‘Porque lo chantajeare’
Pollo esta mas tranquilo. ‘Ah, claro!’ Lógicamente para el, chantajear a un hermano es la cosa mas natural del mundo. Al final se arrepiente ser hijo único.
Paolo, el hermano de Step, esta en su oficina. Vestido elegantemente, sentado en un escritorio, revisando algunas cuentas del señor Forte, uno de los clientes mas importantes de la agencia de finanzas. Paolo ha estudiado en la Bocconi. Graduado con honores, regreso de Milán y consiguió rápido un optimo puesto como agente financiero. No para nada es un Bocconiano. En realidad, el padre con todos sus contactos, lo recomendó. Pero mantener el puesto y tener el aprecio de todo el piso lo logro por su cuenta. Es también cierto que en esa agencia nunca han repudiado a alguien.
Una joven secretaria con una camisa de seda color crema, quizás un poco muy transparente para ese mundo de tasas y fiscales, donde la transparencia no es algo visto diariamente, entra en la oficina de Paolo.
‘Doctor?’
‘Si, dígame.’ Paolo deja de revisar las cartas para dedicarse enteramente al sostén de la secretaria y rápido después a eso que tiene que decirle.
‘Esta su hermano con un amigo. Lo dejo entrar?’
Paolo no da tiempo a inventar una excusa. Step y Pollo entran en su oficina.
‘Claro que me deja entrar. Coño, soy su hermano! Sangre de su sangre, señorita. Nosotros nos dividimos todo. Ha entendido? Todo.’ Step toca el brazo de la secretaria insinuando así a la eventual pero remota posibilidad que a Paolo esa joven y bella muchacha aparte de papeles y lista de llamadas le este pasando otra cosa. ‘Entonces aquí yo puedo entrar siempre, verdad Pa?’
Paolo asienta.
‘Cierto.’ La secretaria mira a Step, estando habituada a tratar con señores mas ancianos y con corbata, lo trata con respeto.
‘Disculpe, no lo sabia.’
‘Bien, ahora lo sabes.’ Step le sonríe. La secretaria se mira el brazo agarrado por Step.
‘Puedo irme ahora?’
Paolo, que gracias a los nuevos lentes no se había dado cuenta de nada, le da el permiso. ‘Claro, gracias, puede irse señorita.’
Quedando solos, Pollo y Step se sientan en dos poltronas giratorias de piel enfrente al escritorio de Paolo. Step se agarra duro. Después da un empujón con el pie.
‘Elijes bien tus secretarias.’ Step da un giro completo y vuelve de frente con el hermano. ‘Di la verdad, te la agarraste no? O lo hiciste o has estado tentado a hacerlo y ella no. En este caso, deberías despedirla, que importa.’
Paolo lo mira molesto. ‘Step, es posible que te deba repetir siempre lo mismo? Cuando vienes acá podrías decir menos groserías, hacer menos alboroto? Aquí yo trabajo. Todos me conocen.’
‘Porque, que hice? He hecho algo Pollo? Dile tu que yo no he hecho nada.’
Pollo mira a Pollo tratando de hacer la cara mas convincente que pudiera. ‘Es cierto, no ha hecho nada.’
Paolo suspira.
‘Es inútil hablar con ustedes dos, es fatiga gastada. Como anoche. Te he pedido miles de veces que cuando regreses tarde vayas lento, y tu nada. Siempre haces un gran alboroto.’
‘No Pa’, disculpa. Ayer regrese y tenia hambre. Que hacia, no comía? Me prepare un bistec nada mas.’
Paolo le da una sonrisa irónica a su hermano.
‘No es que no quiera que no comas. El problema es como lo haces, como haces todo… siempre haciendo ruido, batiendo las puertas, el refrigerador, despreocupado del hecho que soy yo el que duerme, que me debo parar temprano! Y a ti que te importa? Te paras cuando te parece… saliendo del tema, se que hoy vas a comer con papa.’
Step se sienta mejor.
‘Si, porque? Han hablado de mi?’
‘No, me lo dijo hoy. Me llamo antes. Imaginate de que hablaríamos de ti, yo no se nada de ti ahora.’ Paolo mira mejor a su hermano. ‘Solo se que te vistes siempre mal, con esas chaquetas oscuras, los jeans, los zapatos deportivos. Pareces el propio gangster.’
‘Pero yo soy un gangster.’
‘Step, deja tus idioteces. Ahora porque viniste acá? En serio… hay algún problema?’
Step mira a Pollo, después al hermano.
‘Ningun problema, pero me debes dar trescientos euros.’
‘Trescientos euros? Pero que, estas loco? Y que, yo el dinero lo consigo así rápido?’
‘Esta bien, entonces doscientos.’
‘Ni hablar, no te doy nada.’
‘Ah si?’ Step se inclina hacia su escritorio. Paolo asustado se echa para atrás. Step le sonríe. ‘Hey hermano, calma, nunca te haría nada, lo sabes.’ Después descuelga el intercomunicador conectado con la secretaria. ‘Señorita, puede venir un momento?’
La secretaria no le hace caso a la diferencia de voces.
‘Voy rápido.’
Step se sienta cómodo en el sofá, después sonríe a Paolo.
‘Entonces querido hermanito, si no me das rápido los doscientos euros, cuando llegue tu secretaria yo le quitare la ropa interior.’
‘Que…?’ Paolo no tiene tiempo de decir algo mas. La puerta se abre. La secretaria entra.
‘Si, doctor?’
Paolo trata de salvarse. ‘Nada señorita, puede irse.’ Step se alza.
‘No, señorita, disculpe, espere un momento.’ Step va cerca de la secretaria. La chica se queda mirando a todos los tres en silencio sin entender bien que hacer. Esa situación es un poco diferente a esas labores que debe siempre realizar. La secretaria mira interrogativa a Step.
‘Que sucede?’ Step la mira sonriente.
‘Quisiera saber cuanto cuestan la ropa intima que lleva puesta…’
La secretaria lo mira apenada. ‘Pero la verdad…’
Paolo se levanta.
‘Step ahora basta! Señorita se puede ir…’ Step la aguanta con un brazo.
‘Espere solo un segundo, disculpe. Paolo? Dale a Pollo eso que debes y después la señorita se podrá ir!’ Paolo agarra la billetera del bolsillo interno de la chaqueta, saca algunos billetes de cincuenta euros y se los pone con rabia en la mano a Pollo. El los cuenta, le hace una señal a Step que todo esta bien. Step deja ir la secretaria sonriéndole… ‘Gracias señorita, es lo máximo de la eficiencia. Sin usted no hubiéramos sabido que hacer.’
La secretaria se aleja molesta. No es completamente estupida, y sobretodo no la divierte para nada ir diciendo cuando cuesta su lencería intima. Paolo se levanta de la silla y le da la vuelta al escritorio.
‘Bueno, ya tienen el dinero. Ahora fuera de aquí que me molestaron.’ Hace por empujarlos pero después lo piensa. Es mejor golpearlos verbalmente. ‘Step, continua así, terminaras en problemas como siempre.’
Step mira al hermano. ‘Bromeas? Que problemas? Yo no estoy nunca en problemas. Yo y los problemas somos dos cosas que nunca nos hemos encontrado. El dinero se lo debo prestar a un amigo mío, uno que tiene un pequeño problema, todo aquí.’ Pollo le sonríe con gratitud al amigo. ‘Y después Paolo, que imagen tendrá Pollo? Son solo doscientos euros. Pareciera que te hubiera pedido no se que. Estas haciéndolo una historia infinita.’
Paolo se sienta en el bordo del escritorio.
‘No se como, pero contigo termino siempre yo en la ruina…’
‘No digas así, quizás es por estar en esta oficina, a tratar todo ese dinero, te viene una especie de enfermedad y no logras dar, prestar cosas.’
‘Entonces se trata de un préstamo?’
‘Cierto, yo siempre te he restituido todo, no?’ Paolo hace una cara poco convencida. Las cosas nunca son así. Step hace como si no se acordara. ‘Entonces que te preocupa? Te restituiré siempre todo. Aparte, deberías salir un poco, divertirte. Estas tan pálido… porque no vienes a dar un giro en moto conmigo?’
Paolo en un exceso de simpatía se quita los lentes.
‘Que? Estas bromeando? Nunca. Eso es la muerte. A propósito de la muerte… visto que ha estado bien cerca. Anoche fui al Tartarughino y sabes a quien me encontré?’
Step escucha distraído. En el Tartarughino nunca podría ir alguno que le interese. Sin embargo, decide de hacer feliz al hermano. En el fondo le ha dado doscientos euros.