– ¿Cómo te llamas? -le preguntó Robinsón.
– Me llamo Jaan Neljapäev. Nací en Estonia -añadió como para disculpar aquel difícil nombre.
– De ahora en adelante -le dijo Robinsón- te llamarás Jueves. Es el día de Júpiter, dios del Cielo. Es también el domingo de los niños.