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‘Estupido Pollo!’ después se cierra los pantalones y cuando llega a la sala no cree a sus ojos. ‘Que coño hacen?’ están todos. Bunny y Hook están haciendo alguna especie de juego en la alfombra. Cerca de ellos hay una lámpara rota. Schello esta sentado con los pies sobre el sofá, come un paquete de galletas y mira Sex in the City. Lucone tiene al niño en las piernas y le esta haciendo fumar una marihuana.

‘Mira Step! Mira la cara de loco que pone este niño.’ Babi se lanza como una furia sobre Lucone, le quita la marihuana de las manos y la apaga en un cenicero.

‘Fuera! Fuera de aquí. Inmediatamente.’

Sintiendo ese grito, de la cocina salen Dario y otro con una cerveza en la mano. Llega también el Siciliano con una chica. Tienen la cara roja. Step piensa que debieron haber hecho aquello que el y Babi siquiera pudieron intentar. Suertudos!

Babi comienza a empujarlos uno por uno fuera por la puerta.

‘Salgan todos de aquí… fuera!’

Divertidos se dejan llevar haciendo aun mas desorden. Step la ayuda.

‘Dale muchachos fuera.’ Por ultimo empuja a Pollo. ‘Contigo arreglo cuentas después.’

‘Pero yo solo llame a Lucone, es su culpa, el le aviso a los demás.’

‘Callate.’ Step le da una patada en el trasero y lo lanza fuera de la puerta. Después ayuda a Babi a poner todo en su lugar.

‘Mira, mira que hicieron esos vándalos.’

Le muestra la lámpara rota y el sofá manchado de cervezas. Las galletas esparcidas por todos lados. Babi tiene lágrimas en los ojos. Step no sabe que decir.

‘Disculpa. Anda, te ayudo a limpiar.’

‘No gracias, yo lo hago.’

‘Estas molesta?’

‘No, pero es mejor que te vayas. Dentro de poco llegan los padres.’

‘Estas segura que no quieres que te ayude?’

‘Segura.’

Se dan un beso rápido. Después ella cierra la puerta. Step va para abajo. Mira alrededor. No hay ninguno. Monta en su moto y la prende. Justo en ese momento, detrás de un carro sale todo el grupo. En la noche se alza un coro. ‘Bravo niñera, oh oh oh!’ dicen aplaudiendo. Step baja volando de la moto y comienza a correr detrás de Pollo.

‘Yo no tengo nada que ver! Agarra a Lucone! Es su culpa!’

‘Que importa, igual te golpeare!’

‘Igual ni estabas haciendo nada ahí. Te estabas aburriendo!’

Continúan a correr por la calle entre risas lejanas de los otros y la curiosidad de cualquier inquilino con insomnio.

Babi recoge los pedazos de la lámpara, los bota en la basura, después limpia el suelo y desmancha el sofá. A la final, cansada, mira alrededor. Bueno, podía haber sido peor. Diré que la lámpara se me cayó cuando jugaba con Giulio. El niño no pudra nunca negarlo. Ahí esta durmiendo profundamente, completamente fumado.

La mañana después, Step va al gimnasio. Pero no para entrenarse. Busca a alguien. Al final lo consigue. Se llama Giorgio. Es un muchacho de quince años que tiene una desenfrenada admiración por el. No es el único. También los amigos de Giorgio hablan de Step como una especie de Dios, un mito, un ídolo. Todos saben sus historias, todo eso que se cuenta acerca de el y no hacen nada sino alimentar aun mas esa que ahora se ha convertido en una especie de leyenda. Ese muchacho es uno confiable. El único al que Step puede pedirle algún favor del género sin correr el peligro de salir mal. También porque donde termina la admiración comienza el terror.

Poco mas tarde, Giorgio esta en la Falconieri. Camina rápido los corredores sin dejarse ver y entra en la sección B, la clase de Babi. La Giacci esta dando una lección, pero extrañamente no dice nada. Babi se queda sin palabras. Mira en su pupitre ese enorme mazo de rosas rojas. Lee divertida la tarjeta: ‘Mis amigos son un poco desastrosos, pero te prometo que esta noche cenaremos en mi casa solos. Uno que no tiene la culpa’.

La noticia se esparce rápido por la escuela. Ninguno había hecho algo así. A la salida, Babi baja las escaleras de la Falconieri con ese enorme mazo de rosas rojas entre los brazos, acabando así con las últimas dudas. Todos hablan de ella. Daniela esta orgullosa de su hermana. Raffaella se molesta aun más y Claudio, naturalmente, tiene que aguantar otra regañada.

Esa tarde Step esta guardando una recopilación de la obra de Pazienza apenas comprada cuando suenan a la puerta. Es Pallina.

‘Primero fui la cupido, ahora soy la mensajera. La próxima vez que me tocara hacer?’ Step ríe. Después agarra el paquete de las manos y la saluda. Tiene un delantal de flores rosadas y un papeclass="underline" ‘Acepto solo si cocinas tu y sobretodo si lo haces poniéndote mi regalo, p.d. Yo voy por mi cuenta, pero a las ocho y media, no puedo antes porque están mis padres!’

Poco después, Step esta en la oficina de su hermano.

‘Paolo, esta noche necesito la casa sola, absolutamente.’

‘Pero yo invite a Manuela.’

‘La invitaras otro día… anda, a Manuela la ves siempre. Diablos, Babi viene solo esta noche…’

‘Babi? Quien es ella? La hija de ese que vino a la casa?’

‘Si, porque?’

‘El parecía molesto. Hablaron después?’

‘Como no. Fuimos a jugar billar juntos y nos emborrachamos.’

‘Se emborracharon?’

‘Si, de hecho… solamente se emborracho el.’

‘Hiciste que bebiera?’

‘Como que hice que bebiera. Bebió el. Que importa. Entonces estamos de acuerdo no? Esta noche sales. Esta bien?’

Después, sin esperar su respuesta sale veloz de la oficina. Esta tan concentrado de lo que tiene que hacer que no se da cuenta de la sonrisa que le da la secretaria de Paolo.

Desde casa llama a Pollo. Le avisa de no pasar, de no llamar y sobretodo de no hacer ningún tipo de alboroto.

‘Mira, que de esto depende tu cabeza. Hasta peor, nuestra amistad y no estoy bromeando!’ después hace una lista de las cosas que comprar, va al supermercado debajo de casa y agarra de todo, hasta un paquete de esos biscochos ingleses que le gustan tanto a su hermano. En el fondo, Paolo se los merece. Es un buen tipo. Tiene algunas cosas que lo obsesionan como el carro, el trabajo y sobretodo Manuela. Pero, con el tiempo, se le pasarían. Después mientras sube a su casa lo piensa mejor. No, lo de Manuela nunca se le pasaría. Ahora son seis años que están juntos y no da señal de ceder. Bella relación pero, por lo que ha escuchado, ella ha tenido algunas aventuras por su cuenta. Aparte de su hermano, no logra entender que loco podría tener una aventura con Manuela. Fea, antipática y sobretodo creída. Una sabelotodo. No hay nada peor que eso. Pobre Paolo. Al final son sus problemas. Yo preferiría a su secretaria. Y después de esa ultima consideración positiva, prende la radio y va a la cocina a lavar la ensalada.

A las ocho todo esta listo. Escucha el último éxito de las lista de canciones americana, no se puso el delantal de Babi, pero para compensarlo lo apoyo sobre una silla para mentir en el momento oportuno. Mira los resultados de su labor. Carpaccio con queso grana. Ensalada mixta con aguacate y una macedonia de fruta traída de Maraschino. Afloran los recuerdos. Esa macedonia la comía mucho de pequeño. Lo deja pasar tranquilo. Esta feliz. Esa es su velada, no quiere que nada la arruine. Revisa complacido la mesa, arregla mejor una servilleta. Es justo un gran chef, pero no sabe que los cuchillos se ponen de la otra parte. Comienza a girar por la casa nervioso. Se lava las manos. Se sienta sobre el sofá. Se fuma un cigarrillo, prende la televisión. Se lava los dientes. Las ocho y cuarto. El tiempo pareciera nunca pasar en ciertas ocasiones. Dentro de un cuarto de hora llega, cenaremos juntos, hablaremos tranquilos. Estaremos en el sofá sin que alguien nos moleste. Después iremos a mi cuarto y… no, Babi nunca lo haría. Es muy rápido. O quizás no. No hay un tiempo preciso para estas cosas. Si estuvieran más tiempo juntos, quizás sucediera. Trata de acordarse de una canción de Battisti. ‘Que sensación de ligera locura esta coloreando mi alma, el tocadiscos las luces bajas y después… champaña helada y la aventura pasara…’ Diablos. Eso se me olvido! La champaña! fundamental! Step va veloz a la cocina, abre todas las gavetas. Nada que hacer. Consigue solo un vino Pinot Grigio. Lo mete en el freezer. Bueno, es mejor que nada. Justo en ese momento suena el celular. Es Babi.