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Snook gruñó sorprendido al sentir que su identidad estaba… perdida.

Paz profunda de la corriente ondulatoria. Soy Felleth. Mi función en la sociedad es la de Reactivo, lo cual significa que debo aconsejar a los demás, indicarles qué hacer o qué habría que hacer. No; vuestro concepto del oráculo es incorrecto, mi función es inversa. Un oráculo daría un preanuncio de los hechos y dejaría al oyente librado a sus propias — y tal vez desatinadas— reacciones. Así como el concepto de predicción carece de validez cuando uno va más allá de la causalidad de la semilla que crece hasta alcanzar la madurez, o la piedra que cae hasta tocar el suelo, sólo es necesario apreciar la significación de lo que ya ha sucedido y aconsejar infaliblemente sobre cómo actuar.

Oráculo. La flecha de la lógica apuntando a la asociación de conceptos. Las estrellas predicen. Cierto como los astros del cielo. Astro. Disastra.

¡Desastre!

¡Espera, espera, espera! Siento dolor.

Los astros en su trayectoria. ¿Planetas? ¿Plural? ¿Cíclico? ¿Qué es un año?

¡No! Vuestra concepción del tiempo es incorrecta. El tiempo es una hebra recta que une tensamente la Infinidad del Pasado con la Infinidad del Futuro. Los intervalos de luz y oscuridad — la noche y el día— parece que alternan, pero cada cual es continuo. Continuo pero sinuoso…

¡Espera! El dolor aumenta.

El sol, el que nos da el día. Planetas, eclipses, rotación sobre el eje. Sin techo de nubes. Cielos diáfanos, muchos soles. La flecha de la lógica apuntando a la asociación de conceptos. Partículas, antipartículas. Correcto, nuestra relación definida casi con exactitud, pero hay algo más. Planeta de antipartículas visto más allá del techo de nubes. En el año 1993…

Confusión de conceptos. No es posible medir el tiempo salvo como menos — ahora o más— ahora. Y sin embargo…

Hace mil días el peso de nuestros océanos disminuyó. Las aguas se elevaron al cielo hasta tocar el techo de nubes. Luego barrieron al Pueblo. Y las casas del Pueblo…

Dices que debí haberlo sabido. Que debí haber podido predecirlo.

Dices…

¡NO!

La tibieza mentolada volvió a adquirir realidad en la lengua de Snook. Se encontró de rodillas en la roca dura, en medio de caras ansiosas, el cuerpo sostenido por varias manos. Se le habían caído las gafas y alguien había encendido una lámpara portátil que destacaba ásperamente los contornos mellados de las paredes del túnel y al mismo tiempo les conferían un aspecto melodramático e irreal.

— ¿Estás bien, Gil? — la voz de Murphy era distante, un indicio de que estaba realmente preocupado.

Snook asintió y se puso de pie.

— ¿Cuánto tiempo he estado desmayado?

— No se ha desmayado — dijo Ambrose, severamente profesoril—. Cayó de rodillas. Fue entonces cuando George encendió la luz, contraviniendo mis órdenes, dicho sea de paso, y puso fin al experimento en forma prematura, casi cegándonos — se volvió hacia Murphy—. Usted sabe, George, que las instrucciones de las gafas de magniluct prohíben expresamente encender una luz brillante delante de alguien que las está usando.

Murphy no cedió.

— Pensé que Gil estaba herido.

— ¿Cómo podía estar herido? — la voz de Ambrose recobró el tono profesional—. En fin, no tiene sentido discutir lo que ya no tiene remedio. Esperemos que los pocos segundos que hemos podido registrar valgan la pena…

— Un momento — terció Snook agitadamente, tratando de reorientarse en lo que debía haber sido un universo familiar—. ¿Qué ha pasado con Felleth? ¿Vieron como ha reaccionado?

— ¿Quién es Felleth?

— El averniano. Felleth. ¿Ustedes…?

— ¿De qué está hablando? — Ambrose clavó los dedos en los hombros de Snook— ¿Qué está diciendo?

— Estoy tratando de descubrir cuánto tiempo ha estado la cabeza del averniano… y a saben, dentro… de la mía.

— Prácticamente ni ha estado — dijo Culver frotándose los ojos con los nudillos—. Me ha parecido ver que él retrocedía de un salto, luego George me ha quemado las retinas con esa…

¡Silencio! — dijo Ambrose, casi frenético—. ¿Ha dado resultado, Gil? ¿Ha obtenido una impresión del nombre del averniano?

— ¿Una impresión? — sonrió fatigosamente Snook—. Más que eso. He sido parte de su vida durante un tiempo. Por eso quería saber cuánto ha durado el contacto… Minutos… Tal vez, horas…

— ¿Qué recuerda usted?

— No es el lugar apropiado, Boyce. Algo ha fallado. Es curioso, pero antes que bajáramos esta vez presentí…

— Giclass="underline" voy a interrogarle ahora mismo, ya grabar mientras todavía lo tiene presente en la memoria. ¿Podrá hacerlo? ¿Nota algún efecto nocivo?

— Estoy un poco aturdido, pero eso es todo.

— Bien — Ambrose acercó el magnetofón de pulsera a la boca de Snook—. Ya nos ha dicho que el nombre de la criatura es Felleth… ¿Ha captado el nombre que le dan al planeta?

— No. Parece que no le han puesto ninguno. Es el único mundo que conocen, así que tal vez no necesita un nombre. De todas maneras, el contacto no ha sido así. No entablamos una conversación — Snook empezó a dudar de su capacidad para ofrecer una descripción adecuada a la experiencia, y al mismo tiempo empezó a vislumbrar la enormidad del acontecimiento. Un habitante de otro universo, un fantasma, le tocó la mente. Sus vidas se habían mezclado…

— De acuerdo. Procure volver al principio. ¿Qué es lo primero que recuerda?

— Paz profunda de la corriente ondulatoria — dijo Snook cerrando los ojos.

— ¿Eso era un saludo?

— Creo que sí… Pero para él parecía más importante. El mundo de ellos parece estar compuesto de agua, en su mayor parte. El viento podría arrastrar una ola… Oh, no sé.

— Bien, olvide el saludo… ¿Qué ha ocurrido después?

— Felleth se denomina a sí mismo Reactivo. Es algo así como un líder, pero él no piensa en sí mismo como un gobernante. Luego ha habido una especie de discusión acerca de los oráculos y las predicciones, y era él quien llevaba la voz cantante. Ha dicho que la predicción era imposible.

— ¿Una discusión? Creí que me había dicho que no han conversado…

— No lo hemos hecho, pero él debió tener acceso a mis ideas…

— Esto es importante, Gil — dijo con entusiasmo Ambrose—. ¿Cree que él ha obtenido tanta información de usted como usted de él?

— No sabría decirlo. Ha debido ser un proceso doble, ¿pero cómo podría decirle quién le ha sacado mayor provecho?

— ¿Ha tenido la sensación de que lo forzaban a hablar?

— No. De hecho, él parecía sufrir. Ha dicho algo acerca del dolor.

— De acuerdo. Adelante, Gil.

— Le ha asombrado saber de las estrellas. Parece que no tienen ninguna noción de astronomía. Hay una permanente pantalla de nubes… Felleth la asocia con un techo. No conocía la relación entre los planetas y los soles.

— ¿Está seguro? Sin duda podrían haber llegado a ciertas nociones astronómicas…

— ¿Cómo? — preguntó defensivamente Snook.

— No sería fácil, lo sé. Pero hay pistas en abundancia. Los ciclos del día y la noche, las estaciones…

— Ellos no lo ven de ese modo. Felleth no sabía que su mundo tiene rotación. Piensa en la noche y el día como marcas negras y blancas en una hebra recta. No tienen estaciones. No tienen años. Para ellos el tiempo… y todo lo demás… es lineal. No tienen fechas ni calendarios como nosotros los conocemos. Cuentan el tiempo hacia adelante y hacia atrás, a partir del presente.