‘Lombardi.’
Pallina se alza. Mira a Babi. Parece darle el último adiós. Después se dirige hacia la cátedra, ya condenada a la insuficiencia. Pallina agarra puesto entre la Giannetti y Silvia Festa, que le sonríe. Después le susurra ‘Tratemos de ayudarnos’ que hace caer a Pallina en la incomodidad total. La primera a ser interrogada es la Giannetti. Traduce un pedazo de la versión, equivocándose en algún acento. Trata desesperadamente algunas palabras que en italiano rinden bastante. No consigue nunca de que verbo viene un difícil pasado pretérito. Adivina por suerte el participio futuro, pero no le llega nunca el gerundio. Silvia Festa duda en la primera parte de la traducción, la más fácil. No adivina un verbo, no se acerca siquiera. Admite prácticamente de haber copiar la versión. Cuenta después una extraña historia de su madre que no esta bien, como ella del resto, en ese momento. No se sabe como, declina perfectamente un nombre de la tercera. Pallina se queda muda. Le ha tocado la tercera parte de la versión. La mas difícil. La lee veloz sin equivocar un acento. Pero allí se detiene. Trata una traducción de la primera frase. Pero un adjetivo en el lugar equivocado le esta dando una interpretación muy fantasiosa. Babi mira preocupada a la amiga. Pallina no sabe que hacer. Desde su puesto Babi abre el libro. Lee el pedazo de la versión. Revisa la frase traducida correctamente en el cuaderno de la compañera cómplice. Después con un ligero susurro llama la atención de Pallina. La Giacci con aires de suficiencia fastidiada mira afuera de la ventana, esperando respuestas que no llegan.
Babi se extiende en el pupitre y escondida por la de adelante, sugiere a su amiga del alma la perfecta traducción del pedazo. Pallina le manda un beso con la mano, después repite a voz alta, en el orden exacto, todo aquello que Babi apenas le ha sugerido. La Giacci, escuchando las palabras justas en el orden correcto, se voltea hacia la clase. Es todo muy perfecto para que sea solo suerte. En la clase todo se vuelve normal. Todas las muchachas regresan a su puesto, inmóviles. Babi, sentada correctamente, mira a la Giacci con ojos ingenuos e inocentes. Pallina casi tentando a la suerte sonríe. ‘Me disculpa profesora, pero estaba confundida y me bloquee, pero le pasa hasta a los mejores, no?’ Después de la traducción normal comienzan las preguntas acerca de los verbos, y acerca de eso se siente mas segura. Lo peor había pasado. La Giacci sonríe. ‘Muy bien Lombarda. Escuche, traduzca ahora una otro pedazo, hasta la palabra habendam.’ Pallina recae en la inseguridad total. Lo peor esta por venir. Afortunadamente la Giacci regresa a mirar afuera. Babi lee la traducción de la nueva frase, después espera algún segundo. Esta todo tranquilo. Se extiende en el bando para soplarle de nuevo a la amiga. Pallina mira una ultima vez a la profesora. Después mira hacia Babi lista para repetir el juego. Pero justo en ese momento la profesora se gira lentamente. Mira enfrente al escritorio y agarra a Babi in fraganti. Con la mano alrededor de la boca. Babi, casi advirtiendo la sensación de ser descubierta, se voltea de golpe. La ve. Sus miradas se cruzan a través de las espaldas de algunas compañeras inmóviles. La Giacci sonríe satisfecha.
‘Ah, muy bien. Tenemos una chica verdaderamente preparada en esta clase. Gervasi, viendo que sabe todo, venga aquí a traducir el resto de la versión.’
Pallina sintiéndose culpable interrumpe a la Giacci.
‘Profesora, lo siento, es mi culpa, yo fui la que pidió las explicaciones.’
‘Muy bien Lombardi, lo aprecio. Es muy noble de su parte. Nadie le discute que no sabia absolutamente nada. Pero ahora quiero escuchar a Gervasi. Venga, venga por favor.’
Babi se alza pero se mantiene en su puesto.
‘Profesora, no estoy preparada.’
‘Esta bien, vengase igual, venga.’
‘No veo porque debería ir allá a decirle la misma cosa. No estoy preparada. Me disculpa, no pude estudiar. Pongame un nota que no preparada.’
‘Buenisimo entonces le pondré dos, esta feliz?’
‘Casi como la Catinelli cuando raspa en las versiones!’ En la clase todos ríen. La Giacci bate la mano en el registro.
‘Silencio. Gervasi traiga el diario: quiero ver si será feliz también de la nota que deberá hacer firmar. Y sobretodo me hará saber que tan feliz será su madre.’ Babi lleva el diario a la profesora que escribe algo veloz y con rabia. Después cierra el diario y se lo devuelve.
‘Mañana lo quiero ver firmado.’ Babi piensa que hay cosas peores en la vida, pero quizás es mejor no darle mucha publicidad a ese pensamiento. Regresa en silencio a su puesto. Silvia Festa logra un cinco. Es demasiado para su pobre interrogación. Pero quizás fueron premiadas las excusas. También en esas debe tratar de mejorar. Con todos esos inventos tarde o temprano su mama morirá.
Pallina regresa al pupitre con un bello cuatro, que de noble no tiene nada. La Giannetti logra tener por un pelo la suficiencia. La Giacci escribiendo su nota le dedica también un proverbio latino. La Giannetti hace una mueca extraña disculpándose por no saber bien que decir. En realidad, no ha entendido nada. Mas tarde, su compañera de pupitre, la Catinelli, le traduce eso también. Es la historia macabra de uno con un solo ojo que es feliz de vivir en un lugar llego de ciegos. Babi abre el diario. Va al final, en las últimas páginas. Cerca al elenco alfabético de sus compañeras ha puesto las hojas donde marca todas las que han sido interrogadas. Pone las ultimas rayas en la hoja de latino a Giannetti, Lombardi y Festa. Con la de Silvia termina el segundo giro de interrogaciones. Después Babi mete una raya cerca de su nombre. La primera interrogada del nuevo ciclo. Nada mal comenzar con un dos. Por suerte las otras notas son altas. El promedio de matemática le da todavía un seis. Cierra el diario. Una compañera de la fila lateral le lanza un papelito a su pupitre. Babi lo esconde rápido. La Giacci esta eligiendo la nueva versión para la próxima semana. Babi lee el papel.
Increíble! Fuertísimo! Estoy orgullosa de tener una amiga así. Eres la mejor. P.
Babi sonríe, entiende rápido por que esta la P. Gira hacia Pallina y la mira. Es muy simpática. Mete el papel en el diario. De repente se recuerda de la nota. Va rápido a leerla.
A la gentil señora Gervasi. Su hija ha venido a la lección de latín completamente no preparada. Como si no bastara, al ser interrogada, ha respondido de forma impertinente. Deseo hacerle saber de su comportamiento. Cordialmente, profesora A. Giacci.
Babi cierra el diario. Mira a la profesora. Es de verdad una idiota. Después piensa en su madre. Una nota, probablemente la castigara. Le dará un sermón largísimo. Y quien sabe que otra cosa. De una cosa esta segura. Su mama no le dirá ‘Fuerte Babi, eres la mejor.’
Un perro lobo corre veloz en la playa con un bastón en la boca. Dobla las piernas y rápido la regresa, casi deslizando en la arena, alzándose entre las olas de la orilla. Alcanza a Step. Se deja quitar el bastón de la boca babeando un poco. Después se acuesta, con la cabeza doblada entre las piernas delanteras, unidas, cercanas al suelo. Step hace como si fuera a tirar el bastón a la derecha. El perro se pone atento, pero después se da cuenta que seria inútil. Step lo engaña de nuevo.
Al final lanza el bastón lejos, en el agua. El perro sale. Se lanza al mar sin dudas. Con la cabeza alzada avanza entre cualquier pequeña onda y leves corrientes. El pedazo de madera flota un poco mas allá. Step se sienta a mirar. Es un bello día. No hay nadie todavía. De repente, un fuerte sonido. Una gran luz. El perro desaparece. El agua también, el mar, las montañas lejanas, las colinas a la derecha, la arena.
‘Que rayos sucede?’
Step gira en la cama cubriéndose la cara con la almohada.
‘Que coño es esta invasión?’ Pollo después de subir las persianas abre la ventana.
‘Mama mía, que olor! Mejor que abramos un poco. Ten, te trajo sándwiches.’ Pollo lanza la bolsa verde que dice Euclide en la cama. Step se alza y se estira un poco.