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Jonas mordisqueó las yemas de sus dedos.

– Te amo, Hannah. Quédate.

El sonido de las máquinas le contestó. Si ella había estado allí, lo suficientemente cerca de la superficie consciente como para hablarle, para ser consciente de su presencia, ya no lo estaba. Miró ansioso hacia las pantallas. Su corazón todavía latía. No esperaban que viviese. El doctor se lo había dicho, con la cara seria, los ojos encontrando los suyos, después desviando la mirada, mientras le daba las noticias. Jonas apartó el recuerdo y el sentimiento de total desesperación. El doctor no conocía a las Drakes. No sabía nada de la magia, la maravilla y la unidad familiar. Hannah era parte de algo extraordinario, y a través de ella, también lo era él. Viviría porque las Drakes la salvarían.

Dirigió su mirada hacia la separación de cristal que daba a la habitación en la que Sarah y Damon esperaban con Prakenskii y Jackson. Su mirada quedó fija en Sarah. La mayor de las hermanas Drake, era la que al final tendría la última palabra. Era muy atlética, él siempre la había admirado en el colegio. Rápida y brillante, podía correr más rápido que la mayoría de los chicos, y tenía el extraño don de desaparecer a simple vista. Era preciosa, con la piel de las Drakes, grandes ojos y una mata lustrosa de cabello, y aún así podía desaparecer en segundo plano cuando quería. Había trabajado en seguridad para una gran compañía, irrumpiendo en edificios para los clientes, mostrándoles todas sus debilidades y después encontrando formas de mejorar la seguridad. A veces actuaba de guardaespaldas, y con sus talentos especiales, era realmente buena.

Jonas la admiraba y la quería, y a menudo buscaba su consejo cuando se encontraba con casos de robos. Tenía buen ojo y una mente rápida. Estaba comprometida con Damon Wilder, un hombre brillante al que Jonas respetaba. Ahora mismo, Sarah parecía cansada y agotada, con un pesar que la hundía. Parecía asombroso, ya que era una persona muy fuerte y optimista, y le hizo tener más miedo por Hannah.

Durante toda la larga mañana las Drakes más mayores fueron llegando, una a una, las mujeres fueron llenando la sala de espera, murmurando en voz baja, sus caras surcadas de lágrimas, abrazándose unas a otras intentando darse valor. Las tías de Hannah y su madre, sentadas, unas frente a las otras con Prakenskii y Sarah.

Los padres de Hannah entraron para tocar a su hija, sacudiendo las cabezas cuando Jonas iba a ponerse de pie y de mala gana ceder su lugar junto a ella. Le abrazaron, pero ninguno habló, y eso le dejó una sensación vacía y hueca en el estómago. Siempre había contado con la fuerza familiar de las Drakes, su habilidad para sacar a alguien adelante. Él había resultado herido, y aún así había sobrevivido. Seguramente podrían traer a Hannah de dondequiera que estuviese.

Elle fue la siguiente de las hermanas Drake en llegar. La hermana más joven. Su largo pelo rojo brillante estaba recogido en una coleta. Su cara no tenía nada de maquillaje, y estaba surcada de lágrimas. Parecía tan joven, una mujer con tanto o más poder que todas sus hermanas juntas, y era la destinada a pasar los dones a sus hijas. Jonas siempre la había querido como a una hermana pequeña. Ella era preciosa con sus brillantes ojos verdes y su rápido temperamento. Era calmada y reservada para la mayoría de la gente, aunque, al igual que sus hermanas, era protectora y cerraba filas, a veces contra él.

No tenía ni idea de lo que Elle hacía para vivir. Como la mayoría de sus hermanas, tenía más inteligencia de lo normal y una buena educación. Elle era buena en todo, desde criminalística a química. Podía pasar con facilidad por una niña de doce años o por una sensual sirena dependiendo de cómo se vistiese y del maquillaje. Jonas se preocupaba más por ella que por ninguna de las otras hermanas Drake. Parecía perdida y sola, y quizás lo estaba. No había forma de acercarse a Elle. Podías quererla, pero sólo te dejaba pasar hasta cierto punto.

Sabía que su mejor amigo Jackson tenía alguna conexión con ella. Fuera lo que fuese que había entre ellos, Jackson nunca había hablado de ello, pero estaba allí, y a veces Jonas quería advertir a Elle de que no provocase demasiado a Jackson. Era territorio peligroso, pero permanecía callado porque Elle no invitaba a confidencias. Jonas sólo sabía que lo que había entre ellos era oscuro y fuerte, y destinado a explotarles en la cara cualquier día de estos.

Elle tocó el hombro de Ilya Prakenskii a modo de silencioso agradecimiento, y recorrió la habitación con la mirada hasta que esta se centró en Hannah a través de la separación de cristal. Durante un momento, el pesar fue una máscara terrible, y estiró la mano para tocarse las lágrimas de la cara. Su mirada chocó con la de Jonas, y brevemente, estuvieron unidos, su tristeza y miedo los mantenían prisioneros. Entonces le lanzó un beso, rompiendo el hechizo. Se hundió con elegancia en el suelo delante de Sarah, y agachó la cabeza, por lo que fue imposible verle el rostro.

Jonas sintió que le envolvía el alivio. Las tías, lo sabía, tenían los mismos dones que las hermanas Drake, pero no las conocía tan bien. Era en las hermanas en las que creía, las hermanas las que sabía que querían a Hannah con todo lo que tenían.

Kate fue la siguiente en llegar. Kate, una mujer de carácter dulce que reía y amaba y escribía best-sellers de misterios y asesinatos. Era la más tranquila de las Drakes, la que prefería mantenerse al margen y observar. Los libros eran sus mejores amigos junto a sus hermanas. La recordaba de niña, rondando por las bibliotecas y librerías, siempre con un libro en la mano y otro en la mochila. A menudo entretenía a la familia con sus historias. En las vacaciones, cuando estaban creciendo, había escrito funciones para que sus hermanas -y Jonas- actuasen.

Kate montaba a caballo y aún así siempre se la veía inmaculada, sin un pelo fuera de lugar, su maquillaje tan perfecto que no siempre estaba seguro de que lo llevase. Su prometido, Matt Granite, era un antiguo Ranger del Ejército, al igual que Jonas y Jackson. Habían formado juntos un estrecho vínculo, y su amistad había empezado bastante atrás. Jonas se sentía protector con Kate, y se había alegrado mucho de que Matt fuese su elección. Kate besó a Elle, abrazó a Sarah, lloró con su madre y su padre antes de acercarse con Matt hasta el cristal. Kate le saludó con la mano a través del cristal y miró fijamente a Hannah con ojos tristes y rojos, y con líneas de cansancio alrededor de la boca.

Un escalofrío bajó por la espina de Jonas. ¿Todas sentían que Hannah estaba tan cerca de la muerte que no había esperanza? La idea de fallar se coló sin ser invitada, pero una vez dentro, se negó a marcharse. Las Drakes se estaban reuniendo, pero en vez de parecer seguras estaban tensas y abatidas.

– Escúchame, nena -susurró contra la gasa que cubría la oreja de Hannah-. Haz esto por mí. Aguanta por mí. Lo eres todo para mí, nena. Todas están viniendo. Sé que las puedes sentir contigo. Tu madre y tus tías ya están aquí. Al igual que Sarah, Elle y Kate. Los hombres también están todos. Tu padre, Damon, Jackson y Matt. Te están sosteniendo y yo estoy aquí contigo. Vive por mí, Hannah, porque nuestras vidas son mejores contigo en ellas.

Abbey entró a toda prisa con su prometido, Aleksandr Volstov, con el pelo rojo vino oscuro revuelto, lágrimas en la cara cuando se lanzó a los brazos de su madre y después se giró para mirar a Hannah. Se puso una mano sobre la boca, asintió con la cabeza hacia Jonas, con aspecto triste y agotado. Tomó asiento en el suelo muy cerca de Kate, que la cogió de la mano.

Abbey tenía afinidad con el mar y todas sus criaturas. A Jonas a menudo le recordaba a una sirena, con su cabello rojo desplegado en el agua y su ágil cuerpo nadando con fuerza. Era una bióloga marina, famosa por su trabajo con delfines, así como por tener talento para averiguar la verdad y un vasto amor por el mar. Abbey era la más seria de las Drakes, aparte de Elle. Tenía cuidado al hablar, por una buena razón, pero desde que Aleksandr había vuelto a su vida, reía más. Jonas creía que formaban una buena pareja y al final esperaba utilizar las habilidades policíacas de Aleksandr.