– Yo le quería. -Randa sacudió la cabeza y se envolvió el torso con los brazos, como si intentara autoprotegerse. La fiscal dura había desaparecido y había dado paso a una mujer angustiada y triste-. Le quería más de lo que pensaba que era posible -musitó.
– Lo sé -susurró Claire.
– El amor duele. -Tessa expulsó el humo de su cigarrillo. Luego apagó la colilla en una bandeja situada sobre la mesa.
– A veces -asintió Claire, y respiró hondo-. Esta nueva investigación seguro que lo reabrirá todo, sabéis, todo el caso de Harley Taggert, el de Jack y el de Hunter.
Tessa resopló.
– Kane Moran y Denver Styles ya se han encargado de eso. Dios, ese Moran es como un grano en el culo, y Styles… ese tío me da escalofríos. Nunca sabes en qué está pesando.
– A mí Weston Taggert me da escalofríos -dijo Claire.
– Amén. -Miranda cerró los ojos y empezó a balancearse ligeramente, como si tratase de consolarse.
– De acuerdo, escuchad. Todo lo que sucedió aquella noche va a salir a la luz. Kane, Denver Styles y papá no son los únicos que están interesados en que así sea -dijo Claire.
– Claire tiene razón -comentó Miranda, su voz tenía un tono catastrófico-. La gente empezará a preguntarse qué sucedió.
– Y Ruby y Jack Songbird empezarán a molestar acerca del cuchillo de Jack. Periodistas de todo el país y rivales en la carrera de papá como gobernador, e incluso los ciudadanos que recuerden lo sucedido aquella noche, comenzarán a hacer preguntas, a meter sus narices. Van a descubrir la verdad.
– Oh, Dios -susurró Tessa y empezó a temblar.
– Nos ceñiremos a la historia. -La voz de Miranda volvía a sonar calmada. Volvía a tomar el control de la situación.
– Pero la historia carece de fundamento -Claire estaba de pie, paseando por el porche. Su silueta oscura se reflejaba en las ventanas iluminadas, caminando de un lado para otro-. Y yo ni siquiera sé qué pasó aquella noche.
Kane sintió una sensación de alivio. Claire no había tomado parte en aquello, fuese lo que fuese. «Pero te mintió, ¿no? ¡Sobre tu hijo!»
Claire tocó a Miranda por el hombro de nuevo.
– Nunca me contasteis lo que sucedió.
– Es mejor que no lo sepas -dijo Miranda, mientras Claire continuaba paseando.
– ¿Bromeas? Me he vuelto loca durante años, preguntándome por qué estábamos mintiendo, intentando imaginarme lo que sucedió. -De repente se detuvo y se arropó con los brazos, como si intentara proteger su corazón de la verdad.
Kane expulsó aliento. No había asesinado a Harley. No es que Kane hubiese pensando alguna vez que Claire hubiera tenido algo que ver, pero sabía que le había mentido. A él y al mundo entero. Sin embargo, Claire ni siquiera sabía por qué.
– Es… es por mi culpa -dijo Tessa, con voz débil.
– No, Tessa, no…
– Cállate, Randa. Aceptaste la responsabilidad de todo esto por protegerme.
«¿Tessa? ¿La asesina?»
Tessa metió los dedos de ambas manos entre su pelo rubio y corto.
– Aquella noche estaba borracha e iba con Weston. Estábamos en la casita de la piscina cuando Randa entró y se puso histérica al vernos.
– Debí haberlo matado -dijo Randa.
– Randa ya había intentado hacer que rompiese con él. Me había dicho que Weston era un perdedor. Pero aquella noche yo había bebido mucho y cuando él vino a verme… Oh, mierda, era una imbécil, siempre yendo detrás de él, ya sabes.
Claire no hizo ningún comentario, sólo se quedó mirando a su hermana pequeña.
– No pude soportarlo -le comentó Miranda-. Weston casi me había violado aquella noche en su oficina. Conseguí librarme de él dándole un rodillazo en la entrepierna. Así que cuando le vi con Tessa… enloquecí. Intenté separarles y Weston… decidió darme una lección, así que… Oh, Dios…-su voz tembló-…así que cuando le ataqué se desabrochó el pantalón y… y… Claire, me violó tan brutalmente que yo…
– Perdió al bebé -susurró Tessa.
Kane apretó el puño. Se le hizo un nudo en el estómago.
Claire se quedó paralizada.
– ¿Perdiste al bebé?
– Estaba embarazada de Hunter.
– ¡Oh, Randa! -Claire avanzó hacia la silla de Randa, cayó de rodillas y abrazó a su hermana fuertemente-. Yo… lo siento tantísimo.
– Eso no es todo -añadió Tessa-. Yo me quedé allí mirando cómo lo hacía. Estaba demasiado borracha, demasiado aturdida para hacer algo, excepto mirar cómo la golpeaba, le arrancaba la ropa, la echaba en el sofá, le bajaba las bragas y… y… Oh, Randa, lo siento, no sabes cuánto, cuánto lo siento.
– Shhh.
A Kane le entraron arcadas y pensó que estaba a punto de vomitar. Si volviese a ver a Weston Taggert se encargaría personalmente de darle una paliza a aquel cabrón, y luego acabaría con su vida. Pero todavía no había acabado.
– Estaba… estaba tan alterada, que cuando pude mover las piernas fui a por Weston -dijo Tessa-. En cuanto llegué a su casa, le vi salir otra vez. -Respiró hondo y con dificultad-. Le seguí hasta el puerto deportivo.
– Oh, Dios.
– Tessa, no -dijo Miranda, con los ojos completamente abiertos-. No es una buena idea.
– Pero es la verdad, maldita sea. Pensaba que estaba siguiendo a Weston en dirección al barco, pero estaba oscuro y yo iba borracha y… y él parecía distinto. Supongo que confundí a Harley con Weston, así que le golpeé con una piedra que había cogido. Él se dio la vuelta… y era Harley y… cayó por encima de la barandilla. Yo no quería… no quería… -Empezó a llorar y a toser-. Le vi intentando luchar para no hundirse, agitándose pero… pero… no podía nadar. Era como si estuviera atrapado y… y… Oh, Dios… salí corriendo. Le dejé allí. Yo… yo…
– No -susurró Claire, con la voz quebrada por el dolor-. No. No. No.
– Me la encontré volviendo a casa, atontada. Aún llevaba la piedra -interrumpió Miranda, con la voz sorprendentemente tranquila-. Me contó lo ocurrido. Yo hice una llamada anónima a la policía desde una cabina, pero la policía ya se había personado porque el dueño de otro barco había visto el cuerpo. Entonces me dirigí con el coche hacia casa y fue cuando te encontramos.
– ¿Y la sangre de tu falda era por el bebé?
– Sí -susurró Miranda-. El bebé de Hunter.
– ¿Y qué… qué pasó con la roca con la que Tessa golpeó a Harley?
– No lo sé. Me deshice de ella cuando paramos el coche para decirte que Harley había muerto. ¿Te acuerdas de aquel tramo de la carretera?
Claire asintió con la cabeza. Tenía el rostro pálido como la muerte, y el gesto desencajado por el horror. No tenía ni idea de lo que le estaban contando sus hermanas.
– La lancé hacia el bosque.
Claire se puso de pie y corrió hacia el extremo opuesto del porche. Una vez allí, se apoyó en la baranda y vomitó todo lo que llevaba en el estómago. Lloraba y seguía vomitando desesperadamente.
Mientas tanto, todo lo que podía hacer Kane era permanecer escondido entre las sombras. Quería correr hacia ella, estrecharla entre sus brazos, consolarla. A pesar de sus mentiras. A pesar de todos los años y todas las circunstancias que les habían separado. Pero no podía.
Tampoco podía escribir la historia sobre la muerte de Harley Taggert. Ahora no, cuando conocía la verdad. Podría arruinar demasiadas vidas inocentes. La venganza personal contra Dutch Holland había acabado. Así debía ser. Dutch, el cabrón, era el padre de Claire y también el abuelo de su propio hijo. Kane, cobijado bajo la sombra del seto, decidió que destruiría todos sus archivos. Si las hermanas querían delatarse, allá ellas, pero él no lo haría ni llevaría a Tessa ante los tribunales. Si Weston Taggert era realmente el asesino de Jack y Hunter, pronto se descubriría.
En cuanto a Claire y a sus mentiras sobre Sean, tenía que hablar con ella en otro momento. Kane vio cómo Miranda echó de repente la silla para atrás y se dirigió hacia Claire.