Raffaella interviene.
‘Si, pero después regresaste a casa en moto con el.’
‘Mama, si Chicco y los Accado habían escapado, como regresaba? Estaba ahí en la calle, de noche? Que hacia, regresaba a casa sola? Lo intente. Pero después de un rato se paro un loco con una Golf a fastidiarme, y me deje acompañar.’
Claudio no cree lo que oye.
‘Entonces a este Step le debemos agradecer entonces!’
Raffaella mira molesta a sus hijas.
‘No podemos dar esa imagen. Entendieron? Quiero saber rápido el nombre del muchacho. Esta claro?’ Babi se acuerda de esa mañana cuando hablaba con Daniela. Era muy temprano, ella tenia sueño todavía, pero no tiene dudas.
‘Dani, tu sabes como se llama. Dile!’
Daniela mira a Babi alterada. Pero que, esta loca? Decirlo? Denunciar a Step? Recuerda eso que le hicieron a Brandelli y muchas otras historias que ha escuchado. Le destruirían la Vespa, la golpearían. Escribirían cosas terribles en los muros de la escuela con su nombre y cosas que ni siquiera había hecho todavía. Denunciarlo?
En un solo segundo pierde la memoria.
‘Mama, yo solo se que se llama Step.’
Babi arremete contra la hermana.
‘Mentirosa! Eres una mentirosa! Yo no lo recuerdo, pero esta mañana me dijiste como se llamaba. Tu y tus amigas lo conocen muy bien.’
‘Pero que dices?’
‘Eres mala, no lo dices porque tienes miedo. Tu sabes como se llama.’
‘No, no lo se.’
‘Si que lo sabes!’
Babi de repente se detiene. Es como si algo en su mente se hubiera abierto, aclarado. Lo recuerda.
‘Stefano Mancini. Eso es su nombre. Lo llaman Step.’
Después mira a la hermana y cita sus palabras: ‘Yo y mis amigas le decimos 10 con honores.’
‘Así es Babi.’ Claudio saca del bolsillo una libreta donde siempre anota todo. Escribe el nombre antes de que se le olvide. Mientras escribe esta nerviosa. Leyó algo que debió haber hecho, pero ya es muy tarde.
Daniela mira a la hermana.
‘Te sientes orgullosa no? No entiendes que te harán? Te destruirán la Vespa. Te golpearan, escribirán acerca de ti en los muros de las escuela.’
‘Ve, la Vespa ya esta destruida. En los muros dudo que escriban algo, también porque no creo que alguno de ellos sepa escribir. Y si me quieren lastimar, mi papa me protegerá, verdad?’
Babi se gira hacia el. Claudio piensa en Accado, imagina el dolor que debe ser que te fracturen la nariz.
‘Claro Babi, aquí estoy yo.’
Se pregunta cuando será verdad esa afirmación. Quizás poco. Pero sirvió en el momento. Babi, ahora más tranquila, va a la cocina. Agarra su manzana verde y la lava de nuevo. Después, teniéndola agarrada en el vacío por la ramita que le sobresale, comienza a girarla. Cada giro, una letra. Cuando la ramita se suelta, esa, aquella es la inicial de alguien que piensa en ti. A, B, C, D. La rama se suelta con un sonido seco.
Salio la D. Quien conoce que inicie por D? Nadie, no le viene a la mente nadie. Por suerte no salio la S. Es difícil que esa ramita resista tanto. Pero aun si hubiese salio esa letra no se habría preocupado tanto tampoco. No tiene miedo. Babi pasa frente a su madre. Le sonríe. Raffaella la mira alejarse. Esta orgullosa de su hija. Babi si que salio como ella. No como Daniela. El miedo que tiene se justifica. Daniela es toda como su padre. Claudio pone su traje gris en la cama.
‘Tesoro, me compraste la cafetera grande?’
‘No, me olvide.’
Raffaella se encierra en el baño. Pero como, piensa Claudio, lo anote en la lista del mercado. Decide no decir nada, justificando así aun más el carácter de Daniela. Claudio, elige una camisa, la echa en la cama. Después lanza también su corbata preferida. Quien sabe, quizás esta noche podrá ponérsela.
Los padres salen, aconsejándoles como cada noche de no abrirle a nadie. Pronto después Babi baja en pijama y sin hacerse ver, esconde las llaves de la casa bajo la alfombra de la puerta. Quien sabe donde esta Pallina en ese momento. En la carrera de motos en la Olímpica. Quizás contenta.
Daniela esta en el corredor. Habla con Andrea Palombi en el teléfono mientras con un lapicero garabatea sus nombres y algunos corazones en una hoja. Andrea, escuchando que Daniela no le responde, se intriga.
‘Danie, pero que estas haciendo?’
‘Nada.’
‘Como que nada? Siento sonidos.’
‘Estoy escribiendo.’
‘Ah, y que escribes?’
‘Nada…’ miente. ‘Estoy haciendo dibujos.’
‘Ah, entiendo. Y tu dibujas cuando hablas conmigo?’
‘No, te escucho. Entendí todo.’
‘Entonces repite.’
Daniela suspira.
‘El lunes, miércoles y viernes vas al gimnasio y el martes y jueves a ingles.’
‘A que hora?’
Daniela piensa un momento.
‘A las cinco.’
‘A las seis. Ves que no escuchas?’
‘Claro que si, es que no lo recuerdo. Entendiste porque antes no podía hablar?’
‘Si porque estaban tus padres y se estaban despidiendo.’
‘Exacto: te decía si, aja, ehm. Y tu no entendías!’
‘Como puedo entender si no me lo dices?’
‘Como puedo decírtelo si ellos estaban enfrente mío? Pero si eres terco! Tengo una idea: debemos decidir una palabra convencional para cuando no podamos hablar.’
‘Como…?’
‘Que se yo, pensemos…’
‘Podemos decir el nombre de mi escuela de ingles.’
‘Cual es?’
‘Viste que no me escuchabas! British.’
‘Si, British me gusta.’
Babi pasa en ese momento y se para frente a la hermana.
‘Es posible que siempre estas en el teléfono?’
Daniela no le responde. Decide usar rápido la nueva palabra.
‘British.’
Andrea se mantiene por un momento perplejo. ‘Que pasa, no puedes hablar?’
‘Claro! Si no porque diría British? Así, de la nada. Entonces no lo habíamos decidido así?’
‘Esta bien, pero como se yo que ahora no puedes hablar?’
‘Eh no, lo debes saber. Dije British.’
‘Si, pero pensé que quizás estabas probando como sonaba.’
Su discusión que no era precisamente algo como metafísica fue interrumpida de repente por la voz de una señorita de Telecom.
‘Atencion. Llamada local urgente para el numero…’
Daniela y Andrea se quedan en silencio. Escuchan las primeras cifras que decidirían a cual de los dos es el que lo están buscando. ‘3… 2…’
Daniela cubre la voz de la señorita. ‘Es para mi. Debe ser Giulia!’
‘Hablamos después?’
‘Si, te llamo cuando termine. British!’ Andrea ríe. En ese caso quiere decir algo más o menos como ‘te quiero mucho’.
‘Yo también.’ Cuelgan. Babi mira a la hermana. Extraño que haya terminado así rápido.
‘Han hecho una llamada loca urgente.’
‘Me parecía! Es muy extraño que tú termines solo porque yo te lo dije. Serán papa y mama molestos que deben decir algo y siempre consiguen ocupada la línea.’
‘Como va a ser! Seguramente es Giulia. Habíamos quedado en que hablaríamos después.’
Se mantienen esperando en silencio cerca del teléfono. Listas para alzarlo en el primer timbrazo. Como dos participantes en un quiz televisivo donde debes presionar primero el botón y dar la respuesta exacta. El teléfono suena. Daniela es más veloz.
‘Giulia?’ Respuesta equivocada. ‘Ah, discúlpeme, si ya se la paso. Es para ti.’ Babi le quita el auricular de las manos de Daniela.
‘Si, Alo?’
Ese sentimiento de satisfacción se vuelve rápido una pena grave. Es la madre de Pallina. Daniela sonríe. ‘No tardes tanto, ok?’
Babi trata de darle con una patada. Daniela la esquiva.
Babi se concentra en la llamada. ‘Ah, si señora, buenas noches.’ Escucha a la madre de Pallina. Naturalmente quiere a su hija. ‘Verdaderamente esta durmiendo.’ Después, arriesgando como nunca: ‘Quiere que la despierte?’ Babi entrecierra los ojos y aprieta los dientes esperando la respuesta.