Aun así, no pudo dejar de preguntarse hasta dónde estaría dispuesta a llegar Gloria. ¿Cuánto pensaba su abuela que valía?
– Claro que es cuestión de dinero -dijo Gloria-. Tienes que intentar conseguir todo lo que puedas. Con Walker tienes que defender tu trabajo con uñas y dientes.
Dani se echó a reír a carcajadas.
– Eh, que ya conseguí sobrevivir a ti.
– Desde luego. Hiciste un trabajo estupendo en el Burger Heaven. Aunque probablemente nunca te lo dije, ¿verdad?
Para su más terrible humillación, Dani sintió que tenía los ojos llenos de lágrimas.
– No, no me lo dijiste.
– Lo siento mucho. Y por eso te lo estoy diciendo ahora. Hiciste un trabajo increíble y siempre estaré orgullosa de ti. Aunque el Bella Roma es un restaurante maravilloso, no es suficiente para ti. Además, el Buchanan's es un restaurante de la familia. Te necesitamos, Dani.
Dani miró a su hermano.
– Estás muy callado.
– Creo que la abuela está explicando mi postura de manera excelente. Supongo que, si yo te dijera eso mismo, no me creerías. Pero viniendo de Gloria, tiene que ser verdad.
– Una idea interesante.
– Tú eres la única candidata -continuó Cal-. Eres la única candidata que nos interesa para ese trabajo.
La tentación era fuerte, pero Dani tenía muchas cosas en las que pensar.
– Dadme unos cuantos días -les pidió mientras se levantaba-. Volveremos a hablar el viernes.
– Deberíamos hablar de dinero -insistió Gloria.
– Hablaremos de dinero si al final decido aceptar este trabajo. No te preocupes. Haré que me paguéis como si fuera la mejor para el puesto.
Gloria sonrió.
– Ésa es mi chica.
Dani imaginaba que las cosas no podían ir mejor. La noche había sido espectacular, la mañana deliciosamente relajante y de pronto tenía una nueva oferta de trabajo.
Dirigir el Buchanan's era tentador. Sinceramente, lo único que le impedía aceptar aquella oferta era que sólo llevaba unas cuantas semanas trabajando con Bernie y no le hacía ninguna gracia dejarle en la estacada. Por supuesto, si le daba la noticia con tiempo de antelación, la situación no sería tan grave…
Rió en voz alta al darse cuenta de que ya había tomado una decisión: quería trabajar en el Buchanan's. De alguna manera, sería como completar el círculo.
Se dirigió al Bella Roma y no se fijó en la mujer que había en la puerta hasta que prácticamente chocó con ella. Dani retrocedió precipitadamente y se la quedó mirando de hito en hito.
– ¿Fiona? ¿Qué estás haciendo aquí?
La pelirroja condujo a Dani hasta uno de los bancos que había en la puerta del restaurante.
– Tenemos que hablar.
A Dani no le gustó cómo sonaba eso.
– La verdad es que yo no creo que tengamos nada que decirnos. Además, tengo que marcharme. Entro a trabajar dentro de treinta segundos.
– Lo que tengo que decirte no me llevará mucho más tiempo. Es sobre Alex. Por lo que han publicado los periódicos, me temo que no está siendo sincero con ninguna de nosotras.
Dani se tensó instintivamente. Inmediatamente se dijo que no debía ser tonta. Fiona tenía motivos para intentar causarle problemas, pero era imposible que tuviera ninguna clase de relación con Alex. Absolutamente imposible. Alex no era la clase de hombre que jugaba con los demás. Más aún, él jamás perdonaría el engaño de Fiona.
– Conmigo está siendo muy sincero -respondió Dani con voz firme.
– ¿Ah, sí? ¿Entonces te ha dicho que continuamos viéndonos de vez en cuando? ¿Y que estuve en su casa hace un par de noches, y también la semana anterior?
Dani tomó aire. Tenía que mantener la calma. Fiona estaba mintiendo.
– Eso son tonterías.
Fiona inclinó entonces la cabeza.
– ¿No te encanta la chimenea del dormitorio? Es increíble cómo se enciende con el mando a distancia. Y crea un ambiente tan romántico. ¿Y habéis usado ya el jacuzzi? Porque conmigo ya lo ha utilizado.
Dani sintió que se le helaba la sangre en las venas.
– Estás mintiendo.
Fiona la miró entonces con expresión compasiva.
– La verdad es que estoy intentando salvarte ahora que todavía estás a tiempo. Mi problema es que no puedo dejar de quererle, por muy mal que se porte conmigo. Pero tú todavía tienes alguna posibilidad de salvarte, o, por lo menos, eso espero -abrió el bolso que llevaba en la mano y le tendió una ecografía-. Mira, estoy embarazada de doce semanas. Todavía no se puede identificar lo que es, pero todo está progresando sin ninguna clase de problema.
Dani se quedó mirando la fotografía sin poder dar crédito a lo que estaba viendo. Era poco más que una mancha sobre el papel, pero tras haber visto las ecografías del embarazo de Penny, la reconoció perfectamente.
– Estás embarazada -dijo casi sin aliento.
– De Alex -Fiona se alisó la parte delantera de la camisa, mostrando su vientre ligeramente abultado-. Estamos en proceso de reconciliación. Sé que tendré que convivir con otras mujeres, pero ése parece ser el destino de las esposas de los Canfield. Ellas aman a sus hombres sean ellos como sean. Mira todo lo que ha tenido que sufrir Katherine con Mark.
Se refería al hecho de conocer la existencia de la madre de Dani. Pero eso no era nada comparado con la noticia que Fiona acababa de darle. Dani le devolvió la fotografía y se levantó.
– Tengo que ir a trabajar -farfulló.
Apenas era capaz de articular palabra. No podía pensar, no podía concentrarse. Nada de aquello era real. No podía serlo.
Pero, por supuesto, tanto con Hugh como con Ryan había tenido aquella misma sensación de irrealidad.
Ella creía que Alex era diferente, que no era como los otros hombres con los que se había cruzado a lo largo de su vida. Había confiado en él, le había entregado su corazón. Pero había vuelto a equivocarse: Alex había demostrado ser un mentiroso sin escrúpulos como todos los demás.
Capítulo 15
Dani se acurrucaba en la esquina del sofá, dejando que Gloria la abrazara y la meciera hacia delante y hacia atrás
Todo le dolía y apenas podía respirar por culpa de los sollozos. Se sentía como si le hubieran dado una paliza y después le hubiera pasado un camión por encima, pero su caso era todavía peor, porque ella era la única responsable de lo que le había pasado.
– Confiaba en él -lloraba-. Confiaba en él. Pero debería haber tenido más cuidado. Todos son iguales. Todos. Yo creía que Alex era diferente. Pensaba que era mejor que Ryan y que Hugh, pero no es cierto.
Gloria le acariciaba el pelo mientras intentaba consolarla.
– Tranquila, Dani, todo saldrá bien.
– ¿De verdad? ¿Y tú cómo lo sabes?
– Lo sé porque eres demasiado fuerte como para dejar que este revés acabe contigo.
Dani intentó reír, pero de su garganta sólo salió un sonido estrangulado.
– Me temo que te equivocas. Estoy completamente destrozada. Peor aún, hecha añicos. No puedo continuar haciendo esto. No puedo seguir entregando mi corazón para que me lo pisoteen.
Agarró un puñado de pañuelos de papel, se sonó la nariz y comenzó a llorar otra vez.
Se sentía como si tuviera un agujero enorme en medio del pecho y tenía la sensación de que su mera esencia podía desparramarse sobre la alfombra y evaporarse. Estaba dolida a un nivel que iba mucho más allá del enfado. Ella había creído en Alex, eso era lo que realmente la mataba. Ella había creído completamente en él.
– Me dijo exactamente lo que tenía que decirme para convencerme -se lamentó Dani-. Como Ryan, pero Alex lo hizo todavía mejor, porque no hablaba directamente sobre mí. Siempre se refería a su familia y a su necesidad de serle completamente leal. Como si fuera un hombre intachable.
– Todavía no tienes la certeza de que no lo sea.
– Me ha engañado con su ex esposa después de haberme contado que ella le había estado engañado a él. De hecho, en gran parte nos sentíamos unidos porque a los dos nos habían engañado.