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Un sonido fuerte y sordo, duro, de hierro, rompe la atmósfera de elegancia y armonía en el interior del carro.

‘Que paso?’ Brandelli mira en el espejo lateral. De repente aparece la cara de Lucone. Se da cuenta de las risas. Detrás de el, Hook alza los pies y le da otro violento golpe al automóvil.

‘Son esos locos! Rápido acelera.’ Chicco acelera y comienza a correr. Las motos ligeramente agarran rápido velocidad y se mantienen al lado. Babi preocupada voltea a mirar detrás. Todos están allí, Bunny, Pollo, el Siciliano, Hook, con sus motos potentes, y en el medio esta Step. La chaqueta de cuero se infla abriéndose y mostrando su pecho desnudo. Step le sonríe. Babi vuelve a mirar al frente.

‘Chicco, corre lo vas rápido que puedas, tengo miedo!’

Chicco no responde y continua a manejar continuamente empujando el acelerados, bajando por el final de la calle Cassia, en el frió de la noche. Pero la motos siguen ahí, a espaldas del carro, no se separan. Bunny acelera, Pollo extiende la pierna y con una patada golpea el faro posterior. El Siciliano da una patada a la puerta trasera izquierda, rayándola toda. Las motos se doblan a toda velocidad, alejándose y acercándose al carro, golpeándolo con fuerza. Sonidos sordos y no piadosos le llegan a los oídos de Chicco.

‘Coño, me la están destruyendo!’

‘Chicco no te atrevas a pararte, que después te destruyen a ti!’

‘No, pero les puedo decir alguna cosa.’ Oprime el botón de la ventanilla eléctrica, abriéndolo a la mitad. ‘Escuchen muchachos’ grita mientras trata de mantener la calma y sobretodo manejar bien.

‘Este carro es de mi padre y si…’ Un escupitajo lo golpea en plena cara.

‘Yahooo!, lo logre, cien puntos!’ Pollo salta detrás de Bunny, alzando los brazos al cielo en señal de victoria.

Chicco, desesperado, se lava con un paño de tela mas costoso y verdadero que los guantes de Pollo. Babi mira asqueada aquella escupida obstinada, que se apega con dificultad a su cara, después oprime el botón cerrando la ventanilla antes de que la mira de Pollo busque disparar algo mas.

‘Trata de llegar al centro, quizás encontremos la policía.’

Chicco lanza atrás el paño y continua a manejar. Comienzan a llegar los ruidos de carrocería golpeada y faros rotos. Cada uno de estos, piensa, son centenares de euros en daños y largos regaños de mi padre. Entonces, tomado por una rabia repentina, Chicco comienza a reír, como un loco, casi preso de una crisis histérica.

‘Quieren la guerra? Bien, la tendrán! Los golpeo a todos, los aplasto como ratas!’

Le da un golpe al volante, el auto va a la derecha, después da un giro a la izquierda. Babi se agarra de la manecilla de la puerta, aterrorizada. Step y los demás, viendo el carro que moviéndose, se alejan frenando y acelerando contemporáneamente.

Chicco mira en el espejo retrovisor. El grupo esta allí, detrás de el, siempre acechando.

‘Tienen miedo, eh? Bien, tomen esto!’ Presiona de repente el freno. Se siente el ABS. La maquina se para casi, aquellos con las motos a los lados la esquivan siguiendo derecho. Schello, que esta en el medio, trata de frenar, pero su Vespa con las ruedas lisas se mete en frente y termina contra el vidrio trasero. Schello cae a tierra. Chicco comienza a correr de nuevo a toda velocidad. Las motos, que se colocaron enfrente del auto se alejan por miedo a ser embestidos. Los otros se paran a socorrer al amigo.

‘Que hijo de perra!’ Schello se alza, tiene todos los pantalones rotos a la altura de la rodilla derecha. ‘Miren acá.’

‘Entenderas que con el salto que has dado te ha ido bien. Al menos solo tienes la rodilla raspada.’

‘Que carajo me importa la rodilla, aquel idiota me arruino los Levi’s, me los compre anteayer.’

Todos ríen, divertidos y despreocupados, por el amigo, que no ha pedido la vida y mucho menos las ganas de bromear.

‘Yahooo, lo he jodido, les he ganado a esos bastardos!’

Chicco golpea las manos felizmente sobre el volante. Mira de nuevo el espejo retrovisor. Solo un carro lejano. Se vuelve a asegurar. No hay nadie. ‘Idiotas, Idiotas!’ Salta en la silla. ‘Les di lo suyo!’

Después se recuerda de Babi a su lado. ‘Como estas?’ Regresa a enseriarse mirándola preocupado.

‘Mejor, gracias.’ Babi se agarra de la manilla de la puerta arreglándose normal. ‘Pero ahora quiero irme a mi casa.’

‘Te llevo rápido.’

Se para un momento en el Stop, después continua por el Puente Milvio. Chicco la mira de nuevo: los cabellos mojados le bajan por la espalda, sus ojos azules miran al frente todavía un poco asustados.

‘Lo siento por lo que paso. Te asustaste mucho?’

‘Bastante.’

‘Quieres tomar algo?’

‘No, gracias.’

‘Bueno, igual debo pararme un momento.’

‘Como quieras.’

Chicco se para. Coloca el carro cerca de una fuente pequeña enfrente de una iglesia, se echa un poco de agua en la cara, quitándose los últimos posibles rastros de la saliva de Pollo. Después deja que el viento fresco de la noche le acaricie la cara mojada, relajándose. Cuando reabre los ojos, afronta la realidad. Su carro, o mejor dicho, el carro de su papa.

‘Hijos de…’ Susurra hacia su mismo, y fingiendo indiferencia le da un giro al carro, observa los daños, quita pedazos de faros rotos. Las puertas están todas llenas de golpes, el parachoques rayado. En algunos puntos se daño mucho la pintura. Hace una especie de cuenta mental. Por los mil euros. Si hubiera ido al programa ese donde se adivina el precio justo, no lo habrían seleccionado a el aun si estuviera en el publico. Le lanza una sonrisa a Babi, un poco forzada.

‘Bueno, hay que arreglarla un poco, tiene unas cuantas cositas.’

No da tiempo a terminar la frase. Una moto azul marino oscura, con las luces apagadas lo ha seguido hasta allí, se para rugiendo a un paso de el. Chicco no logra siquiera girarse y viene empujado con violencia hacia el capo del carro. En la cuenta se añaden al menos otros quinientos euros. Step se le lanza encima con todo el peso de su cuerpo, dándole puñetadas en la cara, violentas, tratando de golpear la boca, lográndolo.

Los labios comienzan rápido a sangrar.

‘Ayuda! Ayuda!’

‘Así la próxima vez aprendes a tener la boca cerrada, gusano, infame, pedazo de…’ Y mas puños, uno después del otro, golpeándole la cabeza contra el capo, haciendo siempre mas daño. Ahora, aparte del mecánico, el padre deberá pagar también un dentista.

Babi baja del carro y, llevada por la rabia, comienza a golpear a Step con puños y patadas, dándole en la cabeza con el empaque plastificado del vestido.

‘Dejalo! Villano! Para!’

Step se voltea y la aleja con un empujón violento. Babi va hacia atrás, tropieza con la acerca y pierde el equilibro terminando en tierra. Step se queda mirándola un momento. Chicco aprovecha y trata de entrar en el carro. Pero Step es mas veloz.

Se lanza encima de la puerta bloqueándole el pecho. Chicco grita del dolor. Step lo agarra a golpes. Babi se alza del suelo adolorida. Comienza a gritar ella también buscando ayuda. Justo en ese momento pasa un carro. Son los Accado.

‘Filippo, mira! Que sucede? Pero esa es Babi, la hija de Raffaella!’

Filippo frena y baja del carro, dejando la puerta abierta. Babi corre hacia el gritando:

‘Separenlos, rápido, se están masacrando!’

Filippo se lanza hacia Step agarrandolo por detrás. ‘Quiero, déjalo tranquilo!’ Lo abraza, alejándolo de la puerta. Chicco finalmente libre de esa morsa, se masajea el pecho doloroso y entonces, aterrorizado, se monta en el carro y huye a toda velocidad.

Step, buscando liberarse de los brazos del señor Accado, se dobla hacia delante y lanza con fuerza la cabeza hacia detrás. Lo golpea en plena cara. Los lentes del señor Accado vuelan rompiéndose, justo como su cavidad nasal que comienza a sangrar. Filippo asustado, con las manos en la nariz, perdiendo sangre, sin saber donde ir. Ahora, repentinamente miope de nuevo, casi llora por el dolor. Marina corre en ayuda de su marido.