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No es verdad que has echado al moscón, eres un mentiroso como la Frau, ¿es que no lo oyes o crees que me zumban los oídos?, tal vez me zumben también los oídos, pero es un moscón, no me equivoco, échalo de aquí, entreabre un poco las persianas y verás como encuentra la salida, total, la luz no me molesta, cierro los ojos, ¿qué hora es, ha pasado ya el mediodía? Es por la tarde, serán las tres, sí, siento que ya es por la tarde… qué extraño, la tarde se advierte incluso estando en esta cama, la sientes con los oídos, tiene su propia respiración, y con el olfato, con los oídos y con el olfateo, y además hay un gallo que se pone a cantar por la tarde, es un gallo estúpido, para qué canta, cree ser valiente, no lo es en absoluto, es sólo un estúpido y un engreído, había una vez dos hombres en estos montes, eran valerosos ambos, combatían la misma batalla, pero discrepaban sobre el futuro de su propio país, uno era él, estaba detrás de un peñasco y miraba fijamente una flor, las tres brigadas del oeste iban a pasar a sus órdenes, pero antes debía convertirse en un héroe, no es nada fácil convertirse en héroe, un milímetro a un lado y eres un héroe, un milímetro a otro lado y eres un cobarde, es una cuestión de milímetros, él estaba allí, miraba fijamente una flor y el paisaje frente a él era su palestra, ¿vencería el combate o se cagaría en los pantalones?… a veces eso pasa, estás a punto de convertirte en héroe y todo acaba en mierda… Te lo ruego, entreabre las persianas, debe de ser ya de noche, ahora lo comprendo, antes me había equivocado… ¿estás escribiendo?… escríbelo todo con pelos y señales, en otras cosas tienes libertad de escribir a tu manera, pero en esto no, escribe mis palabras… Abre un poco las persianas, deja que entre algo de fresco… a menudo los heroísmos acaban en mierda, mejor dicho, casi siempre, pero eso no debe decirse, no es adecuado para la educación de los niños, y luego cómo te las apañarás para ponerte la mano en el corazón, porque después del heroísmo es necesaria la mano en el corazón, cuando estás frente a la bandera, ahí estás tú, esperas la cruz en el pecho, las autoridades están todas formadas delante de ti… cruz de guerra, no una gilipollez cualquiera… está el presidente de la república con su mujer, dios mío qué pareja, Tristano los mira, por suerte es un documental, es la Settimana Incom, [12] en blanco y negro, y la carencia de color hace la escena menos horrenda, en el palco todas las otras autoridades de la ocasión, el ministro del interior, el de defensa, un general colgado de las medallas que lleva en el pecho, el cardenal, acaso dos incluso, la banda con el penacho, el próximo domingo esta solemne ceremonia del heroísmo patrio será transmitida en todos los cines de Italia, o por lo menos en las grandes ciudades, antes de la conmovedora película americana en la que se dice que mañana será otro día con un trasfondo de atardecer sanguíneo… y el discurso para la Settimana Incom es histórico porque las jóvenes generaciones deben saber que el aquí presente condecorado es, en efecto, un héroe nacional, y ese acto de heroísmo ha sido realizado precisamente por él, pero él no es él, es como el soldado desconocido, representa a los italianos todos, también a nosotros, generales y presidentes que en la Resistencia no tomamos parte, nos representa a todos nosotros, porque jamás el pueblo italiano fue fascista, y en él nos reconocemos, el pueblo italiano siempre combatió contra el fascismo, siempre, eso de ser fascista el pueblo italiano, ni en sueños… Era yo quien soñaba, piensa Tristano, luchaba contra nadie, los fascistas jamás existieron, me los imaginaba yo… el presidente torcido avanza derecho hacia él acompañado por un alto oficial que lleva sobre una bandeja de plata la cruz de guerra, están todos unidos en cohorte, Tristano, no tienes escapatoria, piensa Tristano, ahora huyo, en aquel amanecer de entonces no huí, me quedé detrás del peñasco con la metralleta en la mano pero ahora huyo, o ahora o nunca, huye, Tristano, huye, o dentro de poco serás el héroe de esta gente, igual a ellos, y todo será definitivo e irremediable… Escritor, abre la ventana, de par en par, quiero sentir el frescor de la tarde, porque a mí tan querido me viene la tarde, ¿te lo enseñaron en el colegio?, habrás tenido tú también un profesor mengano que te la habrá enseñado, también a Tristano le hubiera hecho falta algo de fresco, y en cambio sudaba, sentía un calor insoportable, ábreme la ventana, escritor, deja que entre el frescor nocturno, ah, la noche, déjate de atardeceres, la noche sí que debería ser celebrada, pero hacen falta cojones para celebrar la noche, porque la noche trae sueños, y pesadillas a menudo, y es difícil enfrentarse a las pesadillas, más que enfrentarse a los nazis, es allí donde se ve si eres de verdad un héroe, déjame solo, por favor, quiero ver si consigo dormir.

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[12]Documentales cinematográficos italianos de posguerra equivalentes al NO-DO español. (N. del T)