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– "… necesito deshacerme de Christine por supuesto". Eso sonó como a Dunford.

– " Ciertamente no pensé que tu querrías mantener a una amante con una esposa tan preciosa".

– " Debería haber terminado hace las semanas. Pero no he podido verla desde que regresé a Londres. Uno debe ser delicado en estas cosas, sin embargo no quiero herirla".

– "Por supuesto no".

– " El arrendamiento de su casa no termina por algunos meses. Eso le debe dar tiempo lo suficiente como para encontrar otro protector ".

– " Estaba pensando en ofrecerme para ese papel".

Una risa ahogada fue dada por Dunford.

– " Le he echado mi ojo a ella hace algunos meses atrás. Simplemente esperaba a que te canses de ella ".

– "Pensaba verla el viernes a la medianoche, para decirle a ella yo voy casarme, aunque ella debe haberlo escuchado ya. Diré unas palabras en favor tuyo ".

Billington sonrió como si tomase un sorbo de la bebida que había estado sujetando en su mano. -"Tú vas a hacer eso.

– " Debo confesar, me alegro que te hayas interesado por ella. Ella es una mujer agradable. No me debería gustar pensar acerca de lo que le podría pasar ".

– "Bien". Billington le dio una palmada en la espalda a Dunford.

– " Mejor regresamos a la fiesta. Uno nunca sabe cuándo podría aparecer un debutante con un cerebro. Hablaré contigo la semana próxima, después de que hayas tenido posibilidad de tratar con Christine ".

Dunford asintió con la cabeza y observó a Billington caminar a grandes pasos de regreso a través de la terraza. Luego de algunos momentos él hizo lo mismo.

Los labios de Sara-Jane se abrieron en una retorcida sonrisa cuando consideró cuidadosamente lo que ella acababa de oír sin intención y qué uso podría hacer con esa delicada información. No sabia por que exactamente sentía tanta antipatía por la Srta. Henrietta Barrett, pero se irritaba totalmente con ella. Quizá fuese simplemente el hecho de que Dunford estaba obviamente muy entontecido con la chica cuando, Sara-Jane, había intentado atraparlo por casi un año. Y la pequeña Srta. Henry obviamente sentía lo mismo. Cada vez que miraba a la jovenzuela, ella miraba a Dunford como si él fuera un dios.

Sara-Jane supuso que eso fue lo que la irritó más acerca de la chica – ella era una condenada inocente y no afectada, como Sara-Jane fue a esa edad, antes que sus padres la casaran con Lord Wolcott, un sátiro notorio mucho mayor a ella. Sara-Jane se había consolado a sí misma con una lista interminable de amantes, en su mayor parte con hombres casados. Henry iba darse cuenta de que lo hombres nobles y ricos no eran fieles a sus esposas por mucho tiempo.

Su cabeza chasqueó arriba. -¿Por qué no enseñar a Henry la lección pronto? No estaba haciendo nada malo, Sara-Jane reflexionaba. Henry iba a tener que aprender la verdad amarga acerca de los matrimonios de nobleza tarde o temprano. Y quizá mientras más pronto era mejor. Desde cierto punto de vista, era como si de verdad le estuviese haciendo a Henry un favor. Mejor que la torpe jovenzuela empiece su que su matrimonio con desilusión y rabia que esto ocurra algunos meses más tarde.

Sara Jane sonreía cuando se abrió paso de regreso a la fiesta.

* *

Henry intentó duro no estirar el cuello para buscar a Dunford entre todas la personas asistentes al baile. -¿Dónde diablos estaba el hombre? Ella paso la última media hora respondiendo preguntas acerca de sus próximas nupcias a llegar y pensó que quería estar con su prometido.

¿"Te puedo felicitar sobre tu próximo matrimonio"?

Henry suspiró y recurrió a la última persona con buenas intenciones, entonces se abrió los ojos un poco más grande cuando vio que era Sara-Jane Wolcott. -"Lady Wolcott," ella dijo, incapaz para mantener un poco fastidio en su voz. La dama prácticamente había intentado conquistar a Dunford su último encuentro. -"Qué sorpresa".

– ¿"Por qué es una sorpresa"? Sara Jane contestó con una inclinación de su cabeza. -"Sin duda alguna usted no piensa que la felicitaría en contra de mi voluntad".

Henry quiso decirle no tenia idea que haría o no, pero atenta a los ojos y oídos curiosos alrededor de ella, solamente sonrió y dijo, -"gracias".

– " Le reconforto, he tenido sólo los deseos más cariñosos para usted y su prometido".

– " Le creo," dijo Henry mientras cerraba a fuerza su boca, esperando que la otra señora sólo desapareciese.

– " Solo tengo buenos deseos para usted por lo que me gustaría darle un pequeño de consejo. De una mujer a otra, por supuesto ".

A Henry no le dio una buena sensación aquello. – " Es muy amable, Lady Wolcott, pero Lady Worth, Lady Blackwood, y La Duquesa de Ashbourne han tenido más que buen corazón dándome toda clase de consejos necesarios en lo que compete a mi próximo matrimonio".

– " Muy buenos, estoy segura. No esperaría nada menos de tales gentiles señoras ".

Henry tragó el mal gusto en su boca y se refrenó de decir que las tres señoras sin duda no miraban Lady Wolcott con la misma admiración.

– "El consejo que tengo para usted," Sara-Jane continuó con una torsión fingida de su muñeca, -"es algo que nadie más le podría decir.

Forzando una sonrisa brillante, y falsa en su cara, Henry se inclinó hacia adelante y dijo, -" estoy anhelante por oírlo".

– "Por supuesto que lo esta," Sara-Jane murmuro. -" Pero aquí hay mucha gente, distanciémonos por un momento. Lo que tengo que decir es solo para usted ".-

Ávida ahora por hacer cualquier cosa para librarse de esa odiosa mujer, Henry retrocedió unos pasos.

– "Por favor crea que no haría nada que lastime," Sara-Jane dijo en voz baja, " y se lo digo sólo porque no creo que cualquier mujer debiese comenzar un matrimonio sin saber quien es realmente su futuro esposo. No recibí ese privilegio ".

– ¿"Qué es eso que debo saber, Lady Wolcott"? Henry gruño.

– "Querida, acabo de pensar que usted debería saber que Dunford tiene una amante".

Capítulo 20

– ¿"Es todo, Lady Wolcott"? Henry dijo con frialdad.

Sara-Jane no tuvo que fingir sorpresa. -" Entonces usted ya lo sabía. Usted debe ser una joven excepcional para permitir otra mujer en la vida de su prometido ".

– " No le creo a usted, Lady Wolcott. Pienso que usted es maliciosa en grado sumo. Ahora, si usted me disculpa – "

Sara-Jane agarró la manga de Henry antes de que ella pudiese escapar. " Puedo comprender su renuencia en aceptar que lo que digo es cierto. Usted probablemente se imagina que él la ama ".

Henry casi se expresó impulsivamente que ella "no imaginó" nada – estaba enamorada de Dunford – pero no queriendo darle a Lady Wolcott la satisfacción de ver que sus emociones habían sido provocadas, simplemente se quedo con la boca cerrada. Sara-Jane asintió su cabeza de forma sumamente condescendiente, Henry, incapaz de alejarse sin romper la manga del vestido dijo fríamente, – " Por favor déjeme ir ".

– " Su nombre es Christine Fowler. Él va a visitarla el viernes. A medianoche ".

– " dije, que me dejara marchar, Lady Wolcott".

– " La dejare, ahora, Srta. Barrett. Pero piense acerca de esto: – ¿Si yo miento, cómo le podría dar la hora especifica de su siguiente cita? Usted simplemente podría ir a su casa a la medianoche, podría ver si estoy equivocada, y me declara mentirosa ". Abruptamente, soltó la manga de Henry. -"Pero no soy un mentirosa. "