La sargento Tracy Edwards ha sido de una ayuda increíble para que pudiera comprender la realidad del sufrimiento de las víctimas de violación, al igual que Maggie Ellis, de The Lifecentre, y los agentes Julie Murphy y Jonathan Jackson, de la Policía Metropolitana de Londres.
Eoin McLennan-Murray, ex director de la cárcel de Lewes, y el subdirector, Alan Setterington, me auxiliaron mucho a la hora de trazar el perfil psicológico de mis sospechosos, al igual que Jeanie Civil y Tara Lester, que me ayudaron mucho con el aspecto psicológico de los delincuentes, y el abogado Richard Cherrill. También fue de gran ayuda para entender la psicología de los criminales el doctor Dennis Friedman.
Un agradecimiento especial a Caroline Mayhew, y al equipo del Centro de Noche Saint Patrick's, en particular a Emma Harrington, Theo Abbs y Amanda Lane.
Y, como siempre, le debo un agradecimiento especial y enorme al fantástico equipo del Depósito de Cadáveres de Brighton y Hove: Sean Didcott y Victor Sindon. Y también al doctor Nigel Kirkham; a la arqueóloga forense Lucy Sibun; al doctor Jonathan Pash; al doctor Peter Dean, juez forense; al doctor Benjamín Swift, patólogo forense; al doctor Ben Sharp y a Marian Down.
Gracias a mis espléndidos asesores sobre autismo: Vicky Warren, a quien le debo gran parte de la inspiración para crear a Yac; Gareth Ransome; Tony Balazs; y tanto a la magnífica Sue Stopa, gerente de Hollyrood (residencia para auristas y bastión de la fundación Disabilities Trust) como a su personal y a sus residentes.
Gracias también a Peter Wingate Saúl; a Juliet Smith, magistrada jefa de Brighton y Hove; a Paul Grzegorzek; a Abigail Bradley y a Matt Greenhalgh, director de análisis forenses de Orchid Cellmark Forensics; a Tim Moore, a Anne Busbridge, directora general del Hilton Metropole Hotel de Brighton, a Michael Knox-Johnston, director general del Grand Hotel. ¡Y a Graham Lewis, mi especialista en garajes! Un agradecimiento especial a Josephine y Howard Belm, dueños del barco-vivienda Tom Newbound. Y muy especialmente a Steve Dudman, propietario de la cementera Oíd Cement Works, cuya amable oferta de enseñarme el recinto me dio la idea para la localización del desenlace. Gracias también a Andy Lang, de Languard Alarms. Y a Phil Mills. Y también a Anne Martin y a Peter Burgess, directora general e ingeniero en jefe del Brighton Pier, respectivamente.
Como siempre, gracias a Chris Webb, de MacService, por mantener vivo mi Mac a pesar de mis abusos. Un agradecimiento muy grande y especial a Anna-Lisa Lindeblad, que ha sido una vez más una incansable y maravillosa editora «no oficial» y que me ha brindado sus comentarios a lo largo de toda la serie de Roy Grace, y a Sue Ansell, cuya gran atención al detalle me ha evitado más de un momento de vergüenza, y a mi magnífica ayudante personal, Linda Buckley.
Profesionalmente, tengo que repetir que tengo un equipo de ensueño: la maravillosa Carole Blake como representante; mis increíbles publicistas, Tony Mulliken, Sophie Ransom y Claire Barnett, de Midas PR; y todo el personal de Macmillan, para el que no tengo espacio. Eso sí, tengo que mencionar a la que fue mi brillante editora, Maria Rejt, ahora directora de Colecciones; a mi editora, Susan Opie; y a mi correctora, Lesley Levene. Y una enorme bienvenida a mi nuevo editor, el magnífico Wayne Brookes.
Como siempre, Helen ha sido mi bastión, alimentándome con paciencia de santa y con su constante sabiduría.
Mis amigos del mundo canino siguen evitando que pierda el juicio. El siempre jovial Coco se ha unido a Oscar y Phoebe bajo mi mesa, impacientes por abalanzarse sobre cualquier página del manuscrito descartada que cae al suelo, para triturarla convenientemente…
Por último, gracias a mis lectores, por el increíble apoyo que me dais. ¡Seguid enviándome posts al blog y mensajes de correo electrónico!
Peter James
Sussex, Inglaterra
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