No, Renata pensó, desesperada mientras tiraba del estucado de madera.
Ella no podía dejar que la detuvieran. Ella tenía que salir de allí. Tenia que encontrar a Mira, llevarla a algún lugar seguro. Después de todo, se lo había prometido. Ella había hecho una promesa a esa niña y Dios la ayudara, ella no fallaría.Con un grito, Renata puso todos sus músculos y peso en desmontar los postigos.
Finalmente cedieron. La adrenalina aceleraba a través de ella, ella las arrancó completamente y puso los postigos a un lado.
La luz del sol se vertía sobre ella. Cegadora, brillante, llenando la gran habitación del edificio. Lex y los otros vampiros chillaron, siseando mientras intentaban ocultar sus sensibles ojos y moviéndose fuera del sendero de la luz.
Renata escaló fuera y golpeó el suelo corriendo. El coche de Lex estaba en el camino de grava, con el seguro quitado, las llaves colgando del contacto. Ella saltó adentro, arrancó el motor y lo condujo hasta la clara- pero temporal- seguridad de la luz diurna.
CAPÍTULO QUINCE
Traducido por Sheilita Belikov
La ronda más reciente de tortura había terminado hace un par de horas, pero el cuerpo de Nikolai se tenso en reflejo cuando escucho el suave chasquido de la cerradura electrónica en la puerta de su habitación. No tenia que adivinar donde estaba-las paredes blancas clínico y el conjunto de aparatos médicos al lado de su cama con ruedas era pista suficiente como para decirle que lo habían llevado a una de las instalaciones de contención de la Agencia de Control.
Las restricciones de acero de grado industrial afianzadas firmemente en sus muñecas, el pecho, y los tobillos le dijeron que sus actuales comodidades personales eran cortesía de ser tratado como renegado e instalado en el ala de rehabilitación.
Que, en caso de que hubiera habido cualquier pregunta antes, significaba que era como si estuviera muerto. Que era igual el equivalente de la Raza de un Roach Motel [2], una vez que pasas a través de estas puertas, nunca regresas.
No es que sus captores tuvieran la intención de dejarlo disfrutar de su estancia por cualquier periodo de tiempo. Nikolai tenía la clara impresión de que su paciencia con él estaba cerca de su fin. Lo habían golpeado casi dejándolo inconsciente después de que paso el efecto de los tranquilizantes, trabajando sobre él para obtener su confesión de haber matado a Sergei Yakut. Cuando con eso no lo llevaron a donde querían, comenzaron con las Taser [3] y otras electrónicas creativas, al mismo tiempo que lo mantenían bastante drogado podía sentir cada sacudida y golpe todavía demasiado sedado para luchar.
El peor de sus torturadores era el macho de la Raza que ahora entraba en la habitación. Niko había escuchado a uno de los Agentes de Ejecución llamarlo Fabien, hablándole con bastante respeto indicando que el vampiro estaba alineado bastante alto en la cadena de mando. Alto y delgado, con pequeñas y estrechas características, sus ojos punzantes bajo su pelo peinado hacia atrás, Fabien tiene una vena sádica desagradable apenas escondida bajo la apariencia de su elegante traje y el comportamiento de civil agradable. El hecho de que había llegado solo esta vez no podía ser una buena señal.
"¿Cómo le fue en su descanso?" le preguntó a Niko con una sonrisa amable. "Tal vez está listo para charlar conmigo ahora. Sólo nosotros dos en esta ocasión, ¿qué dice?"
"Que te jodan" Nikolai gruñó a través de sus colmillos extendidos. "Yo no mate a Yakut. Le dije lo que pasó. Usted arrestó al hombre equivocado, pendejo".
Fabien sonrió mientras caminaba hacia el lado de la cama y lo miró hacia abajo. "No hubo ningún error, guerrero. Y personalmente me importa un bledo si eres o no tú el que voló los sesos de ese Gen Uno por todo su pared. Tengo otras, más importantes preguntas que hacerte. Preguntas que responderás, si tu vida significa algo para ti en absoluto."
Este varón evidentemente sabía que él era un miembro de la Orden dándole un nuevo giro peligroso al encarcelamiento de Nikolai. Al igual que el brillo del mal en esos ojos astutos como de ave rapaz.
"¿Qué sabe exactamente la Orden sobre los asesinatos de los Gen Uno?"
Nikolai le dirigió una mirada, en silencio apretando su mandíbula."¿De verdad crees que pueden hacer algo para detenerlos? ¿Crees que la Orden es tan poderosa que puede impedir que la rueda gire cuando ya ha estado en marcha en secreto durante años?" Los labios del macho de la Raza se difundieron en la caricatura de una sonrisa. "Vamos a exterminarlos uno por uno, como estamos haciendo con los últimos miembros de la primera generación. Todo está en su lugar, y lo ha estado durante mucho tiempo. La revolución, como ves, ya ha comenzado."
La rabia se enrollo en el estomago de Nikolai cuando se dio cuenta de lo que había oído.
"Hijo de puta. Estás con Dragos."
"Ah… ahora empiezas a entender" dijo Fabien agradablemente.
"Eres un puto traidor a su propia raza, eso es lo que entiendo."
La fachada de la conducta civil cayó como una máscara. "Quiero que me hable de las misiones actuales de la Orden. ¿Quiénes son sus aliados? ¿Qué sabe sobre los asesinatos? ¿Cuáles son los planes de la Orden en lo que a Dragos se refiere?"
Nikolai se burló. "Chúpamela. Dígale a su jefe que puede chupármela también."
Los ojos crueles de Fabien se redujeron. "Usted ha puesto a prueba mi paciencia el tiempo suficiente."
Se levantó y caminó hacia la puerta. Una ola cortante de su mano trajo al oficial de guardia al interior. "¿Sí, señor?"
"Es tiempo."
"Sí, señor."
El guardia asintió y desapareció, para volver un momento después. Él y un asistente de instalación trajeron sobre ruedas a una mujer atada a una cama estrecha. Ella había sido sedada también, y sólo llevaba una fina bata de hospital sin mangas. Acostado junto a ella estaba un torniquete, un paquete de agujas gruesas, y un tubo IV en espiral.
¿Qué demonios era eso?
Pero él lo sabía. Sabía que tan pronto como el asistente levantara el brazo blando del ser humano y fijara el torniquete alrededor de la zona de la arteria braquial. La aguja y el tubo del sifón serian los siguientes.
Nikolai trató de ignorar el proceso clínico que tenia lugar junto a él, pero incluso el más sutil aroma de la sangre encendía sus sentidos como luces de días festivos. La saliva aumento en su boca. Sus colmillos se extendieron más en anticipación de la alimentación. No quería tener hambre, no como esta, no cuando estaba seguro de que la intención de Fabien era utilizarla contra él. Trató de ignorar su sed, pero ya estaba en aumento, respondiendo a la necesidad visceral de alimento.
Fabien y los otros dos vampiros en la habitación no eran inmunes tampoco. El empleado trabajó oportunamente, el guardia mantuvo la distancia cerca de la puerta, mientras Fabien veía al anfitrión de la sangre que era alistado para la alimentación. Una vez que todo estaba en su lugar, Fabien despidió al asistente y envió de vuelta al guardia a su puesto afuera.
“¿Tienes hambre, verdad? " Preguntó a Niko cuando los demás se habían ido. Sostuvo el tubo de alimentación en una mano, los dedos de su otra mano posados sobre la válvula que comenzaría el flujo de sangre del brazo de la mujer. "Usted sabe, esta es la única manera de alimentar a un vampiro renegado en contención. La ingesta de sangre debe ser estrechamente monitoreada, controlada por personal capacitado. Muy poco y se muere de hambre; demasiado y su adicción se hace más fuerte. El Sed de Sangre es una cosa terrible, ¿no te parece?"
Niko gruñó, querer tan malditamente saltar de la cama y estrangular a Fabien. Luchó para hacer exactamente eso, pero fue un esfuerzo inútil. La combinación de sedantes y las restricciones de acero lo sujetaban. "Te voy a matar" murmuró, sin aliento por el esfuerzo. "Te prometo, que te voy a joder."