¿ES NECESARIO MORIR?
HOMO AGAPENS: REQUISITOS PARA UNA NUEVA RAZA.
LA VENTA DEL AIRE: UTILIDADES PARA LA RESTAURACION PLANETARIA.
EL APRENDIZAJE DEL IDIOMA DELFIN. ALTERNATIVAS CREATIVAS A LA GUERRA Y LA PAZ.
¿MUCHOS MUNDOS A UN MISMO TIEMPO? ALGUNOS ESQUEMAS DE POSIBILIDAD.
— ¿Ves eso, Richie? ¡Fíjate en el último!
Atkin sacó un cronómetro del bolsillo de su chaqueta y lo programó, CHIIP-CHIIP-CHIIP…, exigente canario electrónico.
— Quince minutos pasan muy pronto.
Leí y parpadeé. ¿Era posible que alguna otra persona hubiera descubierto el esquema? No se nos había ocurrido la posibilidad… ¡Y si no éramos los únicos que habían estado allí?
— …tendrán que rozar la superficie de sus últimos trabajos en nuestro beneficio, tan rápido como les sea posible — prosiguió Atkin —: lo que han descubierto y hacia dónde investigarán a continuación. Podemos reunirnos durante las pausas para intercambiar más detalles, datos de investigación o para acordar reuniones en otro sitio. Pero cada uno deberá detenerse cuando oiga esto. — Dejó oír otra vez el canario. — Porque entonces será el tamo de otra persona, que tendrá para decir cosas igualmente asombrosas. ¿Alguna pregunta?
Aquello parecía el arranque de alguna máquina de gran velocidad. Sentimos que las mentes echaban a funcionar a nuestro alrededor, objetos exóticos a altas revoluciones, tiroteando para partir. Era como si Atkin hubiera agitado una bandera de partida.
Giró para consultar el reloj.
— Comenzaremos dentro de un minuto, a la hora justa. Habrá una grabación del congreso disponible para todos. Cada uno tiene ya su nombre y su número. La pausa para almorzar será a las doce y cuarto; la cena, entre las cinco y las seis, en la sala contigua a ésta; interrumpiremos a las nueve y cuarto de esta noche para recomenzar mañana, a las ocho y cuarenta y cinco. No habrá más preguntas porque yo seré el primer disertante.
Volvió a consultar el reloj, algunos segundos antes de la hora, y puso en marcha el cronómetro.
— Bien. Las ideas no son pensamientos, sino estructuras organizadas. Reparemos en esto y prestemos atención al modo en que están construidas nuestras ideas; descubriremos entonces un dramático aumento en la calidad de lo que pensamos. ¿No me creen? Busquen su última idea, la mejor. Ahora mismo, cierren los ojos y retengan esa idea en la mente.
Cerré los ojos alrededor de lo que habíamos descubierto: que cada uno de nosotros es un aspecto de todos los demás.
— Que cada uno observe la idea. Levante la mano quien piense que su idea está hecha de palabras. — Hizo una pausa. — ¿De metal? — Otra pausa. — ¿De espacio vacío? — Pausa. — ¿de cristal?
Levanté la mano.
— Abran los ojos, por favor.
Abrí los ojos. Leslie tenía la mano levantada, y también todos los concurrentes. Se oyó un murmullo de sorpresa, risas, ah, ohhh…
— Hay un motivo para que sean de cristal y también un motivo para la estructura que les vemos — dijo Atkin — Toda idea efectiva responde a tres reglas de ingeniería. Busquémolas y sabremos de inmediato si la idea nos dará resultado o si se hará pedazos.
En el salón reinaba el silencio del alba en el campo.
— La primera es la regla de la simetría — continuó él —. Cerremos los ojos y examinemos la forma de nuestra idea…
La última vez que yo había sentido algo similar era al pasar a un avión de combate a chorro de plena potencia a empuje adicionaclass="underline" el mismo estallido de energía salvaje contra mi espalda, apenas dominado.
Mientras Atkin continuaba hablando, un hombre de la segunda fila se levantó para acercarse al pizarrón de la izquierda y anotó rápidamente, con letras de imprenta:
DISEÑO Y CODIFICACION DE IDEAS COMPUTADORA-A-COMPUTADORA PARA COMPRENSION DIRECTA SIN PALABRAS.
Por supuesto, pensé. ¡Sin palabras! Las palabras son un auxiliar tan torpe de la telepatía… ¡Cuánto nos habían estorbado las palabras al conversar con Pye sobre el tiempo!
— En vez de computadora-a-computadora — susurró Leslie, escuchando y tomando notas de inmediato —, ¿por qué no mente-a-mente? ¡Algún día evitaremos el lenguaje!
— … la cuarta regla de cualquier idea efectiva — dijo Atkin— es el encanto. De las tres reglas, la cuarta es la más importante. Sin embargo, la única medida del encanto está en la…
CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP
Desde el público, un gruñido de fastidio y frustración.
Atkin levantó la mano para decir que no importaba, detuvo el cronómetro, volvió a programarlo y se hizo a un lado. Un joven se adelantó a grandes pasos y habló aun antes de llegar al micrófono.
— Las naciones electrónicas no son experimentos descabellados, que puedan funcionar o no — dijo —. Ya se han iniciado, ya están funcionando y existen en este momento a nuestro alrededor, redes invisibles de quienes comparten los mismos valores e ideas. ¡Gracias, Atkin, por abrirme tan bien el camino! Los ciudadanos de estas naciones pueden ser norteamericanos, españoles, japoneses o lituanos, pero lo que mantiene unidos a sus países invisibles es más fuerte que las fronteras de cualquier geografía…
La mañana pasó volando; los rayos de luz viraron de diamante a esmeralda, de esmeralda a rubí, cobrando fuego con cada cambio y giro.
¡Qué solos nos habíamos sentido con nuestros pensamientos extraños y qué glorioso deleite era estar en familia con esos desconocidos!
— La pequeña Tink — dijo Leslie —, bendita sea su alma, ¿no estaría encantada con esto, si lo supiera?
— Claro que lo sabe — susurré —. ¿De dónde crees que surgió la idea de Spring Hill?
— ¿No nos dijo que era nuestra hada de las ideas, otro nivel de nosotros?
Toqué la mano de Leslie.
— ¿Dónde terminamos nosotros y dónde comienza la gente sentada en este salón? — pregunté.
Yo mismo no lo sabía. ¿Dónde comienzan y terminan la mente y el espíritu, dónde comienza y termina la abnegación, cuáles son los límites de la inteligencia, la curiosidad y el amor?
¡Cuántas veces habíamos lamentado no tener más cuerpos! Sólo unos pocos cuerpos más, para poder ir y quedarnos a un mismo tiempo. Podríamos vivir tranquilamente en los campos, para ver la alborada en paz, domesticar a los animales silvestres, labrar jardines y vivir junto a la tierra, y al mismo tiempo ser gente de ciudad, apretados en multitudes, para ver películas y hacerlas, asistir a conferencias y dictarlas. Nos faltaban cuerpos suficientes para conocer a la gente hora a hora y, al mismo tiempo, estar solos y juntos; para construir puentes y retiradas a una vez, para aprender todos los idiomas, dominar todas las habilidades, estudiar, practicar y enseñar todo lo que nos habría gustado saber y hacer, trabajar hasta caer de cansancio y no hacer nada en absoluto.
— …descubierto que los ciudadanos de estas naciones forjan entre sí lazos de lealtad más fuertes que la lealtad a sus países geográficos. Y eso, sin haberse conocido jamás personalmente, sin esperanzas, siquiera, de conocerse. Llegan a amarse los unos a los otros por la cualidad de su pensamiento, por su carácter…
— ¡Estas personas son nosotros en otros cuerpos! — susurró Leslie —. Siempre han deseado volar en hidroavión; nosotros lo hemos hecho por ellos. Nosotros siempre hemos deseado conversar con los delfines, explorar naciones electrónicas, ¡y ellos lo están haciendo por nosotros! Las personas que aman lo mismo no son desconocidas entre sí, aunque nunca se encuentren.
CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP CHIIP…
— … que comparten los mismos valores no son desconocidos entre sí —dijo el joven, apartándose del micrófono —, ¡aunque nunca se encuentren!