– "Dilo, Henry," Emma le pidió. -
– " Yo… ah… eso es un poco personal, ¿ tú no lo piensas? Realmente, no veo que ustedes me contaran como se declararon sus maridos ".-
Para la sorpresa de Henry, Emma se sonrojó. -"Muy bien," – la duquesa dijo. – " No te haré más preguntas. Pero tengo que diferenciar que tu…" – Sus palabras se desvanecieron, y ella la miró como si estuviera tratando de sacar en claro cómo decir algo sumamente indelicado.
– ¿"Qué"?- Henry preguntó, sin amilanarse disfrutando de la incomodidad de Emma. La duquesa, después de todo, había estado disfrutando de la incomodidad de Henry dos minutos antes.
– " Me percate," – Emma dijo lentamente, -" parte de la razón que Dunford nos pidió a nosotros que te invitemos unos días a esta casa fue que no somos unos chaperones muy severos ".-
Belle dejó salir un bufido pequeño de risa.
Emma miro a su prima antes de volverse a ver a Henry. -" Estoy segura que él supuso la forma de encontrarte a solas, y ciertamente doy por entendido por que él querría algún tiempo a solas contigo. Después de todo, él te ama "-. Ella hizo una pausa y miró hacia arriba. -" ¿Él te ama, verdad?. Digo, por supuesto que él lo hace, ¿ pero él te ha lo dicho? Los hombres pueden ser tan bestias acerca de eso. -"
Henry se sonrojo y asintió con un toque de su cabeza, y las demás mujeres del cuarto asintieron con aprobación.
– "Correcto," -Emma dijo lacónicamente. Ella se aclaró la voz y entonces continuó, -" Como decía, yo comprendo que tú quieras, er, quizá esa no es la palabra correcta – "
– Deseo es probablemente realmente la apropiada," – Belle dijo, sus labios avanzaron a brincos con apenas risa refrenada.
Emma se sonrojo y empezó a reír al oír el comentario de su prima. Belle sonrió burlonamente al verla sonrojarse, y las dos señoras continuaron este comportamiento más bien impropio de una señora, hasta que Henry se aclaró la voz. Emma inmediatamente se enderezó, miró a Henry, y entonces, incapaz de dejar de ruborizarse por las burlas de su prima. Belle respondió del mismo modo que ella aunque con sonrisas más descaradas y abiertas.
– ¿"Tu decías"? – Henry dijo.
– "Bien," -Emma dijo, brevemente como antes. – " Todo lo que iba a decir es que está bien querer estar con él, y "- ella se sonrojó, provocando un efecto casi cómico en contraste con su pelo rojo fuerte -" es probablemente que tengas todo el derecho para estar a solas con él de vez en cuando, pero tengo que pedirte a ti que por favor no trates de estar profundamente a solas con él, entiendes lo que quiero decir ". -
Henry no había sabido lo que ella quiso decir hasta la noche antes, pero ahora lo comprendía, y se sonrojó fuerte, muy fuerte más que Emma.
La expresión de Emma revelo que ella se dio cuenta que su mensaje llego demasiado tarde. " -Estas cosas sólo parecen tener una forma de detenerse y es regresando con la tía Caroline, " – habló ella entre dientes.
Henry comenzó a avergonzarse, pero entonces recordó que Belle y Emma eran sus amigas. Y aunque ella no tenía mucha experiencia con amigas, supo que estaban bromeando, sólo porque les importaba. Ella miró hacia arriba con garbo, primero en los ojos violetas de Emma y entonces en las azules de Belle, y dijo, -"no diré nada si tú no haces". -
El resto del tiempo en el campo paso muy de prisa para Henry. Ella y sus nuevos amigos hicieron excursiones al pueblo cercano, jugaron a las cartas hasta la madrugada, se rieron y bromearon hasta que sus cuerpo les dolía por todos lados. Pero las horas más especiales fueron cuando Dunford lograba robarla del resto de sus amigos, y pudieron pasar algunos momentos robados juntos.
Estas reuniones clandestinas siempre parecieron comenzar con un beso apasionado, aunque Dunford insistió eso no era nunca su intención. -" te veo y me emociono," -dijo él, siempre con un impenitente encogimiento de hombros.
Henry intentó regañarle duramente, pero su corazón claramente no le importaba que estaba mal.
Demasiado pronto, sin embargo, ella se encontró en Londres, inundado por personas curiosas que insistieron en querer ofrecer sus felicitaciones sobre su próximo matrimonio. Henry estaba un poco asombrada por toda la atención, que tenia aun no había conocido a la mayoría de las personas con buenas intenciones.
El Conde de Billington vino de visita, quejándose naturalmente de que no le habían dado una probabilidad para conquistarla.
– "Dunford la acaparó realmente para que ninguno tuviera una oportunidad," -dijo él con una sonrisa perezosa.
Henry sonrió y se encogió de hombros humildemente, sin saber de ningún modo cómo responder.
– " Supongo que tendré arrastrarme con mi corazón esta noche e ir al baile". -
– "Oh, no se burle," -ella se mofó. – "Su corazón no esta roto ". -
Él sonrió abiertamente, se divirtió con su franqueza. -" lo habría sido, si hubiera tenido la posibilidad para conocerte mejor". -
– "Qué tan afortunado para mí que no lo hiciste," – pronunció lenta y pesadamente una voz profunda.
Henry empezó a ver a Dunford llenando el portal del salón favorito de Caroline. Se vio grande, alto y tan pero tan masculino. Con su abrigo azul y sus pantalones color café claro. Él la contempló y una sonrisa muy pequeña, que significada,quiero verte.
Sus ojos inmediatamente se volvieron como dos grandes lagos plateados llenos de ensueño, y ella dejó salir un suspiro diminuto.
– " Puedo ver que nunca tuve una oportunidad," Billington se quejó. -
– "Ni una," Dunford dijo afablemente, cruzando el cuarto y sentadose junto a Henry. Ahora que ella estaba sin ninguna equivocación comprometida con él, finalmente recordó que siempre le había caído bien Billington.
– ¿"qué te trae por aquí"? – Henry le preguntó.
– " Simplemente quise verte. ¿Has tenido un día agradable "? -
– "Demasiadas personas me visitaron eso, me asusta. Henry repentinamente se dio cuenta de su tremendo paso en falso y miro a Billington, tartamudeando, " Sin cotar con la compañía aquí presente, por supuesto". -
– "Por supuesto". -
– " Oh, debe pensar que soy una grosera, Su Señoría. El es caso que casi cien personas que no conozco me hayan visitado hoy. Fue en realidad una salvación cuando llego y solicito mi presencia. Yo en realidad le conozco, y más importante aún, me agrada ".v
– "Una hermosa disculpa, mi amor". – Dunford palmeó su mano como para decirle a ella que no necesitaba disculparse más. Ya que temía que por su arrepentimiento ella le profesaba su amor hacia al conde de un momento a otro.
Billington percibió la expresión vagamente irritada de Dunford y estaba parado, una sonrisa conocedora en su cara. -" Tengo que irme ahora, se reconocer cuando estorbo ". -
Dunford estaba parado también y escoltó a Billington a la puerta, donde él le dio al hombre una vigorosa palmada en la espalda. -" Siempre te he admirado y te aprecio, Billington igual que nuestra amistad". -
Los labios de Billington le soríeron suavemente, y él ejecutó una reverencia pequeña en dirección de Henry. -"Srta. Barrett". -
Algunos segundos más tarde ella y Dunford estaban solos.
– " Pensé que él nunca se iría," – él dijo con un suspiro dramático, cerrando la puerta detrás de él.
– " Eres un diablo. Pronto se darán cuenta que estamos solos. Y no pienses la puerta va a permanecer cerrada por más que dos minutos antes Lady Worth contra viento y marea envíe una ejercito de sirvientes para hacer de chaperones ". -
Él suspiró otra vez. -"Un Hombre puede soñar". -
Los labios de Henry se curvaron en una sonrisa femenina. – "Pero puede esperar una mujer". -
– ¿"Realmente"? – Él se inclinó por ella hasta que pudiese sentir su aliento en su piel. – ¿"Qué estas esperando? -
– "Oh, esto y aquello," – ella dijeron burlonamente.