Ella exhaló un aliento agudo que resonó en su garganta. Nikolai no la estaba presionando para buscar respuestas, y tal vez precisamente debido a ello, ella quería que él entendiera que lo que ella sentia por el vampiro al que había servido era cualquier cosa menos afecto. "Hace dos años, Sergei Yakut me recogió en las afueras de una calle del centro de la ciudad y me llevaron a su refugio junto con varios otros niños que él había levantado esa noche. Nosotros no sabíamos quién era, o hacia donde íbamos, o por qué. No sabíamos nada, porque él nos había puesto a todos nosotros en una especie de trance que no levanto hasta que nos encontramos nosotros mismos encerrados juntos dentro de una gran jaula oscura".
"El interior del granero de su propiedad", dijo Nicolás, con su rostro sombrío. "Jesús Cristo. ¿Él te trajo para su juego en vivo de su club de sangre?"
"Yo no creo que cualquiera de nosotros nos diéramos cuenta de que los monstruos realmente existían hasta que Yakut, Lex, y algunos otros vinieron de afuera para abrir la jaula. Ellos nos mostraron el bosque, nos dijeron que corriéramos." Ella tragó la circulante amargura que se levanto en su garganta. "La matanza comenzó tan pronto cuando el primero de nosotros rompió hacia el bosque."
En su mente, Renata volvió a revivir el horror con absoluto detalle. Ella todavía podía oír los gritos de las víctimas cuando ellos huían, y los aullidos terribles de los depredadores que los cazaban con tal salvaje frenesí. Ella todavía podía oler el esencia fuerte veraniega de pino y amargo musgo, los aromas de la naturaleza fueron sofocados muy pronto por el de la sangre y la muerte. Ella aún podía ver la inmensa oscuridad que rodeaba el terreno desconocido, con escondidas ramas que le golpeaban las mejillas y que rasgaba su ropa mientras ella trataba de navegar su huida.
"Ninguno de ustedes tenia una posibilidad", murmuró Nikolai. "Ellos les dijeron a ustedes que corrieran solamente para jugar con ustedes. Para darse a si mismo la ilusión de que los clubes de sangre tienen algo que ver con el deporte".
"Yo sé eso ahora". Renata todavía podía saborear la inutilidad de toda aquella partida. El terror había adquirido aspecto en esa funesta noche en forma de ojos de color ámbar brillantes y expuestos, ensangrentados colmillos como nada que ella hubiese alguna vez sonado en sus peores pesadillas. "Uno de ellos me alcanzó a mí. Èl salió de la nada y comenzó a rodearme, preparándose para el ataque. Yo nunca había tenido más miedo. Estaba asustada y enojada y algo dentro de mí solamente… se rompió. Sentí un poder correr a través de mí, algo más fuerte que la adrenalina inundaba mi cuerpo."
Nikolai asintió con la cabeza. "Tu no sabias acerca de la habilidad que poseías".
"Yo no sabía acerca de un montón de cosas hasta esa noche. Todas las cosas habían girado de arriba hacia abajo. Yo sólo quería sobrevivir – la única cosa que yo sabía hacer. Así que cuando yo sentí que la energía fluía a través de mí, algún instinto visceral me indico que lo girara y dejara libre sobre mi atacante. Lo empuje hacia afuera con mi mente y el vampiro se tambaleo hacia atrás como si lo hubiera golpeado físicamente. Le lance más de él, y aún más, hasta que él estuvo abajo en el suelo gritando y sus ojos estuvieron sangrando y toda su cuerpo estaba convulsionándose de dolor." Renata se detuvo, preguntándose si el guerrero de la Raza la contemplaba en silencio juzgándola por su total falta de remordimiento por lo que ella había hecho. Ella no estaba dispuesta a pedir disculpas o dar excusas. "Yo quería que él sufriera, Nikolai. Quería matarlo, y lo hice".
"¿Qué otra opción tenías tú?", dijo él, extendiendo la mano y con mucha ternura deslizo las puntas de sus dedos a lo largo de la línea de su mejilla. "¿Y qué hay de Yakut? ¿Dónde estaba él, durante todo esto?"
"No muy lejos. Yo había comenzado a correr nuevamente cuando él se cruzo en mi camino y se dirigió hacia mí. Yo traté de derribarlo también, pero él lo resistió. Envié todo lo que yo tenia hacia él, hasta el punto de agotamiento, pero no fue lo suficiente. Él era demasiado fuerte."
"Porque él era un Gen Uno".
Renata hizo una inclinación de asentimiento con la cabeza. "Él me lo explicó más tarde, después de aquel combate inicial las repercusiones me habían dejado inconsciente durante tres días completos y me desperté para encontrarme presionada a trabajar como guardaespaldas personal de un vampiro. "
"Tu nunca trataste de marcharte?"
"Al principio, lo intenté. Más de una vez. Eso nunca le tomo demasiado tiempo para localizarme." Ella golpeó ligeramente su dedo índice contra la vena situada al lado de su cuello. "Difícil de llegar muy lejos cuando tu propia sangre es mejor que un GPS para tu perseguidor. Él utilizaba mi sangre para asegurarse de mi lealtad. Era un grillete que no podía romper. Yo nunca pude estar libre de él."
"Tu ahora eres libre, Renata."
"Sí, supongo que yo lo estoy", dijo ella, la respuesta sonando tan hueca como ella la sentía. "¿Pero qué hay con respecto a Mira?"
Nikolai la contemplo a ella durante un largo momento sin decir nada. Ella no quería ver la duda en sus ojos, no más de lo que ella quería alguna vana garantía de que allí había algo que cualquiera de ellos dos podría hacer por Mira ahora que ella estaba en manos del enemigo. Tanto peor cuando ella actualmente estaba debilitada por la herida.
Nikolai se giró hacia la bañera antigua con patas en forma de garras color blanca y les dio a las llaves gemelas una vuelta. Cuando el agua se precipitó en la bañera, él se volvió hacia donde ella estaba sentada. "Un refrescante baño debería rebajar tu temperatura. Vamos, yo te ayudare a lavarte."
"No, yo puedo manejar mi propio…-"
Él le dijo a ella que no – al levantar en respuesta una de sus cejas. "La camisa, Renata. Déjame ayudarte con ella así puedo tener una mejor visión de lo que está pasando con esa herida."
Obviamente, él no estaba dispuesto a dejarla. Renata se quedó muy quieta todavía cuando Nikolai desabrochó los últimos pocos botones de la gigantesca carpa tipo Oxford y gentilmente con cuidado la removió de ella. El algodón cayó en una aglomeración suave sobre su regazo y alrededor de sus caderas. A pesar de que ella llevaba un sujetador, la modestia arraigada en ella desde sus primeros años en el orfelinato de la iglesia la hizo levantar sus manos para resguardar sus pechos de sus ojos.
Pero él no la estaba mirando en una manera sexual en ese momento. Toda su atención estaba centrada sobre su hombro ahora mismo. El era tierno, cuidadoso, sus dedos exploraban ligeramente alrededor de la zona. Él siguió la curva de su hombro por encima y alrededor de donde la bala le había abandonado su carne. "¿Te duele cuando te toco aquí?"
A pesar de que su toque era apenas un contacto que la pasaba rozando, el dolor irradiaba a través de ella. Ella hizo una mueca, succionando hacia adentro su aliento. "Lo siento. Hay demasiado enrojecimiento e hinchazón alrededor de la herida de salida", dijo él, con su profunda voz que vibro por sus huesos mientras que su toque se seguia movía ligeramente sobre ella. "Esto no se ve muy bien, pero creo que si lo lavamos con agua por fuera y…"
A medida que su voz se apagaba, ella sabía lo que él estaba viendo ahora. No el abierto cañonazo de la herida, sino las otras dos marcas hechas de forma diferente en la suave piel de su espalda. Ella sentía las marcas arder tan encendidamente como lo habían hecho la noche en que ellas habían sido puesto allí.
"Infierno Santo." El aliento de Nikolai lo dejo salir en un suspiro lento. "¿Qué te pasó? ¿Son estas marcas de quemaduras? ¿Jesús… son ellas marcas?"
Renata cerró sus ojos. Parte de ella quería nada más que encogerse allí y desvanecerse en los azulejos, pero ella se obligó a permanecer quieta, su columna vertebral rígidamente erguida. "Ellas no son nada".
"Mentira". Él se puso de pie ante ella y le levantó el mentón con el borde de su mano. Ella dejó que su mirada elevara hacia arriba hasta encontrarse con la de él y fundirse en sus agudos pálidos ojos llenos de intensidad. No había ningún rastro de compasión en esos ojos, solo una fría indignación que la desconcertó. "Cuéntame. ¿Quién te hizo esto- fue Yakut?"