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Seré el último en mantenerme de pie.

Con un lema propio que era vivir siempre su propia vida. Le había traído consigo incontables ataques de otros actores. Brutales e incontables criticas que habían asaltado absolutamente todo desde su guardarropa, por su aspecto, por su pasado, hasta sus habilidades como actor. Los periodistas y los ejecutivos del estudio que se habían reído de él y de sus aspiraciones.

No les dejaría ganar.

Sería el último en mantenerse de pie.

Leta frunció el ceño mientras sintió la confusión de él dentro de su propio cuerpo. Estaba sobre un precipicio. Asustado. Furioso. Fuerte y al mismo tiempo débil.

– Juntos veremos el final esto, Aidan. Lo prometo.

Él parpadeó como si sus palabras hubieran dado un empujón a algo suelto en su memoria.

– Alabaster.

Ella lo miró con ceño por la inesperada respuesta.

– ¿Alabaster? ¿Caramba? Aquí no hay alabastro.

– No,- dijo rápidamente-.Era una película que hice hace un par de años. Una con la que gane un oscar.-Una lenta sonrisa se extendió por su cara-.Era una película que trataba sobre la esposa de un hombre que estaba siendo objeto por un imparable asesino en serie.

Eso no era pensamiento agradable para después del sexo que habían tenido.

– Vale…

La miró.

– ¿No lo ves? Eso es lo que es Dolor…es un socio patológico asesino en serie. Y en la película no esperamos que el asesino venga por nosotros de improvisto. Somos nosotros los que tomamos el asunto en nuestras manos. Escogimos el campo de batalla y elegimos el momento y el lugar en donde luchar. Fuimos a por él.

Era un movimiento valiente.

– Nunca antes he conducido a Dolor hacia una pelea.

Él asintió

– Exactamente. Le asombrará.

Leta se congeló mientras recordaba algo que Lyssa les había dicho.

– Para que el dolor regrese a su lugar…deberás enfrentarlo a la cara.-Quizás eso era lo que quería decir Lyssa-¡Eres brillante!

– No yo. Lo escribió Allister Davis. Solo estoy tomando una página de su guión. Dijiste que Dolor necesitaba venir a este reino, ¿pero qué ocurre si en lugar de eso nos oponemos a él en el tuyo?

– ¿Qué quieres decir?

– En el reino mortal, él es inmortal, ¿correcto?

Ella asintió.

– También es inmortal en sueños.

– Si, pero como dijiste antes, en los sueños, podemos crear armas con las que oponernos a él, ¿correcto? Tendríamos un hacha si la necesitamos o mejor aún la pistola legendaria de Hollywood que nunca necesita volver a recargarse.

– Cierto. Pero es más fuerte en sueños que estando aquí. Ha tenido bastante más experiencia manipulando ese reino que tú. Si le matas sin conocer su debilidad, entonces se regenerará. Si él te mata allí, entonces estás muerto aquí.

Él le apartó el pelo de la cara antes de sonreír, luego la besó.

– No dije que fuera un plan perfecto, pero es la mejor opción que tenemos. Además, tengo una idea realmente buena…

– ¿Y esa es?

Él le contestó con un beso abrasador.

– Sorpresa, dama de los sueños. Estamos a punto de tomar ventaja para el equipo local.

CAPÍTULO 6

Leta se quedó de pie en la cima del precipicio de la alta montaña de la Isla Desvanecida. Sostenía un frasco de suero del sueño que había pedido prestado a su tío Wink,el Sandman [2]

Con éste, ella y Aidan podrían encerrarse en el reino de los sueños y Dolor no sería capaz de echarlos de él. Lo que Aidan planeaba era tan arriesgado…

No debería preocuparle. Ni siquiera debería ser capaz de preocuparse, pero cuando se quedó allí mirando como las olas del océano rompían contra las rocas se dio cuenta de que lo hacía. El dolor de Aidan hacía más que incendiar sus emociones y poderes, tocaba su corazón.

Había pasado tanto tiempo desde la última vez que experimentara la ternura. No quería perderlo otra vez. No quería perder a Aidan. Él no era sólo una tarea para ella.

Era mucho más.

Cómo podía serlo, ni siquiera podía empezar a entenderlo. Sólo se habían conocido en los sueños de él y durante un día humano. Aún así lo conocía a un nivel que desafiaba la lógica. Su alma lo sentía.

Y no quería dejarle ir, o peor, verle morir de la manera en que lo había hecho su familia. No podría pasar por eso otra vez.

Inclinando la cabeza hacia atrás, permitió que la salada brisa apaciguara la agitación en su interior. El peso del frasco caía en su mano igual que una enorme pieza de hierro. No quería cometer un error. Atrapar a Aidan en el mundo de los sueños quizás lo matase.

Ciertamente él era su mejor oportunidad para vencer a Dolor. Pero no estaba tan segura. Dolor podía ser astuto y, más que nada, era mortal. Aidan tenía valor, no había duda de ello. Desafortunadamente el valor no siempre ganaba la pelea.

– Dame fuerzas-.susurró ella a la gentil brisa que danzaba a su alrededor. En la parte de atrás de su mente, vio la matanza de su familia. Nada podría ensordar ese dolor. Nada.

Pero al menos ese dolor le mostraba que estaba viva. No estaba completamente vacía y desprovista de emociones.

Cerrando los ojos, intentó canalizarlas a la rabia. Aidan tenía razón. Esta era la única manera de arreglárselas con esta situación. Y aún así ante el mero pensamiento de Aidan, su rabia se desvanecía y una extraña sensación de paz la sobrecogía.

– ¿Leta?

Ella se volvió ante el sonido de la voz de M´Adoc detrás de ella. Estaba vestido con una floja camiseta y pantalones blancos. El pelo negro se le rizaba alrededor de la cara mientras se acercaba lentamente a ella.

– ¿Qué estás haciendo aquí?-le preguntó ella.

– Oí que le pediste a Wink el suero.

Ella asintió.

Había un profundo entendimiento en sus ojos azules cuando su mirada mantuvo cautiva la de ella.

– Es un valiente movimiento para hacer salir a Dolor. Altamente arriesgado.

Ella no quería que supiera de su incertidumbre. Como uno de los líderes de los dioses de los sueños, tenía el honor de hablarle a Zeus de algunos Dream-Hunter que quizás hubieran recuperado sus emociones. Eso era algo que ella no podía permitir.

– La victoria nunca va al cobarde.

Él inclinó la cabeza respetuosamente ante ella como si estuviese de acuerdo con eso.

– De paso, debería advertirte que no estás sintiendo las emociones de Aidan.

Un escalofrío de extraña aprensión bajó por su columna.

– ¿Qué quieres decir?

Él se inclinó para hablarle suavemente al oído.

– La maldición de Zeus está despertando. Cada año regresan más y más de nuestras emociones.

Leta palideció ante su revelación y las ramificaciones de ello.

– ¿Él lo sabe?

M´Adoc negó con la cabeza.

– Y nosotros no podemos dejar que lo sepa. Caería sobre nosotros como la lluvia con cada trueno que tiene.

La agonía se vertió a través de ella cuando recordó la última vez que Zeus había ido tras ellos. Su visión todavía estaba manchada de sangre vertida ese día y por aquellos que siguieron cuando Zeus ordenó que fuesen golpeados y despojados de sus emociones.

Había sido una dura época para todos.

– Pensé que parte de tu trabajo era reportarlo.

Su mirada era dura. Fría y determinada.

– No traiciono a mi familia.

Su corazón se iluminó ante sus palabras. Ella sabía mejor que nadie lo que significaba eso. Él le había probado ya esas palabras.

– ¿Puedo confiar en lo que siento?

Él afirmó con el más sutil asentimiento de cabeza.

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[2] Wink, el Sandman:Dios del sueño que ayuda a los niños a dormir y tener apacibles sueños.