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Leon aún seguía de rodillas, inmovilizado.

– ¿Qué tiene que ver eso conmigo? -preguntó.

– Os peleasteis -respondió Myron-. Quería saber por qué.

Leon lo miró.

– Suéltame, Myron.

– Si vuelves a atacarme…

– No lo haré, pero suéltame de una vez.

Myron esperó un par de segundos y lo soltó. Leon se frotó el brazo mientras se levantaba. Myron vigiló sus movimientos.

– Has venido porque crees que Greg y Fiona se lo estaban montando -masculló Leon.

– ¿Era así?

Leon negó con la cabeza.

– No porque no lo intentara -dijo.

– ¿Qué quieres decir?

– Se supone que es mi mejor amigo. Pero no es más que otra jodida superestrella que cree que puede disponer de lo que se le antoje.

– Incluida Fiona.

– Lo intentó. Muchas veces. Pero ella no es de esa clase de chicas.

Myron no dijo nada. No era asunto suyo.

– Los tíos siempre quieren ligarse a Fiona -continuó Leon-. Por su aspecto físico y ese rollo racial. Cuando te vi aquí, convencido de que sabías que no ibas a encontrarme… -Se encogió de hombros y calló.

– ¿Hablaste de ello con Greg? -le preguntó Myron.

– Sí. Hace un par de semanas.

– ¿Qué le dijiste?

Leon entornó los ojos, cauteloso de repente.

– ¿Qué tiene que ver esto con su desaparición? -le preguntó, suspicaz-. ¿Estás intentando cargarme el muerto?

– ¿Qué muerto?

– Has dicho que había desaparecido. ¿Intentas colgármelo a mí?

– Sólo intento descubrir dónde está.

– Yo no tuve nada que ver con eso.

– No te estoy acusando. Sólo quiero saber qué pasó cuando discutisteis.

– ¿Tú qué crees? -replicó Leon-. El muy cabrón lo negó. Juró que jamás se había acostado con una mujer casada, y mucho menos con la mujer de su mejor amigo.

Myron tragó saliva.

– Pero tú no le creíste.

– Es una superestrella, Myron.

– Eso no lo convierte en un mentiroso.

– No, pero sí en un ser especial. Los tíos como Greg, Michael Jordán, Shaq y TC no son como el resto de nosotros. Van a su bola.

Los demás son criados para ellos. Todo el mundo debe estar pendiente del menor de sus caprichos. ¿Lo entiendes?

Myron asintió. En la universidad había llegado a ser uno de esos privilegiados. Pensó una vez más en los vínculos que compartían las superestrellas. Greg y él no habían intercambiado más de cinco palabras antes de que Greg fuese a verlo al hospital, pero existía un vínculo. Los dos lo sabían. Las superestrellas comparten ese aire viciado con muy pocos. Como TC le había dicho, les aísla de manera peculiar, a menudo enfermiza.

El recuerdo vino acompañado de una revelación. Myron retrocedió un paso.

Siempre había pensado que si Greg se metía en un lío, acudiría a su mejor amigo en busca de ayuda. Pero éste no era el caso. Si Greg había topado con el cadáver, si el pánico se había apoderado de él, si había experimentado la sensación de que todos sus problemas (las deudas de juego, la amenaza de extorsión, el divorcio, la custodia de los hijos, la probabilidad de ser considerado sospechoso de asesinato) estaban asfixiándolo, ¿a quién recurriría?

Al tipo que mejor lo entendía.

Al tipo capaz de comprender los problemas de las superestrellas.

Al tipo que compartía con él el aire viciado del estrellato.

36

Myron no sabía muy bien qué hacer a continuación.

En realidad, no albergaba más que una sospecha. No tenía pruebas, pero la hipótesis que venía cavilando podía dar respuesta a un montón de preguntas, por ejemplo, ¿por qué la Sacudepolvos había tendido a Emily la trampa del vídeo? Según todos los testimonios, no era muy amiga de Greg.

Pero sí lo era de TC.

El vínculo de las superestrellas, otra vez. Greg había temido perder a sus hijos en la batalla por la custodia legal. Es una de las mayores preocupaciones que pueden asaltar a una persona. ¿A quién recurrió en busca de ayuda?

A TC.

Cuando Win había abordado a la Sacudepolvos para informarlo de que estaba buscando a Greg, ¿a quién había avisado ella?

A TC.

No había pruebas, por supuesto, pero parecía lo más lógico.

Myron ya podía encajar muchas piezas del rompecabezas. Greg estaba siendo sometido a una tensión increíble, lo cual era poco recomendable para un hombre con evidentes desequilibrios mentales. ¿Qué pasó por su mente cuando vio a Liz Gorman muerta en el suelo? Debió de comprender que sería el principal sospechoso del asesinato. Como Emily había señalado, Greg tenía el móvil, la oportunidad y estaba en el lugar de los hechos. Emily había caído en la cuenta. Por eso le tendió la trampa. Greg también habría debido de darse cuenta.

¿Cuál fue su reacción?

Huir.

Ver a Liz Gorman muerta había sido la gota que colmó el vaso. No obstante, Greg también debía de saber que no podría salvarse solo. Había gente que estaba buscándolo en aquel mismo momento. Necesitaba ayuda. Necesitaba tiempo y espacio.

¿A quién recurrió Greg?

Al tío que mejor lo comprendía. El que comprendía los problemas propios del estrellato. El que compartía con él aquel aire tan viciado.

Myron paró en un semáforo. Estaba cerca, muy cerca. TC estaba ayudando a Greg a esconderse, de eso no cabía duda. Pero TC sólo era una parte de la solución. Aún faltaba la respuesta a la pregunta centraclass="underline" ¿quién había matado a Liz Gorman?

Repasó la información acumulada y retrocedió hasta la noche del asesinato. Clip había sido el primero de los tres en llegar. En muchos sentidos, él era ahora su principal sospechoso. Sin embargo, Myron topaba con serios problemas. ¿Cuál era el móvil de Clip, para empezar? Es cierto que la información de que disponía Liz Gorman podría haber sido perjudicial para el equipo. También podría haber sido lo bastante grave para que Clip perdiera la votación. Pero ¿habría sido capaz de coger un bate de béisbol y cargarse a una mujer por eso? Siempre hay gente dispuesta a matar por dinero y poder. ¿Era Clip uno de ésos?

Pero aún se enfrentaba con un problema más grave, que no conseguía resolver por más que se esforzaba. Emily había dejado la sangre de la víctima y el arma homicida en casa de Greg. Eso estaba comprobado y tenía su lógica. Bien, bien. Sabía quién había colocado las pruebas… pero ¿quién se las había llevado?

Sólo se le ocurrían tres alternativas posibles: 1) Greg Downing, 2) alguien que intentara proteger a Greg, o 3) el asesino.

No había podido ser Greg. Aunque se aceptara la premisa casi imposible de que hubiera regresado a su casa después de desaparecer, ¿cómo había descubierto la sangre? ¿Había bajado por casualidad al cuarto de juego? No. Era demasiado ridículo. Sólo lo habría hecho si hubiese sabido que la habían puesto allí.

Myron se quedó helado.

Eso era. Quienquiera que hubiese limpiado la sangre sabía lo que Emily había hecho. No lo había descubierto por accidente. ¿Cómo lo había descubierto? ¿Por Emily? No, de ninguna manera. Emily sería la última persona en irse de la lengua. ¿La habrían visto en plena actividad? Una vez más, la respuesta era un no rotundo. En ese caso, también se habrían llevado el bate, e incluso habrían limpiado la sangre antes de que Myron y Win la descubrieran. El momento en que habían limpiado el lugar era cruciaclass="underline" había sucedido después de que Myron y Win revelaran su hallazgo. Por lo tanto, Myron y Win eran los únicos responsables de la filtración.

¿A quién se lo habían dicho?

El dedo apuntaba de nuevo a Clip.