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Era noviembre, y la temperatura estaba refrescando finalmente. Una cosa que realmente me gustaba sobre Beaufort era el hecho de que los veranos y los otoños parecían durar eternamente. Podría ponerse caluroso en verano o nevar una vez cada seis años, y podía haber una ola de frío que duraba una semana aproximadamente en enero, pero en su mayor parte todo lo que se necesitaba era una chaqueta ligera para sobrevivir en el invierno. Ese era uno de aquellos días perfectos a mediados de los años cincuenta – sin una sola nube en el cielo.

Llegue justo a tiempo a casa de Jamie y llamé a su puerta. Jamie respondió, y una miradita rápida adentro reveló que Hegbert no estaba por ahí. No era lo bastante caliente para un té dulce o una limonada, y nos sentamos en las sillas sobre el pórtico otra vez, sin algo para beber. El sol estaba empezando a ponerse, y no había nadie en la calle. Esta vez no tuve que cambiar de lugar mi silla. No había sido movida desde la última vez que había estado ahí.

"Gracias por venir, Landon", dijo ella. "Sé que estás ocupado, pero aprecio mucho que te hayas dado el tiempo para hacer esto".

"Así que, ¿qué es tan importante?", dije, queriendo conseguir que se acabara tan rápido como fuera posible.

Jamie, desde la primera vez que la había conocido, parecía nerviosa cuando se sentaba conmigo. Ella estaba juntando y separando sus manos continuamente.

"Quería pedirte un favor", dijo seriamente.

"¿Un favor?".

Y ella asintió con la cabeza.

Al principio pensaba que iba a pedirme que le ayudara a decorar la iglesia, como había mencionado en el baile, o tal vez necesitaba que manejara el automóvil de mi madre para llevar unas cosas a los huérfanos. Jamie no tenía su licencia, y Hegbert necesitaba su automóvil de todos modos, siendo que siempre había un funeral o algo así al que tuvo que ir. Pero ella todavía tomó unos segundos para conseguir las palabras.

Suspiró, y sus manos se juntaban otra vez.

"Me gustaría preguntarte si te molestaría hacer el papel de Tom Thornton en la obra dramática de la escuela", dijo.

Tom Thornton, como dije antes, era el hombre en busca de la cajita de música para su hija, quien conoce al ángel. Solamente que el ángel, era por mucho el papel más importante.

"Bueno… no sé", dije, confundido. "Pensaba que Eddie Jones iba a ser Tom. Eso es lo que la señorita Garber nos dijo".

Eddie Jones era casi como Carey Dennison, por cierto. Él era realmente flaco, con espinillas por todas partes de su cara, y él por lo general se dirigía a uno con sus ojos todo el tiempo desviados hacia otros lados. Tenía un tic nervioso, y no podía mantener quietos sus ojos cuando se ponía nervioso, lo cuál era prácticamente siempre. Probablemente terminaría de soltar sus líneas como un hombre ciego y psicótico si lo pusieran en frente de una multitud. Para hacer las cosas peores, tenía un tartamudeo también, y tardaba mucho tiempo en decir cualquier cosa. La señorita Garber le había dado el papel porque había sido el único que se ofreció a hacerlo, pero era obvio que incluso ella no quería dárselo aún así. Los profesores eran humanos, también, pero ella no tenía muchas opciones, ya que nadie más se había ofrecido.

"La señorita Garber no nos dijo eso exactamente. Lo que ella dijo era que Eddie podía tener el papel si nadie más tratara de tenerlo".

"¿Otra persona puede hacerlo?".

Pero realmente no había nadie más, y ella lo sabía. Debido al requisito de Hegbert que solamente estudiantes del último año actuarían, la obra dramática estaba en un aprieto ese año. Había aproximadamente cincuenta chicos de preparatoria en la escuela, veintidós estaban en el equipo de fútbol americano, y con el equipo todavía en la pelea por el título estatal, ninguno de ellos tendría tiempo de ir a los ensayos. De los treinta y tantos que quedaban, más de la mitad estaban en la banda y también tenían práctica después de la escuela. Un cálculo rápido mostraba que tal vez había una docena de otras personas que podían hacerlo posiblemente.

Ahora, yo no quería estar en la obra en absoluto, y no sólo porque había comprendido que la de drama era la clase más aburrida alguna vez inventada. La cosa era que, ya había llevado a Jamie al baile, y con ella como el ángel, sólo pensaba en la idea de que tendría que pasar cada tarde con ella durante el próximo mes más o menos. Ser visto con ella una vez era bastante malo… ¿Pero ser visto con ella todos los días? ¿Qué dirían mis amigos?

Pero podía darme cuenta que era muy importante para ella. El simple hecho de que me lo había preguntado dejo eso en claro. Jamie nunca pidió a alguien ningún favor. Pienso que porque tal vez sospechaba que nadie le haría un favor por el solo hecho de ser ella. El solo pensarlo me puso triste.

"¿Y Jeff Bangert? Él podría hacerlo", le hice la observación.

Jamie agitó su cabeza. "No puede. Su padre está enfermo, y tiene que trabajar en la tienda después de la escuela hasta que su padre esté de nuevo en pie".

"¿Y Darren Woods?"

"Se rompió su brazo la semana pasada cuando se resbaló en el bote. Su brazo está enyesado".

"¿De verdad?, no sabía eso", dije, mintiendo, pero Jamie sabía qué yo estaba enterado.

"He estado rezando por él, Landon", dijo ella simplemente, y suspiró por segunda vez. "Me gustaría que la obra sea en verdad especial este año, no por mí, pero sí por mi padre. Quiero que sea la mejor puesta que se haya hecho alguna vez. Sé cuánto querrá verme ser el ángel, porque esta obra dramática le recuerda a mi madre…".

Pausó, poniendo en orden sus ideas. "Sería terrible si la obra fuera un fracaso este año, especialmente por que estoy involucrada".

Paró otra vez antes de seguir, su voz que se puso más emotiva cuando continuó.

"Sé que Eddie lo hace lo mejor que puede, realmente lo se. Y no estoy avergonzada de hacer la obra con él, en verdad no me avergüenza. En realidad, es una persona linda, pero me dijo que estaba reconsiderando sobre hacerlo. A veces las personas en la escuela pueden llegar a ser… pues… crueles, y no quiero que Eddie salga lastimado. Pero…" Tomó una respiración honda, "Pero la razón legítima por que te lo estoy preguntando es debido a mi padre. Es un buen hombre, Landon. Si las personas se ríen de la memoria de mi madre mientras yo estoy participando… Bueno, eso rompería mi corazón. Y con Eddie y yo ahí… Tú sabes lo que la gente podría llegar a decir".

Asentí, mis labios se abrumaban juntos, sabiendo que yo habría sido una de esas personas de las que estaba hablando. A decir verdad, ya lo era. Jamie y Eddie, el dúo dinámico, los llamamos después de que la señorita Garber había anunciado que serían los que iban a hacer los papeles. El solo hecho de que fui yo el que lo había empezado me hizo sentir terrible, casi enfermo de mi estómago.

Acomodó un poco su asiento y me miró tristemente, como si ya supiera que iba a decir que no. Supongo que no supo cómo me sentía. Y continuó.

"Sé que los desafíos son siempre parte del plan del Señor, pero no quiero creer que el Señor puede ser cruel, especialmente con alguien como mi padre. Él ha dedicado su vida a Dios, y a la comunidad. Y ya ha perdido a su esposa y ha tenido que criarme solo. Y lo amo tanto por eso…".

Jamie se volteó, pero pude ver las lágrimas en sus ojos. Fue la primera vez que la había visto llorar. Pienso que una parte de mí quería llorar también.

"No te estoy pidiendo que lo hagas por mí", dijo muy suavemente, "De verdad que no, y si tú me dices que no, de todas maneras rezaré por ti. Lo prometo. Pero si lo quisieras hacer por ese hombre tan amable eso significaría mucho para mí… ¿Sólo piénsalo?".