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"Supongo que no, señor".

"¿Te molesta si te hago una pregunta?"

"No, señor".

Él tipo se me quedó mirando fijamente durante mucho tiempo, como si pensara en ello.

"¿Por qué invitaste a mi hija al baile?" dijo él finalmente.

Me quedé sorprendido, y sé que mi expresión lo mostró.

"No sé a qué se refiere, señor".

"No estarás planeando hacer algo… que pudiera avergonzarla, ¿o sí?".

"No, señor", dije rápidamente, horrorizado por la acusación.

"De ninguna manera. Necesitaba a alguien con quien ir, y le pregunté. Es tan simple como eso".

"¿No le tienes ninguna broma planeada?".

"No, señor. No le haría eso…".

Esto siguió durante algunos minutos más – su interrogatorio sobre mis intenciones verdaderas – pero afortunadamente Jamie salió de la habitación trasera, y su padre y yo giramos nuestras cabezas al mismo tiempo. Hegbert dejó de hablar definitivamente, y yo di un suspiro de alivio. Ella se puso una falda azul bonita y una blusa blanca que nunca antes había visto. Afortunadamente había dejado su suéter en el ropero. No estaba tan mal, tuve que admitirlo, sin embargo sabía que su vestimenta sería poco comparado con otras en el baile. Como siempre, su pelo estaba agarrado por esa dona. Personalmente pienso que habría sido mejor si la hubiera dejado fuera de servicio ese día, pero ésa era la última cosa que quería decir. Jamie lucía bien… Bueno, Jamie se veía exactamente como se veía generalmente, pero por lo menos no estaba planeando llevar su Biblia. Habría sido demasiado para mí.

"¿No estarás dándole a Landon incomodidades, verdad?", le dijo ella alegremente a su padre.

"Sólo estábamos conversando", dije rápidamente antes de que tuviera una oportunidad de responder. Por alguna razón no pensé que él le hubiera dicho a Jamie sobre la clase de persona que él pensó que yo era, y no creí que fuera un buen momento para hablarlo.

"Bien, probablemente debemos irnos", dijo luego de un momento. Pienso que intuía la tensión en la habitación. Caminó hacia su padre y lo besó en la mejilla. "No te quedes levantado demasiado tarde trabajando en el sermón, ¿de acuerdo?".

"No lo haré" dijo suavemente. Incluso conmigo en la habitación, podría decir que él realmente la amaba y no tenía miedo de demostrarlo. Era como si sintiera que yo no era un problema.

Dijimos ¡adiós!, y ya camino al coche le di a Jamie su ramillete y le dije que le mostraría como ponérselo una vez que entráramos al coche. Abrí la puerta para ella y caminé alrededor hasta el otro lado, y abrí mi puerta. En ese espacio breve de tiempo, Jamie ya había puesto un alfiler en las flores.

"No soy tan tonta, sabes, sé que un alfiler va en el ramillete".

Puse en marcha el automóvil y fui hacia la escuela, con la conversación que acababa de tener con Hegbert repasando sobre mi mente.

"A mi padre no le agradas mucho", dijo, "creo que eso es lo qué estabas pensando".

Asentí con la cabeza sin decir nada.

"Piensa que eres un irresponsable".

Asentí con la cabeza otra vez.

"No le agrada mucho tu padre, tampoco".

Asentí con la cabeza otra vez.

"O tu familia". Entendí la situación.

"¿Pero sabes lo que pienso?" ella preguntó de repente.

"No realmente". Para entonces yo estaba ya bastante deprimido.

"Pienso que todo esto estaba en el plan del Señor de algún modo.

¿Cuál piensas tú que es el mensaje?" Aquí vamos, pensé entre mí.

Dudo que la tarde pudiera haber sido mucho peor, si ustedes quieren saber la verdad. La mayoría de mis amigos guardaron su distancia, y Jamie no tenía muchos amigos en primer lugar así que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo a solas. Incluso peor, resultó ser que ya no requirieron más de mi presencia. Habían cambiado la regla debido a el hecho de que Carey no pudo conseguir una cita, y eso me hizo sentir muy miserable tan pronto como me enteré. Pero debido a lo que su padre me había dicho, yo no podía llevarla a casa temprano, en ese momento, ¿o sí? Y más que eso, ella lo estaba pasando bien realmente; incluso yo podía ver eso. Adoraba los adornos que yo había ayudado construir, adoraba la música, adoraba todo sobre el baile. Ella me decía lo estupendo que era todo, y me preguntó si podría ayudarla decorar la iglesia algún día, para una de sus reuniones. Murmuré que me llamara sí quería que le ayudar, y aunque lo dije sin un solo rastro de ánimo, Jamie me agradeció por ser tan considerado. Francamente, yo estaba deprimido desde hacía al menos una hora, aunque ella no parecía notarlo.

Jamie tenía que estar en casa antes de las once, uno hora antes de que el baile terminara, lo cuál hacía las cosas un poco más fáciles para mí. Una vez que la música comenzó golpeamos el piso, y resultó que ella era una bailarina bastante buena, considerando que era su primera vez. Ella me siguió bastante bien por aproximadamente una docena de canciones, y después de eso nos dirigimos a las mesas y teníamos lo que parecía una conversación ordinaria. Seguro, ella usó palabras como "la fe" y "la alegría" y hasta "la salvación", y habló de la ayuda a los huérfanos y de sacar bichos de la carretera, pero ella era tan malditamente feliz, así que no era tan difícil estar así pasando el tiempo.

Y pues las cosas no eran demasiado terribles al principio y definitivamente no tan malas como lo esperaba. Fue hasta que Lew y Angela aparecieron que todo empezó a ponerse no muy agradable.

Aparecieron unos pocos minutos después de que llegamos. Él llevaba esa estúpida camiseta, sus cigarros en la manga, y un montón de gel sobre su cabeza. Angela se le colgaba desde el principio del baile, y uno no tenía que ser un genio para darse cuenta de que había tomado algunas bebidas antes de llegar allí. Su vestido era realmente llamativo – su madre trabajaba en un salón y estaba enterada de las últimas tendencias de la moda – y note que había tomado ese hábito propio de una mujer mayor, ese llamado goma de mascar. Ella de verdad trituraba esa goma, mascándola casi de la misma manera que una vaca mastica su bolo alimenticio.

Bien, pues el buen y viejo Lew le puso alcohol a la ponchera, y algunas otras personas empezaron a ponerse alegres. Antes de que los profesores se enteraran, la mayor parte del ponche ya había desaparecido y las personas estaban obteniendo esa expresión vidriosa en sus ojos. Cuando vi a Angela arribar por su segunda copa de ponche, sabía que tenía que mantener la vista sobre ella. Aunque me había dejado, no quería que nada malo le pasara. Ella fue la primera muchacha a la que yo le había dado un beso francés, y aún cuando nuestros dientes sonaron como metal chocando la primera vez que lo intentamos tanto así que yo vi estrellas y tuve que tomar una aspirina cuando llegué a casa, yo todavía tenía sentimientos hacia ella.

Tan así era, que yo estaba sentado con Jamie, apenas escuchando como ella describió las maravillas de la escuela de Biblia, y aparte mirando a Angela de reojo, cuando Lew me descubrió mirándola. En un movimiento frenético él agarró a Angela alrededor de la cintura y la arrastró a la mesa, dándome una de aquellas miradas, que significan "así está la cosa". Ustedes saben de lo que estoy hablando.

"¿Estás mirando a mi chica?" preguntó, ya poniéndose tenso.

"No".

"Sí, lo hacía", dijo Angela, apenas pudiendo decir esas palabras. "Me estaba mirando fijamente. Éste es mi ex novio, sobre el que te hablé".

Sus ojos se convirtieron en pequeñas líneas, justo como Hegbert lo hacía. Supongo que tengo ese efecto sobre muchas personas.

"Así que tú eres ese", dijo, mirándome desdeñosamente.

Ahora, yo no era ni soy un gran peleador. La única pelea verdadera en la había estado fue en el tercer grado, y perdí cuando empecé a llorar incluso antes de que el tipo me diera un puñetazo. Por lo general yo no tenía muchos problemas por cosas como esas debido a mi naturaleza pasiva, y además, nadie se metía conmigo cuando Eric estaba alrededor. Pero Eric se fue con Margaret a algún lugar, probablemente detrás de las graderías.