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…Y, en cambio, el mundo está hecho de actos, de acciones… cosas concretas que sin embargo después pasan, porque la acción, escritor, se verifica, sucede… y sucede sólo en aquel preciso instante, y después se esfuma, ya no está, fue. Y para que perdure hacen falta las palabras, que sigan haciendo que exista, que la testimonien. No es cierto que verba volant. Verba manent. De todo lo que somos, de todo lo que fuimos, quedan las palabras que hemos dicho, las palabras que ahora escribes tú, escritor, y no lo que yo hice en aquel lugar dado y en aquel momento dado. Perduran las palabras… las mías… las tuyas, sobre todo… las palabras que testimonian. El verbo no está al principio, está al final, escritor. Pero ¿quién testifica por el testigo? El problema es ése, nadie testifica por el testigo…

Feliz, infeliz, verás, no es ésa la cuestión que me planteo, escritor, lo que me consuela es que en la gran adición, en vuestra odiosa adición llena de cifras, yo no figuro como una unidad entre todas las demás, en la suma no he sido contado, bien, me queríais par y era dispar, he hecho que os equivocarais en vuestros cálculos… Es mi poema del lunes, o del martes… el del domingo lo he olvidado porque no me gustaba, y te regalo éste.

…Pero a pesar de lo que te decía antes, respecto a ti tengo una ventaja, amigo, yo soy voz, y la tuya sólo es escritura, la mía es voz… la escritura es sorda… estos sonidos que ahora oyes por el aire en tu página morirán, la escritura los fija y los mata, como un fósil confitado en el cuarzo… la escritura es una voz fósil, y ya no tiene vida, el espíritu que tenía con esas ondas que vibraban en el espacio se ha esfumado… dentro de poco mi voz no existirá ya, quedará tu escritura… claro, podrías grabarla con tu instrumento, pero estará muerta, también así serán siempre las mismas palabras, inmutables, sin voluntad hacia el infinito, no una voz, el simulacro de una voz… y en cambio, lo que te estoy diciendo, aunque lo diga a duras penas, con estas cuerdas vocales mías quebradas que graznan, estertorosas, estas palabras están vivas, porque son mi aliento, mientras siga teniéndolo… la voz es aliento, escritor, ponte a la escucha, ¿no oyes este pesado silencio de fuera roto por el llanto de la cigarra? Y el aliento bochornoso de esta campiña de agosto… ¿la oyes?… respira como tú y como yo, y a su alrededor todo respira, este globo que gira en el espacio, nosotros que giramos encima de él, y el espacio en el que giramos, y el universo en el que gira el espacio, y los universos en los que gira el universo… pero ahora no pienses en la rotación de la tierra, piensa más bien en mi cabeza, me ha estallado una cefalea, precisamente ahora que estoy llegando al final, las cefaleas se resisten a morir, resisten más que nosotros, mira a ver si encuentras algo en la cómoda, una pastilla cualquiera… e incluso dios, si existe, respira… quién sabe los pulmones que tendrá… cósmicos, diría yo, con alvéolos monstruosos que se abren y se cierran como mandíbulas, en una respiración sin medida, pero respira… hoy es para mí el último día, o el penúltimo, con tanta precisión no lo sé, pero fíate de lo que te digo, mi aliento está en las últimas, me lo siento, y por lo tanto la voz también, esta voz que te ha contado una vida como podía, discúlpame, hubiera querido hacerlo mejor, pero ya te harás cargo… la vida no se cuenta, ya te lo he dicho, la vida se vive, y mientras la vives ya se ha perdido, ha huido… de modo que lo que has oído es un tiempo resucitado, pero no es el tiempo de aquel aliento que estuvo vivo, ése fue un aliento irrepetible, sólo se puede relatar, como un gramófono… Y además mira, no te he contado nada nuevo, te he contado una historia antigua, la Historia esta historia nos la ha contado de mil maneras, pobre-cilla, a ella tampoco, al igual que a los hombres, le cabe en realidad mucha elección, debe de haberlo dicho alguien… por esta razón alguien tiene siempre que sacrificarse, por una buena causa… al principio de nuestra historia le tocó a Judas, y mira el desprecio que le ha perseguido, habría que pensar con más atención en el sacrificio que hizo, no era nada fácil tomar esa determinación, aun por una buena causa, era una elección suprema, la elección de las elecciones, se merecería una rehabilitación, visto que hoy en día se rehabilita a ciertos tipos nada recomendables… hay un colega tuyo argentino que ha afrontado este enigma como pocos, lo he leído una y otra vez… grandioso… pero hace de ello un teorema, tal vez conociera poco la vida, conocía mejor sus mecanismos, esos que se llaman paradigmas… Pero si escarbas debajo de los paradigmas a menudo encuentras mierda, y ésta es difícil de resolver, la mierda carece de solución… Hablas de un héroe y puede que te encuentres con la mierda…

¿y qué haces con ella, una estatua? Por qué no, la palabra impresa tiene esta función, en el fondo, ella también se dirige a la memoria futura como las estatuas, memoria y olvido a la vez, porque lo primero será engullido algún día por lo segundo… pero si no fuera más que olvido, ya sería bastante, porque antes habría memoria, que según se dice se refiere a la realidad, y me temo que las palabras se hacen la ilusión de aferrar la realidad… para mí describen sólo su mecanismo, y ya estamos otra vez con el paradigma… Pero por debajo, la vida… la vida pulula como cuando levantas una piedra y encuentras un hormiguero y las hormigas huyen en todas direcciones… nosotros a eso lo llamamos hormiguero, y con eso nos entendemos, pero el hormiguero está formado por hormigas, y entretanto han huido todas. ¿Qué te queda? Un agujero. Excava, venga, excava.