si los excrementos son negruzcos o de color verde oscuro será indicio de que han estado acumulados desde tiempo atrás en el intestino.
"La absorción de las heces por la mucosa del intestino grueso ocasiona diversas enfermedades, entre ellas la anemia, fetidez de aliento, erupciones cutáneas, trastornos cardíacos, fiebres palúdicas y tifoideas, vértigos, jaquecas, etcétera.
"La excesiva distensión del intestino ciego y del asa sigmoidea del colon amenaza ocasionar la hidropesía y el entumecimiento de las piernas y calambres."
De este modo la fisiología occidental corrobora las enseñanzas índicas del Yoga Hatha.
Se infiere de todo lo expuesto que la necesidad del baño interno deriva del incumplimiento de las leyes fundamentales de la Naturaleza en lo relacionado con las evacuaciones intestinales.
Los hábitos viciosos de la vida seudocivilizada son causa de tal quebrantamiento, pues el hombre primitivo vivía en contacto con la Naturaleza, del mismo modo que los animales salvajes, y los trastornos derivados de la acumulación de heces en el intestino grueso no lo afectaban.
Pero, como nos encontramos en presencia de las condiciones establecidas por la errada civilización, es imprescindible que la ciencia proporcione una terapéutica capaz de curar la obstrucción intestinal e impedir que se reproduzca.
"Pero las acumulaciones más peligrosas son las de menor tamaño, pues por de pronto, no molestan y pasan inadvertidas, de suerte que muchísimas personas las tienen sin sospecharlo, hasta que cualquier incidente acelera sus morbosos efectos.
"Dichas personas se satisfacen con evacuar diariamente; pero su color cetrino, su lengua sucia y sobre todo el aspecto de sus deposiciones bastan para afirmar que son víctimas del estreñimiento.
"La evacuación diaria no prueba que el intestino grueso esté libre de acumulaciones fecales, pues precisamente los casos más graves de estreñimiento que hemos tenido fueron aquellos en 'que el sujeto evacuaba diariamente.
"El color de las. deposiciones facilita el diagnóstico de la acumulación intestinal.
La peor característica de un intestino grueso obstruido es quizá que se convierte en semillero de innumerables gérmenes patógenos que, introducidos en la sangre por absorción,, emponzoñan todos los órganos del cuerpo.
Investigadores eminentes, dedicados a esta importantísima cuestión, descubrieron que la mayor parte de las morbosas condiciones del organismo humano, que degeneran en las distintas enfermedades, son síntomas de una sola causa básica y tienen origen en los gérmenes patógenos que se desarrollan en las pútridas acumulaciones fecales del intestino grueso.
Se han generado estos gérmenes en las hediondas acumulaciones intestinales, y absorbidos por la mucosa del colon, pasaron a la sangre, que con ellos contaminó todos los órganos del cuerpo, en donde dejó semillas de enfermedad, dolor, muerte y destrucción.
Por eso, mucho más cuerdo que entretenerse sin combatir los síntomas es atacar el mal de raíz, resueltamente, y conjurar las condiciones que ocasionaron el trastorno.
No es posible que goce de salud cabal quien tiene en el organismo una oculta y hedionda cloaca propagadora de malsanas emanaciones que afectan a todo el cuerpo.
¿Qué diríamos de una ciudad en la cual su red de cloacas desparramara sus pútridas emanaciones, atentando contra la salud del vecindario?
¿Por qué no aplicar a la higiene privada las prácticas de la pública y desinfectar oportunamente la cloaca intestinal que llevan consigo la mayor parte de las gentes?
La causa radica, por lo regular, en el desconocimiento de la condición verdadera de las cosas, y conviene por eso esclarecer este punto enigmático, a fin de que todos cuantos lo necesiten puedan remediar sus morbosas condiciones y restituirse el estado normal de salud.
Algo más que los ordinarios síntomas de estreñimiento es preciso combatir.
Debemos evitar la contaminación de la sangre, el encenagamiento de la fuente de la vida fisiológica.
La acumulación de desechos en el intestino grueso repercute en el estómago y en el intestino delgado, y provoca la indigestión y la dispepsia a causa de impedir el paso natural de los alimentos por el tubo digestivo.