En el banquete de nuestra boda no sabíamos dónde colocar al novio de mi suegra. Como ella era la madrina se puso a la izquierda de mi marido y a su lado sentamos a mi suegro, pero con el novio no sabíamos qué hacer. A mi derecha estaban mi padre y mi madre. Después de mucho pensar, lo colocamos en la primera mesa con mis primos.
Mi prima me contó que fue muy violento, porque no sabían de qué hablar, y que de vez en cuando mi suegra y él se miraban poniéndose ojitos tiernos, y entonces mi marido y mi suegro miraban para otro lado con cara de mal humor.
Habría sido mejor que él no fuera, pero mi suegra se empeñó.