En la luz del día no le quedan dudas. No quisiera a Raffaella como madre, absolutamente, aun si es mas puntual que la suya.
Babi entra en el baño. Encuentra su cara en el espejo. No es de las mejores. Hacer la groupie no te hacer ser mas bonita, al menos no a ella. Abre el agua fría, la deja correr por un momento, después se lava con fuerza la cara.
Daniela aparece detrás de ella.
‘Cuentame todo! Como te fue? Como es la Serra? Es de verdad tan divertida como dicen? Encontraste alguna amiga mía?’
Babi abre el tubo de la pasta de dientes, comienza a empujarlo desde el fondo tratando de hacer el doblez que Daniela le hizo justo a la mitad.
‘Es una idiotez. Un grupo de idiotas que arriesga inutilmente la vida y cada tanto alguno la pierde.’
‘Si, pero hay tanta gente? Que hacen? Donde se va después? Has visto a las groupies? Que valentía no? Yo nunca podría ser una!’
‘Yo lo fui…’
‘En serio? Fuiste una groupie? Guau! Mi hermana es una groupie.’
‘Oh, no es así gran cosa, te aseguro, y ahora déjame prepararme.’
‘Siempre haces así! Contigo no hay satisfacción. Que ventaja hay de tener una hermana mayor si no te cuenta nada? Igual ya hemos decidido Andrea y yo que la próxima semana vamos nosotros! Y si quiero, también hago de groupie!’ Daniela sale del baño. Babi sonríe a si misma, termina de lavarse los dientes y agarra el cepillo. Nada que hacer. Daniela se ha vengado a distancia. Algunos largos cabellos negros están pegados inmovibles y enredados en el cepillo. Babi los recoge con la mano y los bota en el inodoro. Después baja el agua y comienza a peinarse.
Daniela aparece detrás de la puerta.
‘Donde metiste los zapatos Superga que te preste anoche?’
‘Los bote.’
‘Como que los botaste? Mis Superga nuevos…?’
‘Escuchaste bien, los bote. Terminaron en estiércol y estaban arruinados, los tuve que botar. También porque sino Step no me traía a la casa.’
‘Terminaste en estiércol, después Step te trajo acá? Y cuando fuiste la groupie?’
‘Antes.’
‘Detrás de Step?’
‘No.’
Daniela con los pies desnudos sigue a Babi hasta su cuarto.
‘Bueno Babi, me cuentas como fue todo?’
‘Escucha Dani, hagamos un pacto, si tu de hoy en adelante limpias el cepillo después de que te peines, yo dentro de unos días te cuento todo. Esta bien?’
Dani bufa.
‘De acuerdo.’
Después regresa a su cuarto. Babi se pone el uniforme. No le contaría nunca, lo sabe. Daniela quizás habría limpiado el cepillo por los primeros días y después se le olvidaría. Es más ingeniosa que ella.
Raffaella entra al cuarto de Babi.
‘Pallina durmió aquí?’
‘Si mama.’
‘Y donde?’
‘En mi cama.’
‘Pero como es posible? Cuando yo vine anoche a besarte estabas solo tu.’
‘Llego mas tarde. No podía estar en su casa porque la mama hacia una cena.’
‘Y donde estaba antes?’
‘No lo se.’
‘Babi, no quiero ser responsable también de ella. Piensa que le hubiera sucedido algo y su madre supiera que estaba en otro lado en vez de acá…’
‘Tienes razón mama.’
‘La próxima vez que ella venga a dormir quiero saberlo con tiempo.’
‘Pero yo te lo dije, antes de que tu salieras anoche, no recuerdas?’
Raffaella se para un momento a pensar.
‘No, no lo recuerdo.’
Babi le sonríe ingenuamente como diciendo ‘y yo que puedo hacer?’. De igual forma sabe perfectamente que no lo podría recordar. Nunca se lo dijo.
‘No quisiera nunca tener por hija a una como Pallina. Siempre saliendo de noche haciendo quien sabe que. No me gusta esa chica, terminara mal, veras.’
‘Pero mama, ella no hace nada malo, le gusta divertirse pero te aseguro que es buena.’
‘Lo se, pero te prefiero a ti.’
Raffaella le sonríe y la acaricia la quijada, después sale del cuarto. Babi sonríe. Sabe como engañarla. Lleva ya un tiempo diciéndole muchas mentiras. Decide que debería dejar de hacerlo. Pobre Pallina, aun cuando no tiene nada que ver resulta culpable. Decide perdonarla. Claro, hay que resolver el problema de Pollo, aunque todo a su tiempo. Se mete la falda. Se para frente al espejo, se lleva el cabello hacia atrás, descubriendo su cara y lo aguanta con dos pequeños ganchos laterales. Se mantiene así, mirándose, mientras la canción ‘Ladron Feliz’ sale del stereo. Babi se acuerda de cuanto se parece a su madre. No, aun si supiera todo lo que ella había hecho, Raffaella no la cambiaria nunca por Pallina, tienen muchas cosas similares entre ellas. Uno de esos raros casos donde, sin saberlo, todos están de acuerdo.
El sol se filtra alegre por la ventana de la cocina. Babi termina de comer sus biscochos integrales y bebe la última gota de café que dejo en la taza. Daniela cava hasta el fondo. Su cucharilla se agita nerviosa en la caja plástica del pequeño biscocho, tratando de agarrar hasta el último pedazo de chocolate escondido. Raffaella ha comprado casi todo lo que le escribieron en la lista. Claudio esta feliz. Quizás por un horóscopo positivo, de seguro es por el anhelado café, que finalmente logro beber. También se ha ahorrado de comprar una cafetera grande.
‘Babi, hoy es un día bellísimo. Hay mucho sol afuera… no debe hacer mucho frío. Hable antes con tu mama y estamos de acuerdo. Aun si te pusieron la nota y eso… hoy pueden ir a la escuela en Vespa!’
‘Gracias papa, eres muy bueno. Pero sabes, después de lo que hablamos el otro día pensé bien, y quizás tienes razón. Por la mañana ir juntos tú, Daniela y yo se volvió casi un ritual, un amuleto de suerte. Y también es un buen momento: podemos hablar de todo, comenzar juntos el día. Es mejor así, no?’
Daniela no cree lo que esta escuchando.
‘Babi, disculpa, vayamos en Vespa. Con papa hablamos siempre, podemos estar en las noches durante la cena, la mañana del domingo.’
Babi le agarra el brazo apretándolo con mucha fuerza.
‘Pero Dani, es mejor así, en serio, vayamos con el.’
Se lo aprieta de nuevo. ‘Y claro recuerda que te he dije anoche, no me siento bien. Desde la próxima semana quizás iremos en Vespa, que hará aun mas calor.’ Esta última indirecta no le deja mas dudas. Es un mensaje. Daniela es una chica intuitiva, más o menos.
‘Si papa, Babi tiene razón, vamos contigo!’
Claudio bebe feliz el último trago del café. Es bello tener dos hijas así. No pasa todo el tiempo sentirse así de querido.
‘Bien muchachas, entonces salgamos, sino se hace tarde la escuela.’ Claudio va en el garaje a agarrar el carro mientras Babi y Daniela se paraban frente al portón a esperarlo.
‘Lograste entender, finalmente! Acaso tenia que partirte el brazo?’
‘Me lo podías decir antes, no?’
‘Que iba a saber yo que justamente hoy nos dan el permiso de ir en Vespa?’
‘Pero porque no la quieres usar?’
‘Facil, porque no esta.’
‘No esta la Vespa? Y donde esta? Pero no saliste con ella anoche?’
‘Si.’
‘Entonces? Terminaste en el estiércol con la Vespa y la dejaste botada también?’
‘No, la deje en la Serra y cuando regresamos no estaba.’
‘No te creo!’
‘Creelo.’
‘No lo quiero creer! Mi Vespa.’
‘Si es por eso, a mi fue que la regalaron.’
‘Si, pero quien la mando a arreglar? Quien le cambio unas partes? El próximo año papa y mama te comprarían el carro y seria mía. No lo puedo creer.’
Claudio se para ahí enfrente. Baja la ventanilla eléctrica.
‘Babi, donde esta la Vespa? No esta en el garaje.’
Daniela cierra los ojos. Ahora debe creerlo a juro.
‘Nada papa, la metí detrás por el patio. Te da tanto fastidio cuando sales. Pienso que esta mejor dejarla afuera.’
‘Bromeas, metela rápido adentro. Y si te la roban? Mira que tu mama y yo no tenemos intención de comprártela de nuevo. Apurate y metela adentro. Toma, estas son las llaves.’