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‘Hola, que sorpresa!’ Va a su encuentro y la abraza. ‘Que feliz estoy, viniste!’

‘Yo para nada. De hecho, quiero irme lo mas rápido posible!’

‘A propósito, que haces acá? No es de cretinos venir a las carreras?’

‘Si, eres una cretina. Llamo tu mama!’

‘No…? Y que le dijiste?’

‘Que dormías.’

‘Y te creyó?’

‘Si.’

Pallina suelta un suspiro. ‘Menos mal!’

‘Si, pero dijo que mañana en la mañana te buscaba rápido, que debes hacer los análisis y saltar la primer ahora.’

Pallina da un salto de alegría.

‘Siiii!’ Su entusiasmo dura poco. ‘Pero mañana tenemos religión a primera hora, no?’

‘Si.’

‘Que mal, no puedo hacer los análisis el viernes que toca italiano?’

‘Bueno, igual te pasara buscando a las siete, así que trata de regresar pronto ok?’

‘Pero quédate!’ Pallina agarra Babi bajo su brazo y la lleva hacia Pollo. ‘A que hora termina esto?’

Pollo sonríe a Babi que lo saluda forzada.

‘Rápido, a lo mas dos horas y termina todo. Después iremos a comer una buena pizza, esta bien?’

Pallina mira entusiasmada a la amiga.

‘Anda, no te hagas la muerta!’ Dice mientras Pollo sonríe y prende un cigarrillo. ‘Sabes que aquí esta Step… será feliz de verte.’

‘Si, pero no lo seré yo! Pallina, yo regreso a casa. Trata de llegar rápido. No quiero tener problemas con tu mama por tu culpa!’

Babi mira una placa en el suelo por el borde de la calle. Esta sobre una madera, y en el centro esta la foto de un muchacho cerca de un circulo mitad negro, mitad blanco. El símbolo de la vida. Esa misma vida que el muchacho no tiene más. Y después una escritura: ‘Era veloz y fuerte, pero con el, el señor no se comporto como un verdadero señor. No le quiso dar la revancha. Los amigos.’

‘Bellos amigos que son! Y también se la dan de poetas! Prefiero estar sola que tener amigos como ustedes que me ayudan a triturarme.’

‘Que rayos vienes a hacer acá si nada te parece bien?’ Dice Pollo botando el cigarro.

Después, su voz. ‘Es posible que no puedes estar de acuerdo con alguno? Tienes un carácter de verdad.’

Es Step. Parado frente a ella con su sonrisa arrogante.

‘Se da el caso que yo estoy de acuerdo con todos. En mi vida nunca existieron discusiones, quizás porque siempre frecuente un cierto tipo de gente. Últimamente mis conocidos han empeorado, quizás por la culpa de alguien…’ Mira directo a Pallina que alza los ojos al cielo suspirando.

‘Lo se, de cualquier forma que lo pongas, siempre es mi culpa.’

‘Ah porque, acaso no vine acá solo para avisarte?’

‘Ah entonces, no viniste por mi?’ Step se para enfrente. ‘Estaba seguro que habías venido para verme correr…’

Se acerca peligrosamente su cara a la de ella. Babi lo esquiva superándolo.

‘Pero si ni sabia que estabas.’ Se ruboriza.

‘Lo sabia, lo sabia. Te pusiste toda roja. Viste, no debes decir mentiras, no eres capaz.’

Babi se queda en silencio. Se molesta con ese maldito rubor y su corazón que, desobediente, le late veloz. Step lentamente se le acerca. Su cara esta de nuevo muy cerca de la de Babi. Le sonríe.

‘No entiendo porque te preocupas tanto. Tienes miedo de decirlo?’

‘Miedo? Miedo yo? De quien? De ti? Tú no me das miedo. Me das risa. Quieres saber algo? Yo esta noche te denuncie.’ Esta vez es ella que se acerca a la cara de Step. ‘Entendiste? Le dije que fuiste tú que golpeaste al señor Accado. Aquel que le diste el cabezazo. Dije tu nombre. Imaginate que tanto miedo te tengo…’

Pollo baja de la moto y se dirige veloz hacia Babi.

‘Idiota…’

Step lo detiene.

‘Calma Pollo, calma.’

‘Como que calma, Step? Ella te arruino! Después de todo lo que paso, otra denuncia y te quitan todo el resto. Vas directamente a prisión, a la cárcel.’

Babi se queda estupefacta. Esto no lo sabía. Step tranquiliza al amigo.

‘No te preocupes Pollo, no sucederá. No terminare en prisión. Quizás iré a lo mas a un tribunal.’ Después, volteado hacia Babi: ‘Aquello que cuenta es lo que se dice en el proceso, cuando tu serás llamada a dar el testimonio en contra de mi. Ese día no dirás mi nombre. Estoy seguro. Dirás que no fue yo. Que no tengo nada que ver.’

Babi lo mira como si fuera un duelo.

‘Ah si? Y estas tan seguro?’

‘Claro.’

‘Piensas que me das miedo?’

‘Absolutamente no. Ese día, cuando iremos al tribunal, estarás tan loca por mi que harías cualquier cosa por salvarme.’

Babi se queda un momento en silencio, después explota en una risa.

‘El loco serás tu que te convences de eso. Yo ese día diré tu nombre. Te lo juro.’

Step le sonríe seguro.

‘No jures.’

Un pitazo largo y seguro. Todos se voltean. Es Siga. En el centro de la calle esta un hombre bajo como de treinta y cinco años. Tiene una chaqueta de piel negra. Es respetado por todos. Alza los brazos. Es la señal. La primera carrera, la de las groupies. Step se voltea hacia ella.

‘Quieres venir detrás mío?’

‘Viste, es cierto. Estas loco.’

‘No, la verdad es otra. Tienes miedo.’

‘No tengo miedo!’

‘Entonces haz que Pallina te preste su correa, no?’

‘No apoyo las carreras de idiotas.’

Una moto azul oscuro se para enfrente. Es Maddalena. Saluda a Pallina con una sonrisa, después ve a Babi. Las dos chicas se miran fríamente. Maddalena se sube la chaqueta.

‘Me llevas Step?’ Muestra la correa apropiada.

‘Claro pequeña. Ponle seguro a tu moto.’

Maddalena le lanza una mirada de satisfacción a Babi, después le pasa al lado para ponerle el candado a su moto. Step se acerca a Babi.

‘Que malo, te hubieras divertido. A veces el miedo es una cosa fea. No te deja vivir los momentos más bellos. Es una especie de maldición si no sabes vencerla.’

‘Ya te lo dije, no tengo miedo. Anda a correr si te divierte tanto.’

‘Vas a apoyarme?’

‘Me voy a casa.’

‘No puedes, después de que pita nadie puede moverse.’

Pallina se le acerca.

‘Si, es así. Anda Babi. Quédate aquí conmigo. Así vemos esta carrera y nos vamos juntas después.’

Babi asiente. Step se le acerca y con un movimiento ágil le quita la bandana que tiene en la cintura. Babi no tiene tiempo de pararlo.

‘Devuelvela!’

Trata de agarrarla. Step la tiene en alto con la mano. Babi trata de golpearlo en plena cara, pero Step es más veloz. Le para la mano en el aire y la aprieta fuerte. Los ojos azules de Babi se ponen claros. La esta lastimando. Orgullosa como es, no dice nada. Step se da cuenta. Deja de apretarla.

‘No lo hagas nunca mas.’

Después la suelta y se monta en la moto.

En ese momento llega Maddalena y se monta detrás de el. Se pone al contrario como dice el reglamento y se ata a el con la correa. La moto sale justo a tiempo cuando ella logra cerrar la correa en el último hueco. Maddalena lleva las manos hacia atrás y se las lleva a los lados. Después alza la cara. Babi esta ahí viéndola. Las dos chicas intercambian una última mirada.

Después Step alza la moto, Maddalena cierra los ojos aguantándose de el. La cinta los aguanta. Step cae en dos ruedas y acelera para ponerse en el centro de la calle, listo para la carrera. Alza el brazo derecho. En su muñeca, resplandeciente y alegre, esta la bandana de Babi.

De repente, tres motos aparecidas de la nada, van al centro de la calle. Todos tienen detrás a una chica sentada al contrario. Las groupies miran alrededor. Una locura de chicas y chicos están frente a ellos. Las miran divertidos. Algunas las conocen y gritan sus nombres. Otros le saludan con la mano buscando tener su atención. Pero las groupies no le responden. Todas tienen las manos detrás y se aprietan al conductor por el miedo de soltarse en la salida. Siga reúne las apuestas. Los señores del Jaguar apuestan más que todos. Uno de ellos apuesta a Step. Otro de ellos apuesta al de al lado con la moto de colores. Siga recoge el dinero y se lo mete en el bolsillo de enfrente de la chaqueta, con cierre. Después alza el brazo derecho y se mete el pito en la boca. Hay un momento de silencio. Las chicos en las motos están todos mirando al frente, listos para salir. Las groupies están sentadas detrás, de espaldas. Tienen los ojos cerrados. Todas menos una. Maddalena quiere saborear el momento. Adora las carreras. Las motos corriendo. Tres pies izquierdos empujan el pedal hacia abajo. Con un único rumor suenan al mismo tiempo. Están listas. Siga baja el brazo y pita. Las motos salen de frente, casi inmediatamente sobre una sola rueda, veloces y rugiendo. Las groupies se sujetan fuertes a sus hombres. Volteadas con la cara hacia el suelo, ven la calle correr bajo de ellas, dura y terrible. Con la respiración aguantada, el corazón a dos mil, el estomago en la garganta. Corren detrás a cien, ciento veinte, ciento cuarenta. El primero a la derecha rompe. Baja la rueda de enfrente, tocando tierra con un golpe fuerte, empujando los amortiguadores. La moto tiembla, pero no pasa nada. Aquel que esta cerca acelera más. La moto sube de nuevo, la chica, sintendose casi vertical, grita. El chico, asustado, quizás también porque es su novia, suelta el acelerador frenando. La moto baja delicadamente. Una bestia de Kawasaki como de trescientos kilos baja con dulzura como si le hubiesen ordenado, baja el frente, tocando el suelo, como un pequeño avión sin alas.