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– Pero recuerda, no lo muestres. Más vidas que las nuestras propias están sobre la línea en este asunto. Yo soy uno de los tres elegidos para reportar a todo el que empiece a sentir y si Zeus descubre que le he fallado en esto no tendrá piedad de mí.

Como si ella fuese tan fría,lástima que otros no fueran tan fiables.

– No temas, hermano. Nunca te traicionaré.

– Lo se. Es por lo que he venido a hablar contigo. Quiero que sepas que todo lo que sientes es tuyo. No quiero que te metas en problemas por ello.

– Gracias.

Inclinó la cabeza ante ella antes de volverse y desvanecerse.

Leta se quedó allí, girando el pequeño frasco de suero púrpura entre sus palmas. Así que lo que había estado compartiendo con Aidan no había sido una farsa. No había extraído sus emociones.

Eran su determinación. Su compasión.

Su corazón.

Agradecida por este hecho, sonrió. Besando la botella en su mano, destelló de regreso a la cabaña donde Aidan sentado ante el fuego que debía haber prendido en el hogar después de que ella se marchara.

Había algo extraño en él. Estaba sombrío, pero había algo debajo que no había estado allí antes.

– ¿Estás bien?

Él asintió sin mirarla.

– Mañana es Nochebuena.

– Lo sé.- Ella miró alrededor de la habitación que no tenía nada para marcar la llegada de la celebración humana que había visto en el Hall de los Espejos.

– ¿Deberíamos conseguirte un árbol?

Él bufó como si el simple pensamiento lo ofendiese.

– Cuando era niño, mi madre solía hacernos ver esas películas de 1950. Un Villancico de Navidad, y después que murió, mi tío ponía cada año a Bill Murray en “Scrooged” mientras decorábamos el árbol-. ¿Conoces la historia?

Ella negó con la cabeza cuando se sentó a su lado.

Él se volvió para poder quedarse mirando el crepitante fuego.

– Básicamente la historia es sobre un avaro llamado Scrooge. Al principio, era duro e inflexible. Odiaba la navidad y se negaba a celebrarla.

– Scrooge se tomó la tarea de ser completamente egoísta y en respuesta decía, ¡Bah,Tonterías! Entonces durante la noche, Scrooge era visitado por tres fantasmas,el de las Navidades pasadas, el de las presentes, y el de las navidades futuras y le mostraron los errores de su conducta. Por la mañana, se despierta refrescado y seguro de su nueva y reafirmada vida de buena voluntad. Le tira monedas a los huérfanos de la calle y les da regalos y comida a la familia de su empleado, Bob Cratchit-. Él le dedicó una dura, acerada, mirada.-Pero sabes, incluso cuando niño había algo en esas películas que siempre me fastidiaba.

– ¿Y qué era?

– Por qué Scrooge era Scrooge. Nunca explicaron realmente para mi satisfacción que lo había hecho tan miserable. Pero la pequeña quemada historia navideña permaneció conmigo, y toda mi vida quise ser el hombre en el que Scrooge se había convertido,siempre dando a aquellos que lo necesitaban. ¿Sabías que, en el transcurso de un año, doné sobre un millón de dólares anónimamente a la caridad? Mi madre me enseñó que nadie debía anunciar sus buenas obras. Las haces por que te importa y nunca debía aceptar ninguna clase de beneficio de esos actos. Los menospreciaban.

Leta sonrió ante eso. Había mucho de verdad en la declaración de su madre.

– Puedo entender sus sentimientos.

Él asintió.

– Yo también estoy de acuerdo. Pero algo de lo que me di cuenta con mi hermano es que no puedes tirar las perlas antes que el cerdo. Creo que por eso mi madre insistió en que diera anónimamente. Al instante en que alguien ve que eres amable y das, inmediatamente sacan ventaja de ello. Parecen confundir bondad con debilidad y dar con estupidez.

– ¿Cómo crees?

Él suspiró.

– Mi hermano me envió a mi sobrino para un trabajo cuando Roland estaba todavía en el instituto. Donnie me dijo que no podía proporcionarle la enseñanza en el colegio privado de Roland y me preguntó si Roland podía trabajar para mí a tiempo parcial mientras iba al colegio. Igual que un tonto, estuve de acuerdo, y incluso aunque no había hecho demasiado dinero por aquel entonces, empecé a pagarle las clases. Seis años después, Donnie vino a decirme que se iba a divorciar y que su esposa le estaba sacando todo. Había perdido su casa, su coche, todo. Me dijo que no quería una limosna, pero quería saber si tenía algún trabajo que pudiera hacer.

– Así que le diste empleo.

Su cara abandonó toda emoción a excepción de la dura línea de sus labios. Incluso así, ella podía sentir la amargura ardiendo dentro de su corazón.

– Sip. Le pagué bastante por ser mi manager. Dios sabe, no quería a mi propio hermano en la calle. Y durante aproximadamente un año, todo fue fantástico.

– ¿Hasta?

– Empecé a darme cuenta que el dinero estaba desapareciendo. Misteriosos cargos que no tenían explicación. Peor, ninguno de ellos hacía su trabajo. Siempre tenían alguna excusa de por qué estaban a punto de conseguir lo que yo necesitaba que hicieran o porqué no estaba hecho todavía. Una y otra vez, entraba en la oficina para encontrar a Roland dormido en mi silla,al menos en los días que realmente aparecía por el trabajo. Era increible. Les dije que si no se enderezaban, iba a despedirlos.

– ¿Y que dijeron?

Curvó el labio antes de burlarse en un tono seco.

– No puedes despedirme. Si lo haces, te arruinaré. Conozco a todos tus fans, todos tus amigos, y todos tus socios. Soy intocable, hah, hah.

Aidan maldijo cuando habló nuevamente en un tono normal.

– Al principio pensé que como poco era un chiste y como mucho una vaga amenaza,hasta que miré a mi alrededor y me di cuenta que realmente se habían congraciado con todo el mundo en mi vida. Metódicamente. Uno por uno. Los persiguieron a todos. Aquellos que les ofrecían su Amistad caían de acuerdo con su viciosa locura, cortaban y pateaban hasta el límite. Entonces en una muestra de poder justo antes de Navidad, volvieron seis solidamente contra mí, cortando a uno de ellos echándolo completamente de mi vida, y entonces fue cuando se volvieron realmente descarados.

– ¿Cómo así?

– Dame cinco millones de dólares o te quitaremos todo lo que tienes. Para cuando vayamos a por ti, cada fan y amigo que has tenido te odiarán y nunca pagaran otra vez un centavo para ver otra película de las tuyas.Estarás arruinado.

Él dejó escapar un ligero y enfadado suspiro.

– Ese fue el regalo de navidad de mi hermano. Después de que yo le hubiese comprado a él y a su hijo un coche para cada uno, una casa para cada uno, les pagué más de lo que su hábil nivel les permitía. Todavía no era suficiente para ellos. Tenían que tener más porque yo lo tenía y ellos no. Por supuesto yo era el único que trabajaba veinte horas al día durante meses sin la fecha definitiva, atendiendo funciones publicitarias, entrevistas, y dejándome el culo leyendo y aprendiendo guiones cuando estaba en casa mientras ellos trasnochaban, jugaban a juegos online, y después dormían hasta el mediodía o más tarde. Gastando dinero en mujeres, bebidas y caros jueguetes. Gee. No puedo imaginar porqué tenían tan poco, ¿huh? Como mi madre solía decir sobre Donnie, un día de trabajo duro lo mataría.

Ella se inclinó contra su brazo, queriendo confortarlo.

– Lo siento mucho, Aidan.

– No lo hagas. Debería haberlo sabido. Scrooge tenía razón. No puedes dejar que las personas sepan nada de ti. No puedes darte libremente a ellos, por que nunca tienen bastante. Siempre quieren más de lo que cualquier humano puede darles. Si les dejas, te succionarán el alma directamente del cuerpo. La verdadera regla de oro es si les das una pulgada, tomarán una milla.-él sacudió amargamente-. Hubo una película el año pasado en la que estuve llamada 300. Era acerca de la antígua batalla de las Termópilas…