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¿Recuerda a aquel joven apuesto, Ted Bigland, que solía cortejar a Mary Gerrard? Ha venido a pedirme las señas de ella en Londres, pero no se las he dado. En mi opinión, Mary está por encima de Ted Bigland. Ignoro si usted se dio cuenta, querida; pero mister R. W. estaba enamorado de ella. Es una lástima, porque se han producido algunos disgustos. Fíjese bien: ése es el motivo por el cual se han roto las relaciones entre él y miss Carlisle. Y si me lo pregunta, le diré que esto la ha afectado mucho. Yo no sé lo que ella vio en él. Tengo la seguridad de que R. W. no hubiera sido objeto de mi elección; pero oigo de persona bien enterada que ella estaba locamente enamorada de él. Un lío, ¿no le parece? Y la señorita tiene ahora todo ese dinero.

Creo que él esperaba que su tía le dejase alguna suma de importancia.

El viejo Gerrard, del pabellón, decae rápidamente: ha sufrido algunos ataques graves. Sigue tan grosero y quisquilloso como siempre. Llegó a decir el otro día que Mary no era su hija. Yo entonces le repuse: «A mí me daría vergüenza decir una cosa semejante de su esposa.» Él me miró y contestó: «No es usted más que una idiota. No comprende usted.» Cortés, ¿no es verdad? Su mujer era, según tengo entendido, doncella de mistress Welman antes de su casamiento.

Vi La buena tierra la semana pasada. ¡Es preciosa! Al parecer, las mujeres tienen que soportar muchas cosas en China.

Siempre suya,

Jessie Hopkins.

Postal de la enfermera Hopkins a la enfermera O'Brien.

¡Qué casualidad! ¡Nuestras cartas se cruzaron! ¿No le parece que hace un tiempo horrible?

Postal de la enfermera O'Brien a la enfermera Hopkins.

Recibí su carta esta mañana. ¡Qué coincidencia!

Carta de Roderick Welman a Elinor Carlisle. 15 de julio.

Querida Elinor:

Acabo de recibir tu carta. No; realmente, no siento que se venda la casa de Hunterbury. Has sido muy amable al consultarme. Creo que procedes muy bien si no te gusta vivir allí, lo cual es evidente. No obstante, es posible que tengas alguna dificultad en deshacerte de ella. Es una casa demasiado grande para las necesidades actuales, aunque, desde luego, ha sido modernizada, está provista de buenas dependencias para la servidumbre, tiene gas y luz eléctrica y todo lo necesario. De todas formas, espero que tengas suerte. El calor aquí es espléndido. Paso horas enteras en el mar. Hay aquí una gente algo extraña, pero no me mezclo mucho con ella. Ya me dijiste una vez que yo no era muy sociable. Temo que sea la pura verdad. Encuentro que la mayor parte del género humano es extraordinariamente repulsiva. Probablemente los otros tienen hacia mí el mismo sentimiento. Hace mucho tiempo que me di cuenta de que tú eras uno de los representantes más aceptables de la Humanidad. Estoy pensando en pasar una semana o dos en las costas dálmatas. Mis señas: a la casa Cook, de Dubrovnik, desde el día 22. Si puedo hacer algo por ti, dímelo.

Agradecido y con admiración, tuyo,

Roddy.

Carta de mister Seddon, de la razón social Seddon, Blatherwick y Seddon, a miss Elinor Carlisle. 20 de julio.

104 Bloomsbury Square.

Distinguida señorita:

Creo sinceramente que debe usted aceptar la oferta del mayor Somervell. Doce mil quinientas libras es una bonita suma, y las grandes propiedades son extremadamente difíciles de vender en estos tiempos. La condición principal es entrar inmediatamente en posesión de la finca, y como ha llegado a mis oídos que el citado mayor ha visto varias propiedades de los alrededores, me permito aconsejarle que acepte lo más pronto posible.

El presunto comprador desea tomar la casa amueblada por tres meses, y durante ese plazo podrán formalizarse los requisitos legales y efectuar la venta.

En lo que se refiere al guarda Gerrard y su pensión, me dice el doctor Lord que el pobre anciano se encuentra gravemente enfermo y que no es probable que viva más de un mes.

Aunque todavía no se ha resuelto nada, he adelantado cien libras a miss Mary Gerrard, de acuerdo con sus deseos.

De usted atto., s. s.,

Edmund Seddon.

Carta del doctor Lord a miss Elinor Carlisle. 24 de julio.

Distinguida señorita:

El anciano Gerrard ha fallecido hoy. ¿Podría serle útil en alguna otra cosa? Me he enterado de que ha vendido usted su posesión al mayor Somervell.

La saluda atentamente,

Peter Lord.

Carta de Elinor Carlisle a Mary Gerrard. 25 de julio.

Querida Mary:

Con gran sentimiento me entero hoy del fallecimiento de su pobre padre.

El mayor Somervell desea comprar Hunterbury. Está ansioso por entrar inmediatamente en posesión de la casa. Yo iré por ésa a recoger los papeles de mi tía y a hacer una limpieza general. ¿Querrá hacerme el favor de recoger los efectos de la propiedad de su difunto padre del pabellón lo más pronto posible?

Espero que su salud vaya perfectamente y no encuentre demasiado fatigoso el aprendizaje del masaje.

Un saludo de su affma.,

Elinor Carlisle.

Carta de Mary Gerrard a la enfermera Hopkins. 25 de julio.

Querida enfermera Hopkins:

Le agradezco mucho lo que me escribe acerca de mi pobre padre. Me consuela pensar que no sufrió demasiado. Miss Elinor me escribe diciéndome que ha vendido Hunterbury y que desea que desocupe el pabellón lo más pronto posible. ¿Podría usted alojarme si fuese mañana al funeral? En caso afirmativo, no se moleste en responderme.

Muy afectuosamente,

Mary Gerrard

7

«LA MUCHACHA ESTÁ MURIÉNDOSE»

I

Elinor Carlisle salió del King's Arms en la mañana del jueves 27 de julio y permaneció durante un par de minutos ojeando de arriba abajo la calle principal de Maidensford.

De pronto, con una exclamación de alegría, cruzó la calle.

No había error posible. Aquella figura elevada y digna, que se semejaba a un galeón con velas desplegadas, no podía ser más que el ama de llaves.