Hoy he encontrado otro tema, a propósito de la transmisión de la carne. Estoy en vena filosófica, escritor, me siento realmente en forma, como filósofo. La transmisión de la carne. ¿Tú la has transmitido? Estoy seguro de que sí, ojalá, y con más de un útero, es lo que hacéis vosotros, los escritores modernos, os cogéis una mujer, le hacéis un hijo, le dedicáis un libro, porque una mujer es una mujer una mujer… y después acaso os cogéis otra… otro hijo, otra dedicatoria, al estilo del polinizador… y entretanto las imprentas trabajan… y el registro civil… porque no podemos dejar que se extinga la raza humana… la estirpe de Caín merece ser transmitida… y también los libros que ha inventado, en caso contrario, ¿de qué serviría el globo rodante sobre el que vamos de paseo por el espacio?… La transmisión de la carne sirve para dar sentido a la rotación alrededor de un eje sobre el que gira este planetita del que somos condóminos, pero no te hagas ilusiones, el mundo no da vueltas, es sólo la idea de un científico ateo que se fió de una ilusión óptica, todo está inmóvil, todo está inmóvil desde el principio, en el sentido de que todo está tal cual, Tolomeo era un genio, todo está fijo, como fue creado o como estalló por sí mismo, todo nació y quedó inmóvil, somos nosotros quienes pasamos y creemos que todo sigue nuestro deambular, pero todo está detenido desde la noche de los tiempos, inmóvil como este mediodía, que está inmóvil desde la noche de los tiempos tambien, ¿oyes las cigarras, sientes el calor que entra por las persianas y esa luz que nos invita a cerrar los párpados para abandonarnos al océano inmóvil que finge estar moviéndose? Eppur si muove… Pura ilusión. No se mueve nada, el mediodía está inmóvil, era, fue y será así. ¿Cuántos días han pasado desde que viniste a escribir esta voz mía, cuántos días de este agosto? No, no, déjalo correr, de este mes no pasa, dijo el médico, así justamente se lo susurró a la Frau en el pasillo, lo oí, los moribundos tienen el oído fino, de este mes no pasa… Estábamos a principios de agosto, un domingo, de eso me acuerdo bien porque empezaron a ponerme morfina, la morfina es tolemaica, tiende a la inmovilidad del todo, cristaliza, transforma el tiempo en fruta escarchada… Vamos al grano, Tristano no siguió el recorrido obligado de la transmisión de la carne, no quiso continuarse a sí mismo en otro, a Rosamunda le esparcía el semen sobre el vientre, y a su verdadero gran amor, aquella a quien hubiera querido dar su semen, a su Mavri, la había abandonado en una isla del Egeo, estoy hablando metafóricamente, ya se entiende, abandonada, como hizo Teseo con Ariadna, sin saber bien por qué, tal vez porque era un imbécil, como Teseo, sigo hablando metafóricamente, eso el mito no lo dice, pero te lo digo yo, Teseo era un imbécil. Y a veces uno hace exactamente lo mismo y no sabe por qué, lo hace y ya está, y después se pasa la vida con remordimientos de conciencia, dándose cabezazos contra la pared o contra el palo de un viñedo, como le sucedió a Tristano…