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«Creo que existe una doble razón para que los sectores rurales rijan a los urbanos. Y no me refiero al hecho de que la mayor parte de los jefes que componen la asamblea de la Asociación procedan de lugares no urbanos. La Asociación es una recién llegada a la Historia. Quiero decir a la dinámica de la madre civilización.

»En primer lugar, el pastoreo parece ser más eficiente en Ishtar que en la Tierra. Los postmamíferos aprovechan más una hectárea de pastos que nuestras vacas o cerdos. Y la agricultura es menos eficiente. Como mínimo, los pastores sobreviven mejor al paso de Anu que los granjeros. Pero también las tormentas, inundaciones y sequías milenarias han expoliado muchas de las tierras de cultivo. Además, creo que el pastoreo está más de acuerdo con el temperamento ishtariano medio. (Aunque eso es una suposición puramente mía, y que podría aplicarse también a muchos humanos.)

»En segundo lugar está la cuestión del tiempo conmutado. Esto es lo que ha hecho posible que exista una cultura bastante desarrollada entre ranchos dispersos.

»Observa. A través de la historia de la Tierra, la actividad diaria ha estado limitada por el tiempo que toma ir desde la casa al trabajo. Ha sido siempre el mismo tiempo, aproximadamente una hora. Esto es cierto, ya sea un campesino babilónico el que vaya a su campo más distante como para el burócrata de Ciudad de México que toma el autobús aéreo desde su residencia en Guaymas. Puedes encontrar individuos excepcionales y circunstancias excepcionales. Pero, a la larga, no se nos paga más que para permitirnos un doceavo de rotación terrestre para ir y venir. Cuando tenemos que hacer una cosa regularmente, más pronto o más tarde nos moveremos acercándonos al lugar de trabajo, quizá trasladándonos de vivienda, o consiguiendo que sea el lugar de trabajo el que se acerque a nuestra casa. Incluso los cazadores primitivos acampaban cerca de donde estaban las presas. Incluso las comunicaciones electrónicas no han cambiado para nada el principio, sino que sólo lo han modificado en su aplicación para ciertas clases de sociedad.

»Las cosas son diferentes en Ishtar. El ishtariano puede viajar a pie con más rapidez que cualquier humano, incluyendo a un humano a caballo, y tarda más tiempo en cansarse. Puede ver muy bien de noche, así que el acortamiento de los días no es ningún inconveniente. Rara vez necesita refugio y, si es necesario, puede vivir indefinidamente de cualquier hierba que crezca en su camino. No tienen inconveniente en acampar al raso en el lugar de su trabajo. A la corta, es mejor viajero que nosotros, con más velocidad y amplitud de miras.

»Por tanto los rancheros pueden desarrollar diversas clases de operaciones sobre áreas muy amplias. La ciudad puede enviar a sus granjeros lo suficientemente lejos como para alimentarse y producir incluso un poco más. Ciertas clases de especialistas viven allí. Pero la población principal es flotante, ya que para la mayoría de familias de Beronnen, los ranchos tienen en la actualidad un ambiente más interesante.

»Es impropio hablar de «civilización» en este planeta. Esta palabra significa «cultura literaria». Pero temo que no podamos librarnos ya de ese hábito.»

Sparling estaba ya entre los edificios. No había murallas, como las que defendían las comunidades de Port Rua, o las de la perdida Tarhanna. La guerra había estado ausente de este territorio durante largo tiempo. Aún hoy no se contaba con más defensa que una sola legión. Si ésta era derrotada, los sehalanos tenían la solución de diseminarse por el campo, y esto era mejor que dejar que un enemigo pudiese bloquearlos. La mayoría de la riqueza estaba en los ranchos, de todas maneras.

De hecho, la ciudad no tenía ningún plan urbanístico. Los constructores hacían las viviendas a voluntad. Regularmente dejaban espacios entre los edificios que llegaban a convertirse en rutas transitadas. Algunas de ellas, se pavimentaban. La mayor parte de las casas se situaban en lugares apartados, entre lías, matorrales y árboles. Ningún tipo de industrias ocupaban un lugar específico. Muchas residencias eran simples tiendas de campaña, llevadas por los visitantes que no deseaban pagar alojamientos. Los edificios permanentes eran tipo humano, para acomodar especies más grandes, y, mientras la mayoría tenían cierto parecido con la posada, algunos eran muy artísticos, casi monumentales. Sehala apareció.

No apestaba, ni estaba sucia. Los sistemas de saneamiento eran un problema menor para los ishtarianos, que no descargaban orina, al contrario que el hombre, sino un poco de seca materia fecal. Sin embargo, cualquiera que estuviera a cargo de un establecimiento disponía de medios para eliminar los desperdicios, aunque sólo fuera para evitar que les acusaran sus vecinos de hacer el ambiente ofensivo. Los olores eran de humo, vegetación y aromas tanto masculinos como femeninos.

La gente que veía a Sparling, le saludaba cortésmente, ya le conocieran o no, pero no se paraban a hablar con él. Eso hubiera sido una falta de educación. Había menos gente de lo normal.

Cuando estaba pasando por delante de la Torre de los Libros, alguien lo llamó.

—¡Ian! —bramó la voz de Larreka, comandante de la Zera Victrix.

Se palmearon los hombros, y cada uno leyó signos de preocupación en la cara del otro.

—¿Qué es lo que va mal? —empezó Starling.

La cola de Larreka golpeó sus flancos.

—Todo. Tanto aquí como en Valennen, y no sé lo que puede ser peor. Lo último llegó ayer por la noche, en forma de llamada desde Port Rua. Un regimiento enviado para recuperar Tarhanna, ha caído en una emboscada y ha quedado deshecho. Wolua mismo… ¿Te acuerdas de Wolua, mi primer oficial? muerto. La demanda de rescate de los bárbaros por los prisioneros no es oro, son armas. Y quienquiera que fuese el que hizo la lista, incluyó todo lo que se necesita exactamente para dañarnos aún más.

Sparling silbó.

—Así que Owazzi convocó a la asamblea de nuevo esta mañana —continuó Larreka—. Dentro de poco no podré hacer más discursos y tendré que ir al combate.

Allí es donde está la gente de la ciudad. En la audiencia, pensó Sperling. Las asambleas no se reúnen dos veces en el mismo año. Y rara vez se consigue que vaya todo el mundo. La práctica usual es el intento de llegar a un consenso antes de hacer una votación formal. Esto se lograba mejor con encuentros individuales en privado. ¡Cristo! Tengo que ir allí ahora y comunicarles la noticia en frío. Había contado con un poco de tiempo para hacer el asunto más llevadero…

Se encontró diciendo:

—Sin duda les dirías que esto reforzaba el motivo para llevar refuerzos a Valennen. ¿Se opusieron muchos?

—Bastantes. Y algunos pidieron la evacuación inmediata. Ceder todo el continente, sólo eso. Bien, Ian, ¿cuáles son tus malas noticias?

Sparling se lo dijo. El permaneció silencioso durante un momento. La cicatriz que cruzaba su ceja estaba lívida.

—Entonces vamos a golpearlos un poco con eso. Duro.

Y directo. Veamos si el impacto pone un poco de sentido común en ellos.

—O fuera de ellos —murmuró Sparling. No veía ninguna salida, pero quería apoyar a su amigo.

La asamblea se encontraba en un auditorio cuyas columnatas de mármol siempre le recordaban al Partenón, aunque las diferencias eran infinitas, desde la planta circular hasta el friso de mosaico de estilo abstracto. Las ventanas abiertas, atiborradas de espectadores, daban una tenue luz a un interior donde permanecían los miembros. En su centro había un sitial para el presidente y el orador.

Era una mezcla tan varia y colorista como la que se había encontrado en la carretera. Toda sociedad que permanecía en la Asociación estaba representada; y los ishtarianos tenían más inventiva que los humanos en cuanto a lo que se refiere a instituciones. Tribus, clanes, monarquías, aristocracias, teocracias, repúblicas, comunas, organizaciones anarquistas, encontraban sus analogías aproximadas en la cámara. Pero ¿qué se puede hacer con un pueblo que alterna anualmente la inmunidad de hombres y mujeres, con la organización de combates a muerte entre adolescentes de ambos sexos, amigos entre sí, para controlar la población de un oasis, o que cambia esposas incluyéndolas en un catálogo, con la pretensión de conseguir ambos el mayor número de parejas posibles? En muchos aspectos la Tierra se había visto superada por la Asociación.