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“Correcto. Después.”

Nikolai cerró el teléfono y lo coloco junto a él.

“Gideon pudo sacar algo de aquellos números telefónicos?” pregunto Renata, mirándolo cuidadosamente. “Tenemos alguna pista del Refugio Oscuro de Fabien?”

Niko asintió. “Tenemos su dirección-”

“Gracias a Dios,” ella respiro. El alivio cedió el paso rápidamente a la determinación. Tan feroz como alguna vez lo habia visto en ella. “Donde está el? En su Refugio Oscuro privado en la cuidad, o en las afueras de alguna parte? Puedo hacer una cubierta allí ahora mismo para tener una vista del terreno. Demonios, me siento de una manera – sin pulsaciones, mi hombro debe estar mejorando – tal vez debería caminar directamente hasta el frente de su puerta y golpearlo con una explosión de-”

“Renata.” Niko puso su mano sobre la suya y sacudió su cabeza. “Fabien está en movimiento. No está más en la cuidad.”

“Entonces donde?”

Podría decirle sobre la señal del GPS que Gideon estaba rastreando. Podría decirle que Fabien tenía a Mira en su custodia y que la niña estaba probablemente a solo una hora al norte de donde estaban sentados justo ahora. Pero también sabía que si le decía a Renata eso – si le diera algo mínimo de certeza sobre el paradero de la niña que tanto significaba para ella no podría detenerla de salir por su propia cuenta justo ahora para salir a encontrarla.

La promesa de Niko a la orden era su deber – su vida – su honor jurado – pero y Renata? Esta mujer era su corazón. No podía poner en peligro la misión de sus hermanos más que permitir a la mujer que amaba marchar precipitadamente al peligro sin el allí para verla. El pensamiento de Machoprehistorico, quizás, espacialmente teniendo encueta que Renata era una mujer que sabia como manejar por si misma casi cualquier situación. Estaba bien entrenada y capaz, definitivamente valiente, pero maldita sea…ella significaba mucho para que el tomara esa clase de riesgo. Por sobre todo, no era una opción.

“Estamos esperando una localización solida del Intel sobre donde ha estado Fabien,” dijo él, la mentira amarga sobre su lengua, independientemente de sus buenas intenciones. “Entretanto, la Orden está enviando refuerzos. Nos reuniremos con ellos esta noche.”

Renata escucho, claramente confiando en él y en su palabra. “La Orden tiene alguna idea de si Mira podría estar con Fabien dondequiera que este ahora?”

“Estamos trabajando en ello.” Nikolai encontró difícil sostener su mirada verde claro sin pestañear. “Cuando encontremos a Fabien, encontraremos a Mira. Ella va a estar bien. Te prometí eso, recuerdas?”

Cuando el pensó que ella solo podría asentir con la cabeza y apartar la mirada, Renata en cambio extendió su mano para atrapar su rostro en la palma de su mano. “Gracias… por estar ahí para apoyarme en todo esto. No sé como seré capaz de pagarte, Nikolai.”

El llevo su mano a la suya y puso un tierno beso en su palma. El iba a decir algo sencillo, una de las bromas sin sentido habituales que usa tan a menudo siempre a su alrededor son demasiados reales y emotivas o demasiadas crudas de honestidad. Tenía sus métodos bajo la manga: desviar con humor. Desamar con indiferencia. Atacar y correr como el infierno a la primera indicación de su propia vulnerabilidad. Pero todas aquellas viejas, y confiables armas que habia perfeccionado afilando le fallaban ahora.

Acaricio con su dedo pulgar el dorso de la mano de Renata y se dejo perder en el refugio verde de sus ojos.

“No soy muy bueno en esto,” murmuro él. “Quiero decirte algo… mierda. Me voy a cabrear probablemente, pero quiero que sepas que me preocupo por ti. Me preocupo… endemoniadamente mucho, Renata”

Ella lo miro fijamente, yendo tan lento y silencioso que ni siquiera estaba seguro de que ella estuviera respirando.

“Me preocupo,” soltó, frustrado consigo mismo por la torpeza de las palabras que él quería que fueran perfectas para ella. “No sé como sucedió, o lo que incluso significará para ti – si algo – pero necesito decirlo al fin y al cabo, porque esto es real. Es real, y nunca me he sentido de esta manera antes. No con nadie.”

Su boca se suavizo en la más pequeña sonrisa mientras el divagaba con torpeza, intentando encontrar una manera de decirle la profundidad de lo que estaba en su corazón. Intentar y fallar miserablemente.

“Lo que intento decirte es…” sacudió su cabeza, sintiéndose como molesto de mierda, pero el suave toque de Renata en su rostro lo tranquilizo. Su clara mirada lo trajo de vuelta, directo y centrado, conectándolo don la tierra. “Lo que intento decirte es, que estoy enamorado de ti…realmente enamorado. No estaba buscando que esto pasara. No pensé que alguna vez realmente lo quería, pero…ah, Cristo, Renata, cuando miro tu ojos, una palabra salta en mi mente cada vez. PARA SIEMPRE.”

Ella exhalo despacio y su pequeña sonrisa se extendió de radiante alegría.

Niko pasó sus manos sobre su suave piel, y su pelo húmedo. “Estoy enamorado de ti, Renata. Sé que no soy un poeta – mierda, ni siquiera me acerco. No tengo todas aquellas finas palabras que desearía poder decirte… pero quiero que sepas que lo que siento por ti es real. Te amo.”

Ella rio suavemente. “Que te hace pensar que quiero poesía o palabras finas? Acabas de decir exactamente lo que quiero oír, Nikolai.” Ella deslizo su mano por la parte de atrás de su cuello y tiro de él hacia ella por un largo, y apasionada beso. “También te amo,” susurro contra su boca. “Me asusta como el infierno admitir eso, pero es cierto. Te amo, Nikolai.”

El paso sus labios sobre los de ella y la abrazo, deseando nunca tener que alejarse. Pero el atardecer llegaría antes de tiempo, y todavía habia una cosa que el necesitaba hacer. “Tienes que hacer algo por mí.”

Renata se acomodo contra él. “Cualquier cosa.”

“No sé que va a pasar esta noche, pero necesito saber que vas a ir a esto tan fuerte como puedes ser. Quiero que tomes algo más de mi sangre.”

Ella se soltó de su abrazo y juguetonamente arqueo una ceja frente a él. “Estas seguro que no estás solamente tratando de entrar en mis pantalones de nuevo?”

Niko rio entre dientes, una sacudida de calor arremolinándose directamente en su ingle como una buena idea.

“Yo no lo rechazaría la invitación. Pero lo digo en serio… Quiero que bebas de mí de nuevo ahora. Harías eso por mi?”

“Si, por supuesto.”

El aparto un mechón oscuro de su frente. “Hay una cosa más, Renata. Cuando nos movamos sobre Fabien esta noche, me mataría si algo…bueno, simplemente no puedo arriesgarme a estar separado de ti, voy a necesitar saber que estas bien todo el tiempo, o mi concentración va hacer para mierda. Necesito tener un enlace de ti. Se como te sentías con Yakut, usando tu sangre como una traba para ti, y te prometo que eso no es lo que-”

“Si, Nikolai.” Dijo ella, interrumpiéndolo con un movimiento suave de sus dedos sobre su boca. “Si…puedes beber de mi.”

Su maldición como respuesta fue baja de alivio. “Es para siempre,” le recordó firmemente. “Necesitas entender eso. Al igual que el vinculo de sangre que tienes de mi ahora, si bebo de ti, no podemos deshacerlo nunca.”

“Entiendo,” dijo ella, sin vacilación en lo absoluto. Se hacerlo a él y lo beso, largo y profundo. “Entiendo que el vinculo es para siempre… y sigo diciendo que si.”

Niko gimió. El fuego iluminándose en sus venas. Sus colmillos se alargaron, y su sexo se elevo por atención inmediata, todo de él ansioso por reclamar a Reata como suya propia. El la beso, su corazón golpeando fuertemente contra su caja torácica cuando ella paso su lengua por su s labios para jugar con las puntas afiladas de sus colmillos.

“Te quiero desnuda para esto.” Dijo él, incapaz de contener el borde de mando que se filtraba en su voz. El era parte humana, pero habia otra parte de él – una parte más salvaje – que sabia ser menos paciente de lo que le gustaría.