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«No hay historia», dice el director. «Es una de los millones de jóvenes educados, y se ha convertido en "una campesina de clase media-baja-pobre", sus dedos, duros como una máquina pulidora, pero revolucionaria, pulen el espíritu de nuestra sociedad, hablando
en abundancia de la superioridad de nuestro socialismo.» Así se me ocurrió una metáfora central Para mi reportaje. Un caracol esmeralda Se arrastra por la blanca pared.

– Es un poema triste -dijo ella en un murmullo.

– Un buen poema, pero la traducción no logra hacer justicia al original.

– El lenguaje es claro y la historia, conmovedora. No veo nada malo en la traducción. Es muy emotiva.

– «Emotiva» es la palabra correcta. Me costó encontrar un equivalente. Es el poema de Liu Qing.

– ¿Quién? ¿Liu Qing?

– Aquel compañero de clase de Wen; su hermano Lihua le mencionó… aquel advenedizo que organizó la reunión.

– Sí. «La rueda de la fortuna gira muy deprisa.» Zhu también le mencionó y dijo que en el instituto no era nadie. ¿Por qué su poema de pronto es tan importante para nosotros?

– Bueno, encontraron una antología poética en casa de Wen. Creo que se lo mencioné.

– Se menciona en el expediente. Un momento, la pulidora revolucionaria, la fábrica de la comuna, las trabajadoras que pulen las piezas con sus dedos, y Lili…

– Ahora lo entiende. Por eso quería comentar el poema con usted esta noche -dijo él-. Después de dejarla a usted he llamado a Yu. El poema de Qing está en esa antología, y Yu me envió una copia por fax. El poema se publicó por primera vez hace cinco años, en una revista llamada Stars. En aquella época Liu trabajaba como periodista para el Wenhui Daily. Como el narrador del poema, escribió sobre una factoría de una comuna modelo del condado de Changle, provincia de Fujian. Aquí hay una copia del reportaje que apareció en el periódico -Sacó un periódico de su cartera de mano-. Propaganda. No he tenido tiempo de traducirlo.

– Pocas librerías, salvo en las grandes ciudades, venden poesía en la actualidad. Es inimaginable que una mujer campesina pobre fuera desde su aldea a comprar un libro de poesía.

– ¿Cree que el poema cuenta una historia verdadera?

– Es difícil saber cuánto de ese poema es cierto. La visita a la fábrica de Wen, tal como se describe en el poema, fue una coincidencia. Pero Liu utilizó la misma metáfora en su artículo del periódico: «una máquina pulidora revolucionaria puliendo el espíritu de la sociedad socialista». Podría haber sido parte del motivo por el que dejó su trabajo.

– ¿Por qué? Liu no hizo nada malo.

– No debería haber escrito esas tonterías políticas, pero no tuvo agallas para negarse. Además, debía de sentirse culpable por no haber hecho nada por ayudarla.

– Me parece que ahora entiendo lo que quiere decir -se apoyó en el borde de la cama, de cara a él-. Si la historia del poema es cierta, Liu no le reveló su identidad en aquel momento, y mucho menos la ayudó. Ese es el significado de la imagen del caracol esmeralda arrastrándose al final. Es la culpa de Liu, un símbolo de los remordimientos de Liu.

– Sí, el caracol lleva una carga siempre. Por eso en cuanto he terminado de traducir el poema me he apresurado a venir.

– ¿Qué pretende hacer ahora? -preguntó ella.

– Debemos entrevistar a Liu. Puede que entonces no hablara con Wen, pero más tarde debió de enviarle un ejemplar de la antología, que ella guardó. Y posiblemente hubo otros contactos entre ellos.

– Sí, posiblemente.

– He hablado con gente del Wenhui Daily-dijo Chen-. Cuando Liu dejó su trabajo hace unos cinco años y montó una empresa de material de construcción en Shanghai, consiguió varios contratos del gobierno de Singapur para la Nueva Zona Industrial de Suzhou. Ahora tiene dos fábricas de material de construcción y un almacén de madera en Suzhou, además de su empresa en Shanghai. Esta tarde he llamado a Liu. Su esposa me ha dicho que estaba en Beijing negociando un trato y que regresaría mañana a Suzhou.

– ¿Vamos a ir a Suzhou?

– Sí. Dudo que resulte. El Secretario del Partido Li hará que entreguen los billetes de tren en el hotel mañana por la mañana.

– El Secretario del Partido Li puede ser muy eficiente -dijo ella-. ¿Nos vamos muy temprano?

– El tren sale a las ocho. Llegamos a Suzhou hacia las nueve y media. Li sugiere que pasemos unos o dos días allí.

Él había propuesto unas cortas vacaciones como camuflaje de su investigación. Li enseguida había aprobado el plan.

– O sea que seremos turistas -dijo ella-. Bueno, ¿cómo se le ha ocurrido relacionar el poema con nuestra investigación? Le prepararé una taza de café si me lo cuenta. Café especial, de Brasil. Un premio.

– Está aprendiendo muy deprisa las costumbres chinas. Intercambiar favores. La esencia misma del guanxi. Pero es tarde. Mañana tenemos que irnos temprano.