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Por supuesto, el amor no puede desnudarse nunca del todo de la ilusión, pero el simple llegar a una conciencia de la ilusión es hacer manitas con la verdad… y a veces la áspera luz de la lujuria nos concede exactamente tal conciencia.

Era, en cierto modo, una tranquila y saciada Sissy la que, acomodada en los parapetos del Cerro Siwash, contemplaba cómo se fundían en la oscuridad nivosas manchas de grullas chilladoras. Ni Jelly ni el Chink ocupaban sus pensamientos; por el contrario, un tranquilo éxtasis rodeaba el sentido inmediato de conciencia de sus propias ilusiones, y esta estática visión llenaba los espacios que había entre ella y el lejano lago.

– ¿Qué piensas tú de este asunto de las vaqueras y las grullas? -preguntó. No le parecía ya absurdo que hubiesen tardado un día entero en abordar el tema.

¿Fue un suspiro lo que se abrió paso a codazos entre la maraña de humosa barba, o fueron las octavas superiores de una agotada risa?

– Las grullas son bellas. Y, en realidad, también lo son las vaqueras. Es vergonzoso que se relacionen entre sí de forma tan comprometedora.

– Creo que comparto tus sentimientos -dijo Sissy-. Las grullas siguen sintiéndose asustadas (insisten en mantener cierta distancia y cierta intimidad), pero inevitablemente las veo ahora más como animales domésticos. Como si estuviesen domesticadas. Fuiste tú quien me enseñó…

– Yo nunca te enseñé nada.

– ¡Oh, vamos, cierra el pico, viejo zorro! -dijo Sissy riendo.

Fue casi una risilla. Para evitar que el Chink se volviese y eludiese el diálogo, agarró su flaccido miembro y lo sujetó firme. Estaba aprendiendo a tratarle.

– Fuiste tú quien me hizo entender que la domesticación de animales fue uno de los mayores errores de la historia, un error devastador, no sólo en términos ecológicos, sino por sus consecuencias filosóficas y psicológicas, que aún seguimos padeciendo. En fin, no es que yo odie a los perros en sí, ni siquiera a quienes tienen perros. Es la idea del animal doméstico lo que me fastidia, la doma de las cosas salvajes, la utilización de animales como sustitutivos de los hijos… o de los amantes.

Meditó un momento, sin aflojar lo más mínimo la mano que sujetaba el instrumento del Chink.

– Resulta irónico, ¿verdad? Todas las grandes culturas agrarias de la vieja Europa eran matriarcales; luego llegaron los pastores nómadas del Asia central con su amor al toro y su consecuente fe en el poder del pene. Las tribus pastoras dominaron gradualmente a los estados feministas, sustituyendo a la Gran Madre por el Dios Padre, sustituyendo la glorificación pagana de la vida por el viaje a la muerte cristiana, venerando más a los animales que a la vegetación y, oh, sí, veamos, colocando la idea de espíritu por delante del hecho de la materia… tú fuiste el primero que llamaste mi atención sobre esto; tú viejo pedo. Las mujeres que plantaban, cultivaban, recolectaban y se piraban, fueron desplazadas de su posición central por hombres que pasaban de pastos liquidados a pastos vírgenes, que luchaban y se emborrachaban. En fin, es irónico. Porque las vaqueras son, por su mismo nombre, pastoras. Y estas vaqueras concretas del Rosa de Goma no sólo tienen caballos y cabras, han semidomesticado la bandada de aves mayor y más esquiva del mundo. Irónico.

El Chink agitó su barba a la brisa vespertina. Tenía pelo por todas partes. Su barba desprendía briznas de vencetósigo y pelusa.

– Sí, irónico, encontrar mujeres que serían mujeres imitando hombres. Pero hay otros aspectos de esta saga que considero que tú debías meditar.

– Si me dices cuáles, te suelto.

– Me da igual. En realidad, prefería que me sujetaras, por si cedo a este impulso de saltar por el precipicio.

Le dejó.

– Ja ja jo jo y ji ji -dijo el Chink; luego barrió su risilla para debajo de la alfombra-. Pensaba simplemente en el significado del hecho de que haya grullas implicadas en este enfrentamiento entre las chicas y el gobierno. La grulla es el ave de la poesía. Fue Robert Graves quien indicó que la grulla ha estado tradicionalmente relacionada con la poesía desde China a Irlanda. La grulla es el animal nacional, el animal totémico, de Hungría… y como escribió Graves, se escriben y publican veinte veces más poemas al año en Hungría que en ningún otro país. Evidentemente, las grullas traen suerte a los poetas, y a la inversa. El único país de Europa donde las grullas aún crían es Hungría. A la última grulla de las Islas Británicas la mataron en 1906. Las grullas de Rusia están refugiándose en Siberia. Y también las del Japón. Y ya conocemos la situación de las grullas norteamericanas. Según dice Graves: «Mientras haya grullas en Hungría, continuará habiendo poesía.»

Tiene razón. Y si sigue habiendo poesía, seguirá existiendo Hungría. La religión y la política son dos cosas completamente innecesarias para la cultura (o el individuo) que tenga poesía.

– Tú en realidad no crees en soluciones políticas, ¿eh?

– Yo creo en soluciones políticas a los problemas políticos. Pero los problemas primarios del hombre no son políticos: son filosóficos. Mientras los humanos no sean capaces de resolver sus problemas filosóficos, están condenados a resolver sus problemas políticos una y otra vez y otra y otra. Es una monserga repetitiva y cruel.

Sissy pensó que esta vez había atrapado al viejo cabrón, y no sólo por el pijo, además.

– Bueno, entonces, ¿cuáles son las soluciones filosóficas?

– Ja ja jo jo y ji ji: Eso tienes que descubrirlo tú. -No le tenía cogido-. Te diré esto y nada más: tiene que haber poesía. Y magia. Tus pulgares te enseñaron esto, ¿no es cierto? Poesía y magia. A todos los niveles. Para que la civilización llegue a ser algo más que una grandiosa culada, algo más que una lata de desodorante en el cagadero de la vida, los estadistas tendrán que preocuparse de la magia y de la poesía. Los banqueros tendrán que ocuparse de la magia y de la poesía; la revista Time tendrá que escribir sobre magia y sobre poesía. Obreros y amas de casa tendrán que enredar su vida en magia y poesía. En cuanto a los policías y las vaqueras…

El Chink agitó su barba hacia el rancho de abajo. Una barba en la que podría anidar gustosamente una grulla.

Si bien Sissy no llegaba a entender completamente, al menos ya no se sentía confusa. A través de un agujero de alfiler de la paz que caía como la obscuridad rodeándoles, lanzó una última pregunta.

– ¿Crees que sucederá alguna vez eso?

– Si entendieses la poesía y la magia, sabrías que eso no importa.

Se alzó la luna.

Resonaron los relojes.

Chilló una grulla. Ella comprendió.

111a

LA POESÍA NO es más que una intensificación o iluminación de objetos comunes y acontecimientos cotidianos hasta que relumbran con su naturaleza singular, hasta que podemos experimentar su poder, hasta que podemos seguir sus pasos en la danza, hasta que podemos discernir qué papeles juegan en la Gran Orden del Amor. ¿Cómo se logra esto? Jodiendo la sintaxis.

(Las definiciones son limitadoras. Las limitaciones amortiguadoras. Limitarse uno mismo es una especie de suicidio. Limitar a otro es una especie de asesinato. Limitar la poesía es un Hiroshima del espíritu humano. peligro: radiación. No se permite al personal no autorizado acercarse al capítulo 111a.)

112

PESE A LA COMUNICACIÓN que se desarrollaba en el Cerro Siwash, había muy escasa comunicación abajo, en el Rosa de Goma. Los abogados de la Asociación Norteamericana de Libertades Civiles intentaron durante todo el día tender puentes entre el gobierno y las vaqueras, pero todos los puentes fueron quemados antes de que nadie los cruzara.

Como oferta última y más generosa de toda una serie de propuestas, el portavoz del Departamento de Justicia prometió al fin que no se abriría ningún proceso contra las vaqueras si éstas se retiraban pacíficamente y permitían al Departamento del Interior tomar las medidas que considerase necesarias para el bienestar presente y la preservación futura de la bandada de grullas chilladoras. Como una especie de propina, el Subsecretario suplente del Interior dijo que si se matase un ave para hacerle la autopsia, sería más tarde disecada y regalada al rancho Rosa de Goma como un símbolo del interés de éste por la vida salvaje en extinción de los Estados Unidos de América.