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Giulia ve pasar la Peugeot. Saluda a Daniela y le hace una señal con la mano que en la tarde la llamaría. Daniela la mira con odio y no le responde. Después se gira hacia la hermana.

‘Babi, Step te vino a buscar a ti?’

‘No.’

‘Como no, vi que hablaban.’

‘Paso por casualidad.’

‘Bueno, podías regresarte con el. Ahí esta!’

Justo en ese momento Step pasa a toda velocidad con su moto cerca del carro. Raffaella se asusta de golpe. Inutilmente. Step nunca le daría. Calcula la distancia siempre al milímetro.

La Honda 750 se dobla dos o tres veces entre los otros carros. Después Step, con los Ray-Ban oscuros en los ojos, gira ligeramente la cabeza y sonríe. Esta seguro que Babi lo esta mirando. De hecho, no se equivoca. Step acelera y sin pararse en el semáforo rojo va hacia la calle Siacci a toda velocidad. Un carro que viene a su derecha suena la bocina. Un oficial no le da tiempo de leer la placa. La moto desaparece superando otros carros. Raffaella se para en el semáforo y se voltea hacia Babi.

‘Si solo te atreves a montarte con ese tipo no se que te hago. Es un cretino. Viste como maneja? Mira Babi, no estoy bromeando, no quiero que lo hagas.’

Su mama tiene razón. Step maneja como un loco.

Sin embargo, la noche anterior detrás de el, en la noche, con los ojos cerrados, en silencio, ella no había tenido miedo. De hecho, esa carrera le había gustado. Babi abre la bolsa del mercado y le quita un suave pedazo de pizza blanca. No se puede aguantar por siempre. Después, en un momento de atrevimiento total, decide que es el momento justo.

‘Mama, hoy me dieron una nota.’

Step se sirve una cerveza, después enciende la televisión. Pone el canal diez. En MTV esta el viejo video de Aerosmith: Love in an elevator. Steven Tyler se encuentra con una mujer espacial en un ascensor. Tyler, con una cara diez veces mejor que Mick Jagger, aprecia justamente a la chica. Step piensa en su padre sentado frente a el. Quien sabe si la apreciaría también el. El padre agarra el control de la mesa y apaga la televisión. Su padre es como Paolo, no sabe apreciar las cosas bellas.

‘No nos vemos desde hace tres semanas y te pones a ver la tele. Hablemos, no?’

‘Esta bien, hablemos. De que quieres hablar?’

‘Quiero saber que has decidido hacer…’

‘No lo se.’

‘Que quieres decir con que no lo sabes?’

‘Es simple… quiero decir que aun no lo se.’

La señora entra con el primer plato. Pone la pasta en el centro de la mesa. Step mira la tele apagada. Quien sabe si Steven Tyler ya ha hecho el salto mortal al final del video. Cincuenta y cinco años y todavía esta así. Un físico excepcional. Una fuerza de la naturaleza. Mira a su papa. Tiene dificultad hasta para poner los espaguetis en el plato. Step se lo imagina unos años mas joven haciendo un salto mortal. Imposible. Es más fácil que Paolo se enrede con su secretaria.

El padre le pasa la pasta. Tiene encima pan rallado y anchoas. Step se sirve. Recuerda las veces que la había comido en esa mesa, en esa casa, con Paolo y su madre. Normalmente, en un pequeño platito de porcelana venia servido un poco de condimento. Paolo y su padre no lo querían, siempre le quedaba a el. Su madre le echaba un poco en la pasta con una cucharilla. Al final le sonreía y vaciaba el plato echándole todo. Era su pasta preferida. Quien sabe si su padre lo hizo a propósito. Decide no preguntarle. Aquel día el platillo no estaba. Aunque muchas otras cosas no están tampoco. Su padre se limpia educadamente la boca con la servilleta.

‘Viste, mande a hacer la pasta que te gusta. Como quedo?’

‘Buena. Gracias papa. Quedo buenísima.’

No esta mal, de hecho.

‘La única cosa es que debería ser quizás un poco mas condimentada. Puedo tomar otra cerveza?’

El padre llama a la señora.

‘No es por ser fastidioso, pero porque no te inscribes en la universidad?’

‘No lo se. Estoy pensándolo. Y debería decidir la facultad.’

‘Puedes elegir leyes o economía, como tu hermano. Una vez que te gradúes te puedo ayudar a conseguir un puesto.’

Step se imagina vestido como su hermano, en su oficina, con toda esa papelería. Con su secretaria. Esa ultima idea le gusta por un segundo. Después lo piensa mejor. En el fondo puede siempre invitarla a salir y no tener que trabajar.

‘No lo se. No me siento atraído.

‘Porque dices así? En la escuela ibas bien. No deberías tener problemas. En la prueba de aptitud sacaste setenta, lo que esta muy bien.’

Step bebe la cerveza apenas llegada. Hubiera salido mucho mejor, si no fuera por todos esos problemas que tenia. Después de lo que paso nunca mas abrió un libro. Nunca mas estudio.

‘Papa, no es ese el problema. No lo se, ya te lo dije. Quizás después de este verano. Ahora no quiero ni pensador.’

‘Que quieres hacer ahora entonces? Vas a dar vueltas haciendo desorden. Siempre en la calle y regresas tarde. Paolo me lo dijo.’

‘Pero que te dijo Paolo si el no sabe nada!’

‘No, pero lo se yo. Quizás era mejor si hubieses hecho un año militar, que al menos te arreglaba un poco.

‘Si, solo me faltaba el año militar.’

‘Bueno, logre exonerártelo para dejarte estar en la calle, de nuevo cayéndote a golpes, era mejor si ibas.’

‘Pero quien te dice que me caigo a golpes… papa, pero estas terco!’

‘No, estoy asustado. Recuerdas lo que dijo el abogado después del proceso? Su hijo debe estar atento. Después de este momento, cualquier denuncia, alguna otra cosa que sucede, elimina automáticamente la decisión del juez.’

‘Claro que me acuerdo, me lo repetiste al menos veinte veces. Por cierto, has vuelto a ver el abogado?’

‘Lo vi la otra semana. Le pague la ultima parte de su comisión.’

Lo dice con un tono pesado como para subrayar que seguramente fue costosa. En esto es igual a Paolo. Siempre cuentan el dinero. Step decide no hacerle caso.

‘Todavía usa esa corbata extraña?’

‘No, ha logrado conseguir una mas fea todavía.’

El padre sonríe. Es mejor ser el simpático. Con Step ser duro no sirve de nada.

‘Pero en serio, me parece imposible. Con todo el dinero que le hemos dado…’ Step se corrige. ‘Disculpa papa, que le has dado, se podría comprar una bella corbata.’

‘Si es por eso podría cambiar todo el guardarropa.’

La señora se lleva los platos y regresa con el segundo. Es un bistec en sangre. Por suerte no esta atada a ningún recuerdo. Mira a su padre. Esta ahí, doblado en el plato cortando la carne. Tranquilo. No como ese día. Tanto tiempo atrás, ese horrible día.

La misma habitación. El padre camina para arriba y para abajo, veloz, agitado.

‘Como ‘porque si! porque me provoco’? Pero entonces tu eres una bestia, un animal, uno que no razone. Yo tengo por hijo a un violento, un loco, un criminal. Has arruinado a ese muchacho. Te das cuenta? Podrías haberlo matado. O no te das cuenta de esto tampoco?’

Step esta sentado con la miraba baja sin responder. El abocado interviene:

‘Señor Mancini, ahora lo que paso, paso. Es inútil gritarle al muchacho. Yo creo que hay motivos, aun escondidos, ha habido.’

‘Esta bien, abogado. Entonces dígame usted: que debemos hacer?’

‘Para organizarlos para la defensa, para poder responder en el tribunal, debemos descubrirlos.’

Step alza la cabeza. Pero que cosa dice? Que sabe? El abogado mira a Step con comprensión. Después se le acerca.

‘Stefano, algo tuvo que suceder. Un problema pasado. Una discusión. Una frase que este muchacho dijo, alguna cosa que ha hecho… si, que desencadeno tu rabia?’

Step mira el abogado. Tiene un terrible corbata gris con el fondo laminado. Después se gira hacia su madre. Esta allí, sentada en una silla en la esquina del salón. Esta elegante como siempre. Fuma tranquila un cigarrillo. Step baja de nuevo la mirada. El abogado lo mira. Se mantiene un momento a reflexionar en silencio. Después mira a la madre de Step y le sonríe de forma diplomática.