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Daniela se monta detrás mientras Babi se aleja hacia el garaje fingiendo de buscar en el mazo la llave correcta. Al llegar al patio Babi se pone a pensar. Y ahora que hago? Al menos esta noche debo tener la Vespa. Si no, debo conseguir otra solución. Maldición a Pallina, es ella que me puso en este enredo, y es ella la que me debe sacar. Babi siente el sonido de la Mercedes que llega en retroceso. Corre hacia el garaje. Se inclina sobre la cerradura. Apenas a tiempo. La Mercedes sale por la esquina y se detiene frente a ella. Babi pretende que esta cerrando el garaje y se dirige sonriente al carro.

‘Listo, la puse en su lugar.’ Babi logro que le saliera bien, pero quizás es mejor conseguir la Vespa lo más rápido que pudiera. Mientras sube al carro se siente observada. Mira arriba. Tiene razón.

El chico que vive en el segundo piso esta extrañado. Debe haber visto todo. En realidad, no ha visto nada, y es por eso que tiene una actitud perpleja. Ella le sonríe tratando de relajarlo. El intercambia la sonrisa, pero entiende perfectamente que hay algo que no esta claro.

La Mercedes se aleja. Babi regresa las llaves al padre y le sonríe.

‘La pegaste bien al muro?’

‘Pegadisima. No te puede fastidiar.’ Babi se voltea hacia Daniela. Esta sentada con los brazos cruzados. Esta molesta.

‘Anda Daniela, vamos la próxima semana a la escuela con la Vespa!’

‘Espero que sea así.’

La Mercedes se para a la salida del complejo frente a la barra que lentamente comienza a alzarse. Claudio saluda al portero que le hace la señal de pararse un momento. Sale de la vigilancia con un paquete en la mano.

‘Buenos días doctor, disculpe, dejaron este paquete para Babi.’

Babi lo agarra curiosa. La Mercedes marcha dulcemente, mientras la ventanilla se cierra. Daniela se inclina hacia delante, llevada por la curiosidad. También Claudio echa una ojeada para ver que es.

Babi sonríe.

‘Quien quiere un pedazo? Es un cornetto de chocolate de Lazares Chi.’

Babi agarra el corneto y comienza a comerlo.

‘Papa?’ Claudio niega con la cabeza.

‘Dani?’

‘No, gracias.’ Quizás esperaba que en ese paquete hubieran noticias de la Vespa de ‘ellas’.

‘Mejor así, me lo como todo yo. No saben que se pierden…’ Pallina de verdad es un tesoro, sabe siempre como hacerse perdonar. Ahora debe solo encontrar la Vespa antes de las ocho.

En la entrada de la escuela las chicas charlan alegres esperando el sonido de la campana. Babi y Daniela bajan del carro y saludan al padre. La Mercedes se aleja en el tráfico de Plaza Euclide. Rápido un grupo de chicas corren hacia ellas.

‘Babi, es cierto que ayer fuiste a la Serra e hiciste la groupie?’

‘Es cierto que huiste fugando de la municipal?’

‘Un policía te agarro por los cabellos, Step lo golpeo y escaparon en su moto?’

‘Es cierto que murieron dos muchachos?’ Daniela escucha incrédula. La Vespa no fue sacrificada inútilmente. Aquella es la verdadera gloria. Babi no cree sus orejas. Como hacen para saber todo? No completamente todo. La historia del estiércol, por suerte, permaneció secreta. El sonido de la campana la salva.

Mientras sube las escaleras, responde vagamente a algunas preguntas de las amigas más simpáticas. Aquel día es una celebridad. Daniela la saluda con afecto.

‘Chao Babi, nos vemos en el receso!’ Increíble. Desde que van a la escuela juntas nunca se lo había dicho. Mira a Daniela alejarse rodeada de algunas amigas. Todas le caminan alrededor haciéndole miles preguntas. También ella esta regocijándose de su momento de notoriedad. Es justo, al final ella le había botado sus zapatos Superga. Espera solo que no cuente acerca del estiércol.

Un joven pastor que viene de una parroquia cercana se sienta en la cátedra. Es la primera hora, la de religión. La diversión preferida de todas es meterlo en dificultad con preguntas acerca del sexo y relaciones prematrimoniales. Narran desinhibidas ejemplos precisos y hechos sucedidos a tremendas y fantasmales amigas, que casi siempre, son ellas mismas. Prácticamente, esa hora de religión se transformo en una verdadera hora de educación sexual, la única materia en la cual todo el salón habría tenido la suficiencia completa.

El pastor trata de esquivar una pregunta bien precisa acerca de su vida privada antes de tomar los votos. Abre la Biblia cortando así el gran interés que se genero alrededor de sus improbables pecados. Babi revisa el diario. La próxima hora es griego.

La Giacci interroga. Esta por cerrar el último trimestre antes de los exámenes de aptitud. Al terminar las materias no habría más interrogaciones. Revisa las marcas que tiene. Faltan solo tres para completar el ciclo. Quienes serian las ‘afortunadas’. Babi lee los nombres. Esta de nuevo Silvia Festa. Pobrecita, bella semana que le ha tocado. Babi se voltea hacia ella. Esta con las manos en las mejillas y mira al frente. Babi la llama con un susurro. Silvia se da cuenta.

‘Que pasa?’

‘Pendiente que hoy la Giacci te interroga en griego.’

‘Lo se.’ Silvia le sonríe, después mueve de la espalda de la compañera de frente el libro que ha apoyado en ella. El de gramática griega. ‘Estoy repasando.’ Babi le sonríe. Para lo que le serviría de todas formas. Quizás era mejor si hubiera prestado atención a religión. En realidad, solo un milagro la salvaría. La campana suena. El joven pastor se aleja. Lleva consigo un maletín de piel suave oscura y también unas ultimas dudas. Su forma de caminar es una sincera confesión. Si de joven ha cometido pecados, ellas, las chicas en general, no tuvieron la culpa.

‘Hola Babi!’

‘Pallina, como estas?’

Pallina pone el morral sobre el pupitre de Babi.

‘Bien, con un litro de sangre menos!’

‘Es cierto. Como te fue en los análisis?’

Pallina se arremanga la camisa azul del uniforme mostrando su pálido brazo. ‘Mira aquí!’ Le indica una inyección de la punta ligeramente enrojecida de sangre.

‘Esto no es nada. No sabes cuanto tardo ese medico para conseguirme la vena. Dos horas. Me ha pinchado todo alrededor y mas puyas bajo el brazo, decía el que para hacer salir la vena. Según yo, solo para hacerme mal, me odia. Siempre me ha odiado ese doctor. Después comenzó a decir que no iba a parar nunca. Clásico, para no hacerme pensar en la inyección. Me dice que tengo venas reales, la sangre azul, que debo ser una princesa! Y después ya! Me mete completamente esa aguja en el brazo. Pero yo le hice ver quien era la princesa. Le dispare un ‘Hijo de puta’…’

‘Pallina!’

‘Eres mas gentil. Mi mama me dio una cachetada en la boca. No se quien me lastimo mas, ella o el doctor que odio. Cuando tienes miedo del dolor físico solo quieres silencio alrededor de ti, pero ellos nunca lo entienden. Imaginate que cuando estábamos saliendo se la dio de chistoso con mi madre.’ Pallina imita el tono. ‘ ‘Una cosa es segura señora, con estas venas su hija difícilmente se podrá drogar.’ Pésimo, me dio ganas de vomitar. La única cosa positiva de todo esto fue que después, mi madre me llevo a desayunar en Euclide. Me comí un pastel fabuloso! Por cierto, recibiste mi paquete?’

‘Si, gracias!’

‘No, porque ese portero tuyo tiene la cara de uno que siempre debe saber lo que hay en los paquetes que dejas. Es peor que una maquina de rayos x… se ve que todavía estoy alborotada por los análisis, no?’

‘Bastante.’

‘Entonces no se comió tu cornetto?’

‘No.’ Dice Babi sonriendo.

‘Me perdonaste?’

‘Casi.’

‘Como que casi? Que, debo dejarte dos?’

‘No, debes conseguirme mi Vespa antes de las ocho.’

‘Tu Vespa? Y como hago? Quien sabe donde termino. Quien la tiene? Quien la agarro? Como se yo?’

‘Que se yo? Tú siempre sabes todo. Estas bien metida en el ambiente. Eres la

‘mujer’ de Pollo. Una cosa es segura, cuando mi papa llegue esta noche a las ocho, la Vespa debe estar en el garaje…’