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‘No hables mucho, espero una llamada de Giulia.’

Babi se seca la oreja antes de apoyarla en el teléfono.

‘Que es tan urgente?’

‘Nada, te quería saludar! Que haces?’

‘Estaba bañándome. No se como, pero siempre me llamas cuando estoy bajo el agua.’

‘No vas a salir con Marco?’

‘No, esta noche iba a casa de un amigo suyo a repasar. Tiene un examen en dos días. Biología.’

Pallina se queda un segundo en silencio. Decide no decir nada.

‘Buenisimo, te paso buscando en diez minutos.’

Babi agarra una toalla pequeña y se seca los cabellos.

‘No puedo.’

‘Anda ven, comemos una pizza.’

‘Y si me llama Marco? El apago su teléfono, debe estudiar… el!’

‘Dile a Dani que llame mas tarde, quizás te encuentra en tu teléfono. Anda, regresamos rápido!’

Babi trata de replicar. Pero todas sus excusas – cansancio, tareas no terminadas y un increíble deseo de quedarse en casa con pijamas enfrente de la televisión – son inútiles. Poco después esta sentada en la Vespa detrás de Pallina que maneja despreocupada en el trafico de las nueve.

Babi tiene los cabellos aun mojados, un suéter azul con el escrito California y la actitud molesta.

‘Haras que me pase algo.’

‘Pero si hace calor esta noche!’

‘Hablaba de tu forma de manejar!’

Pallina sigue y agarra a la derecha en el Puente Milvio.

Babi se acerca a la cara de Pallina para que la escuche.

‘Que calle estas tomando?’

‘Porque?’

‘No vamos a Baffetto?’

‘No.’

‘Que paso?’

‘Cada tanto hay que cambiar. Babi, eres una metódica. Siempre vas a Baffetto, siempre sacas ocho en latín, siempre todo igual! A propósito, con quien estas ahora?’

‘Como que con quien? Con Marco no?’

Babi mira sorprendida a la amiga. No sabe porque, pero esta segura que a ella no le cae bien Marco.

‘Ves Babi, hasta ahí eres fastidiosa. Debes cambiar.’

‘Bromeas? Estoy ilusionada.’

‘No exageres…’

‘No, Pallina, en serio. Lo quiero muchísimo!’

‘Como te puede gustar tanto si apenas tienen cinco meses?’

‘Lo se, pero estoy enamorada, quizás es porque mi primer historia importante.’

Pallina sube las calles con rabia. Si, tu primera historia importante y es con ese gusano, piensa Pallina. Después mete tercera y va hacia Plaza Mazzini. Después va a segunda y dobla a la derecha. Babi le aprieta la cintura mientras a toda velocidad van por la tercera transversal, la calle Nueva Florentina. Fabio, el hijo del propietario, esta en la puerta. Cuando las ve, las saluda yendo a su encuentro. Es muy apegado a ellas dos. En realidad le atrae Babi, aunque siempre lo ha escondido. Fabio las acomoda en la fila de las mesas a la derecha, apenas entrando, cerca de la caja. De ahí se puede ver todo el local. Un camarero les lleva rápido dos menú para comer. Pero Pallina ya sabe que agarrar.

‘Aquí hacen un calzone fabuloso! Esta todo: queso con el huevo, mozzarella, y pedazos de jamón. Una cosa increíble!’

Babi revisa en el menú si hay algo con menos grasa para su dieta. Pero Pallina la convence.

‘Entonces dos calzones y dos cervezas claras medianas.’

Babi mira preocupada a la amiga.

‘También la cerveza? Quieres hacerme engordar.’

‘Entiende, por una vez! Esta noche debemos celebrar!’

‘Que cosa?’

‘Bueno, hace tiempo que no salíamos solas.’

Babi piensa que es cierto. Últimamente las pocas veces que ha salido siempre ha sido con Marco. Le gusta estar ahí en ese momento, con su amiga. Pallina esta revisando los bolsillos de su chaqueta. Al final saca un gancho con corazones de piedra dura de colores, se recoge el cabello y los aguanta con el gancho.

Su bella cara redonda aparece en toda su claridad. Babi le sonríe.

‘Esta bello ese gancho. Te queda muy bien.’

‘Te gusta? Lo compre en la Plaza Carli de Bruscoli.’

‘Te molesta si compro uno también? Quizás un poco diferente. Tenia uno parecido pero se me perdió.’

‘Bromeas, estoy habituada a ser copiada. Soy una chica que marca tendencia. Sabes que cuando voy a los negocios me dan la ropa gratis? Basta que me la ponga. Desde mañana lo decido, me pediré que me den un sueldo!’

Ríen. En ese momento llegan las cervezas. Babi las mira. Son enormes.

‘Esta es la mediana? Y si fuera la grande?’

Pallina sube el vaso.

‘Anda, no inventes cosas.’ Lo choca con fuerza contra el de Babi. Un poco de cerveza cae afuera salpicando en el mantel.

‘Por nuestra libertad.’

Babi la corrige: ‘Momentáneamente…’

Pallina le da una pequeña sonrisa como para decir: concedido. Después beben las dos. Babi es la primera a ceder. Al llegar a un cuarto del vaso, para de beber. Pallina continúa bebiendo tomándose poco más de media cerveza.

‘Ahhh.’ Pallina deja el vaso en la mesa. ‘Esta si que la necesitaba.’

Y se limpia la boca rozándola violentamente con la servilleta. Cada tanto le gusta asumir ese aire de dura. Babi abre la canasta de los panecitos. Saca uno ligeramente caliente y lo parte. Después mira alrededor del local. Grupos de chicas hablando divertidas, haciendo pequeños triángulos de pizzas con tomares. Chicos refinados se obstinan de comer con el tenedor las aceitunas. Una joven pareja habla divertida esperando ser servidos. Ella es una bella chica de cabellos oscuros, no muy largos. El le sirve gentilmente de beber. Esta de espaldas. Babi no sabe porque, pero le parece conocido. Un camarero le pasa cerca. El chico lo para. Le pregunta que ha pasado con sus pizzas. Babi lo mira a la cara. Es Marzo. El pan se le rompe entre las manos mientras algo mas se rompe adentro. Recuerdos, emociones, momentos bellísimos, frases dulces susurradas comienzan a girar en un vértice de ilusión. Babi suspira. Pallina se da cuenta.

‘Que pasa?’

Babi no puede hablar. Le indica el fondo del lugar. Pallina se voltea. El camarero se aleja de una mesa. Pallina lo ve. Marco esta allí, le sonríe a una chica sentada frente a el. Le acaricia la mano, confiado de la llegada de las pizzas y sobretodo de lo siguiente en la velada. Pallina se voltea de nuevo hacia Babi.

‘Que hijo de perra. Más que una frase común. Los hombres son de verdad todos iguales! Examen de biología no? Se esta preparando par anatomía!’ Babi en silencio dobla la cabeza hacia abajo. Una lagrima ingenua desliza por sus cachetes. Se para un momento sobre el mentón indecisa, después, empujada por el dolor, da un salto al vacío.

Pallina mira lamentada a la amiga.

‘Disculpa, no quise.’

Se saca del bolsillo del pantalón una bandana colorada y se la pasa.

‘Toma, no es la indicada para la situación, quizás muy alegre, pero es mejor que nada.’

Babi cae en una risa extraña acompañada por un poco de llanto. Después se limpia las lagrimas y la nariz. Sus ojos limpios, ligeramente enrojecidos, vuelven a mirar a su amiga. Babi se ríe de nuevo. En realidad suena como un sollozo. Pallina le acaricia la barbilla, quitando otra lagrima indecisa.

‘Anda no seas así, no se lo merece ese gusano. Cuando va a conseguir una como tu? Es el que debería llorar. No sabe lo que perdió. Ahora esta maldecido a tener salir con chicas como esa.’

Pallina se voltea una vez mas a mirar a la mesa de Marco. También lo hace Babi. Le da una puntada en el estomago. La búsqueda del tesoro. Las caminatas en Villa Glori, los besos en el atardecer, mirarse a los ojos y decirse te amo. Imágenes dulcemente ligeras desaparecen rotas por un viento de tristeza. Babi trata de sonreír.

‘Bueno, tan fea no me parece.’

Pallina mueve la cabeza. Babi es increíble, hasta en esta situación no puede dejar se ser sincera. Babi agarra la cerveza y da un sorbo largo. Después deja el vaso en la mesa y se limpia violentamente la boca con la servilleta igual que como Pallina hizo.

‘Dios, como lo odio.’

‘Eso! Así me gustas. Debemos castigarlo!’ Pallina golpea el vaso de la amiga, después las dos terminan con la cerveza en un único y ultimo trago. Babi, ligeramente confundida, no habituada a beber y a todo el resto, sonríe decidida a la amiga.