‘No, no te preocupes. Te lo puedo decir a ti.’
Ya paso todo.
‘Mañana en la mañana logre hacer la cita para el análisis de sangre. Así que debes decirle que no coma nada desde que se levante y que la vengo a buscar yo a las siete. Entrara a la segunda hora, si no se hace muy tarde.’ Babi ahora esta relajada.
‘Si, de todas formas a la primera hora es religión…’ Babi piensa que esa materia para su amiga es del todo inútil. El alma de Pallina, entre mentiras y novios violentos, ya se perdió completamente.
‘Por favor Babi, no dejes que coma.’
‘No señora, no se preocupe.’
Babi cuelga. Daniela le pasa cerca lista para adueñarse de nuevo del teléfono.
‘Te fue bien verdad?’
‘Le fue bien a Pallina. Si la atrapa ya es su problema. Yo que entro en todo?’ Babi prueba rápido a llamar al teléfono de Pallina. Nada que hacer: esta apagado. Es cierto. Esta durmiendo en mi casa y aquí no agarra. Que teléfono usar? Pero de que me preocupo? A lo mas se arriesga es ella. No me debo ni preocupar.
Babi se hace una manzanilla. Dos pedazos de limón, una bolsa de azúcar dietética y se echa en el sofá. Las piernas dobladas hacia adentro, los pies metidos bajo un cojin, donde hace mas calor. Daniela naturalmente vuelve a llamar a Andrea. Le cuenta la historia de Pallina, la llamada de la madre, la mentira de Babi y tantas otras cosas que para los dos son divertidísimas. En la televisión de la sala hay muchos cambios de canal. Una transmisión de la civilizacion antigua, una historia de amor más contemporánea, un quiz muy difícil. Babi se queda un momento en el sofá pensando. No. Esta respuesta no la sabe. La voz de Daniela llega desde el corredor, alegre y divertida. Palabras de amor se confunden dulces entre risas frescas. Babi apaga la tele. Pallina debería regresar antes de las siete.
‘Buenas noches Dani.’
Daniela sonríe a la hermana.
‘Buenas noches.’
Babi no intenta siquiera de repetirle a la hermana de no ocupar tanto el teléfono. De que serviría? Se lava los dientes. Coloca en la silla el uniforme para el día siguiente, prepara el morral y se mete en la cama. Reza un poco mirando el suelo. Se encuentra distraída. Apaga la luz. Gira en la cama tratando de dormir un poco. No puede. Y si Pallina iría directo hacia la escuela? Ella es capaz de todo. Quizás amanece y hace que Pollo la lleve a Falconieri cuando su mama la viene a buscar acá. Tonta Pallina! Sale de la cama y se viste veloz. Se mete un suéter y un par de jeans, después va el cuarto de Daniela y agarra los zapatos Superga azules. Pasa frente a la hermana. Todavía en el teléfono.
‘Voy a avisarle a Pallina.’
Daniela la mira emocionada.
‘Vas a la Serra? Quiero ir yo también!’
‘A la Serra? Yo voy a la Olímpica. Donde hacen las carreras.’
‘Eh! Se llama la Serra.’
‘Y porque?’
‘Por todas las flores que esta a los lados de la calle! Por esos que murieron.’
Babi se pasa la mano por la frente.
‘Solo faltaba esto… La Serra!’
Agarra la chaqueta poniéndoselo en el corredor y trata de salir. Daniela la para.
‘Te lo pido, Babi, llevame contigo!’
‘Que pasa, todas están locas ahora? Tú, Pallina y yo que vamos a la Serra. También podríamos hacer una carrera en moto no?’
‘Si te pones una correa fuerte te eligen ellos y te llevan detrás, anda llevate la mía, imaginate que divertido, ser la groupie…’
Babi piensa en que estaría durmiendo ahorita. Todo es inútil. Se sube el cierre de la chaqueta. Le parece estar frente a un conductor de programas con un quiz todo para ella. Que vas a hacer allá? Porque vas a la Serra, entre ramos de flores para esos que murieron? En esa calle donde grupos de desencadenados en moto arriesgan tener el mismo fin? La respuesta le parece fácil. Va a avisarle a Pallina de regresar antes de las siete. Esa Pallina que ama estar en los lugares más absurdos, que no sabe nada de latín. La Pallina que ella ama soplarle las respuestas aun si esto le cuesta una nota. Si, ella va sobretodo por Pallina. O al menos esto es lo que ella misma quiere creer.
‘Daniela, no lo repito mas. Cuelga ese teléfono.’ Después sale corriendo, con un gancho entre los cabellos y el corazón que extrañamente le late fuerte.
A los bordes de esa gran calle de amplia curva hay mucha gente. Algunas Jeep Patrol con las puertas abiertas disparan música a todo volumen. Muchachos con cabellos rubios teñidos, con camisetas y gorras americanas, pretenden ser surfistas y en poses de estatuas se pasan, felices, una cerveza. Un poco más allá, cerca de un Maggiolone descubierto, otro grupo, un poco más realista, se aproxima para fumarse una marihuana. Mas adelante, algunos señores en busca de una velada emocionante, están cerca de un Jaguar. Cerca de ellos, otra pareja de amigos miran divertidos esa absurda carrocería. Motos que van sobre una sola rueda, motos que corren veloces rugiendo, frenando y acelerando, chicos que pasan de pie sobre los pedales mirando si hay gente conocida, otros que saludan amigos.
Babi con su Vespa arreglada afronta la dulce subida. Al llegar arriba, se queda sin palabras. Bocinas diversas, agudas y profundas, suenas como enloquecidas. Motores fuertes se responden rugiendo. Luces de faros, colorados de maneras diversas, iluminan la calle como si fueran una enorme discoteca.
En una pequeña parte hay un kiosco móvil que vende bebidas y panes calientes. Esta haciendo muchos negocios. Babi se para ahí frente y mete el seguro a la Vespa. Lo cierra. Una Free sobre una sola rueda le pasa tan cercano que Babi casi pierde el equilibrio. Un chico de quince años máximo deja caer de nuevo la rueda del frente riendo alocadamente. Frena haciendo un gran ruido y vuelve a ir por el sentido inverso. Se alza de nuevo con las piernas fuera de su puesto, ligeramente desequilibrado.
Babi mira distraída todo. Después se pone a caminar, tropieza con un tipo con los cabellos peinados, una chaqueta negra de piel y un zarcillo en el oído derecho. Parece tener un gran susto.
‘Mira por donde vas, no?’
Babi se disculpa. Ahora mucho más se pregunta que esta haciendo en ese lugar. A un cierto punto ve a Gloria, la hija de los Accado. Esta ahí, sentada en el suelo, sobre una chaqueta de jeans. Cerca de ella esta Dario, su novio. Babi se les acerca.
‘Hola Gloria.’
‘Hola, como estas?’
‘Bien.’
‘Conoces a Dario?’
‘Si, ya nos hemos visto.’
Se intercambian una sonrisa tratando de recordar donde y cuando.
‘Escucha, lo siento por lo que paso a tu papa.’
‘Ah si? A mi no me importa de verdad. El esta bien. Así aprende a meterse en sus propios asuntos. Siempre se entromete, siempre quiere salirse con la suya. Finalmente consiguió alguien que lo metiera en su puesto.’
‘Pero es tu padre!’
‘Si pero también es una gran ladilla.’
Dario prendió un cigarrillo.
‘Estoy de acuerdo. Dile a Step gracias de mi parte. Sabes que nunca me deja subir a su casa? Debo siempre esperar abajo para salir con Gloria. No es que me importa no verlo. Es una cuestión de principios, no?’
Babi piensa que principios serán esos. Dario le pasa el cigarrillo a Gloria.
‘Claro, si se la hubiera dado yo la golpiza, hubieran sido muchos problemas.’
Dario se comienza a reír.
Gloria fuma, después mira a Babi sonriendo.
‘Y que, ahora eres algo de Step?’
‘Yo? Estas loca? Me despido, debo conseguir a Pallina.’
Se aleja. Se ha equivocado. Los dos son unos locos. Una hija feliz porque su papa fue golpeado. Su novio molesto porque no lo hizo el. Cosas increíbles. Sobre una pequeña escalera, detrás de una red, esta Pollo. Esta sentado sobre una gruesa moto y habla alegremente con una chica que tiene abrazada entre las piernas. La chica tiene un gorro azul con la visera y escrito NY al frente. Los cabellos negros recogidos le salen del gorro entre la visera y el final. Tiene puesta una chaqueta con los bordes blancos plastificados como típica porrista americana. La correa que se usa para ser groupie, un par de pantalones azul oscuros y los zapatos combinados la hacen ver un poco más italiana. Esa loca desencadenada que ríe y mueve divertida la cabeza y besa cada tanto a Pollo, es Pallina. Babi se les acerca. Pallina la ve.